Él.
De todos los integrantes, él.
JungKook enredó una vez más sus dedos en su cabello haciéndoles caer finamente hacia atrás. Jugueteó con sus pensamientos hasta que consiguió levantarse de la cama y arrastrar sus pesadas huellas hasta la sala.
Llovía nuevamente. ¿Cuanto tiempo había llovido ya?
Un ligero suspiró se propagó desde el otro lado del sillón; y la buena curiosidad hizo que el joven se asomara.
Perfecto.
Era justo a quien quería evitar. Yoongi dormía sin culpa sobre el sofá, como si estuviese cansado de tanto rondarle la mente al menor.
Por que así era.
Jeon no lo podía sacar de su cabeza, y creía firmemente que el mayor pensaba igual.