La rubia

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Ayer fue el peor día de mi vida. Mi mamá tenía un compromiso muy "importante" con la vecina quien, en verdad, está loca. Todas las cosas que tengan un precio mayor de cien dólares es perfecto para ella y las compra. No las usara, pero de todos modos las compra. Esa vecina tiene una hija llamada Scarlet...es una engreída. Guapa, pero engreída.

Entonces mi madre, Dasha, me llevo a mí para que la acompañara. Obvio solo lo hizo para presumirme porque me puso n vestido negro súper ajustado que alzo mis pechos hasta que casi parecía que iban a salir y no conforme con eso era extremadamente corto. Peino mi cabello, que es de color rojizo, en unos caireles, le puso sombra oscura a mis ojos azules y adorno mi cuello con un dije en forma de corazón hecho de diamante.

No es que no me guste arreglarme ni nada por el estilo, pero en verdad ¿es bueno que tu mamá te use de esa forma? No mala madre, creo que es único defecto que tiene.

En fin, al llegar al "compromiso" paso lo peor de mi vida, no solo yo llevaba un vestido tan corto...tantas chicas bonitas se estaban pavoneando frente de mi. Moviendo las caderas y sonriendo... fue mi fin, pero necesitaba calmarme.

- Mamá. -la tome del brazo y le susurre. -quiero irme.

A lo que ella respondió...

- Acabamos de llegar, Clio. Cálmate.

- Pero...

- Pero nada, vamos a cumplir nuestra palabra.

¿Nuestra? No le dije eso, claro está. Así que las horas siguientes a eso fueron un infierno lleno de tentaciones. Lo bueno es que mi querido y hermoso amigo, Deo, estaba ahí. Él era un icono de lo sexy en donde sea que fuera. Así que al verlo no me separe de su lado.

- Vamos, Clio, no puedo coquetear si estas a mi lado.

- Cállate -le pellizque el brazo. -no pienso estar sola con tanta... -en eso una rubia de piernas tonificadas paso frente de nosotros...tanto Deo y yo nos le quedamos viendo.

- Oh...ya veo -se rio sobándose el brazo y luego me abrazo. -vamos a bailar, ¿sí?

- De acuerdo.

Nos dirigimos a la pista de baile, todo era formal así que la pieza era suave, por lo tanto Deo paso me tomo de la cintura mientras yo lo tomaba de los hombros.

- ¿sabes? Es extraño tener una amiga lesbia... -le tape la boca antes de que terminará de hablar.

- Deo, más bajo ¿quieres?

- Perdón -murmuro tras mi mano y seguimos bailando. -en fin, creo que deberías decirles.

- Oh, claro -rio sarcástica. -les diré a mis padres que me encantan las mujeres en una ciudad donde la homosexualidad es pena de muerte.

- Se me olvido ese detalle -asintió serio y me hizo girar. -¿Qué te parece si vienes conmigo a la cena de familia?

- ¿la cena que dura una semana?

- Esa mera -sonrió.

Solté un suspiro y cuando Deo me volvió a dar una vuelta yo choque contra la rubia despampanante. No conforme con eso me caí y el vestido corto se subió hasta dejar a la vista mi tanga de encaje negra...la chica se rio de mí, mientras mi amigo se agachaba a ayudarme a levantar.

Deo dulcemente me acomodo el vestido, yo no podía, estaba muerta de la vergüenza. Mi madre por otro lado me estaba reprendiendo con la mirada...y la rubia se siguió riendo.

No importa que sexo te guste los dos son una mierda.

Así que hoy sigo en mi cuarto...castigada por lo que paso ayer. Muerdo mi labio. Esto es injusto yo no hice nada, tomo mi celular y le marco a Deo. Al tercer timbre contesta.

- ¿Bueno? ¿Clio?

- Hola, Deo.

- ¿ya viste que hora es?

- No, perdóname por haberte despertado.

- No importa...mucho. ¿Qué paso? ¿necesitas algo?

- Hmm.

- Dilo ya, Clio.

- ¿Cuándo es la cena de tu familia?

- En tres días, ¿piensas ir?

- Si.

- Bueno, ¿sabes qué significa?

- ¿Qué?

- Que solo tienes dos días de convencer a tus padres que te dejen ir conmigo.

Si, y eso era un gran problema.


Esta princesa No busca príncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora