-¿Te parece bien que cada uno nos quedemos con nuestras familias?- le pregunto a Pablo cuando aparca en la acera de enfrente de su casa. Habíamos salido de Madrid por la madrugada ya que hacía mas fresco y era más cómodo conducir así, sin el sol en los ojos, y por primera vez, nos habíamos turnado conduciendo, algo que había disfrutado. Conducir el mercedes de Pablo es lo mejor del mundo. Cuando bajamos de su coche, Pablo saca las dos maletas del maletero: una para cada uno, abre la puerta de fuera de su casa, mete su maleta, y la vuelve a cerrar, dando a entender que le parece bien que cada uno duerma con su familia.- Creo que te vendría bien estar un rato con tu familia. La última vez que les vimos no estaban muy bien, te necesitan.
-¿No quieres estar conmigo?- me pregunta, y olvidaba de que Pablo es casi tan inseguro como yo.
-No es eso Pablo, solo que también tenemos que estar con nuestras familias, al menos para comer y pasar rato con ellos, y también para dormir.
-Vale, te acompaño a casa.- asiento y voy a coger mi maleta pero él se me adelanta, coge la asa y tira de ella haciendo que ruede contra la acera, con la mano libre entrelaza mi mano derecha. Aún no le había comentado lo que pasó ayer con Simon, y no sé en que momento sacar el tema. Cuando Simon se declaró ayer, lo único que pude hacer fue pedir un taxi para que me llevara a casa de Simon, ahí coger mi coche y volver a casa con Pablo, que es lo que tendría que haber hecho en un principio, quedarme con él. Ni siquiera le respondí, ¿cómo se atrevía a pedirme una oportunidad después de que le hubiera dejado claro que yo quería a Pablo? -¿Crees que seguirán tristes? La última vez que hablé con mi madre estaba bastante mal.- pregunta Pablo mientras andamos por la acera de la urbanización.
-Cada uno maneja el dolor a su manera.- digo, y como si estuviera pensando lo mismo que yo, besa cada uno de los cortes de mi muñeca.- Por eso pienso que estaría bien que estuvieras con ellos a solas, tú sabes como subir el ánimo a los demás, y por favor, no te pongas tu también mal. A demás, solo van a ser unos días, tu y yo ahora tenemos nuestra propia casa y dormimos juntos, por estar unos días separados no va a pasar nada.- comento cuando llegamos a la puerta de mi casa, donde el coche de mi padrastro está aparcado, la casa que tanto he echado de menos, aunque jamás admitiré eso delante de mis padres. Abro la puerta de fuera y subimos las escaleras.- Necesito que seas fuerte, ¿vale? Ya lo has pasado demasiado mal, si necesitas algo ven a buscarme, sea la hora que sea.- paso mis brazos por sus hombros y me pongo de puntillas para abrazarle, y él me devuelve el abrazo rodeándome por la cintura. Y recuerdo el día que me dejó en casa cuando empezamos a salir, al fin y al cabo hemos pasado muchos momentos en estas calles.
-Te quiero tanto...-me susurra al oído.- Te voy a echar de menos.- me separo pero sin soltarle, de modo que puedo mirarle.
-Estamos a metros de distancia, a dos casas, para ser exacta.- comento con una carcajada.
-No es suficiente. Nunca es suficiente.-susurra antes de besarme.- Nos vemos luego.- asiento y me quedo mirándole bajar las escaleras, él me dedica una última sonrisa antes de salir por la puerta y cerrarla tras él. Abro la puerta principal de mi casa después de semanas y entro arrastrando la maleta haciendo que chirríe.
-¡Hola!- grito aunque no sé si habrá alguien en casa, la puerta se ha abierto fácilmente por lo que me daba a entender que sí había alguien en casa, la verdad es que no había avisado de que venía, quería que fuera una sorpresa, o algo parecido. Dejo la maleta en el inicio de las escaleras de la casa y ando hasta el salón, mis padres están viendo la tele, el volumen está a tope, no me extraña que no me hayan oido. Mi madre está sentada en el sofá dándome la espalda, y mi padrastro durmiendo en el sillón, la verdad es que no entiendo como mi padrastro puede dormir estando el volumen de la tele tan alto. Ando despacio hacia mi madre y le pongo las manos en los ojos, y hace algo que no esperaba, gritar. Grita el nombre de mi padrastro y luego el de mi hermano, asi que quito mis manos de sus ojos.- ¿Sorpresa?- pregunto intentando no reír, la cara de mi madre es de miedo y mi padrastro está desconcertado. Es una situación bastante graciosa.
-¿Sorpresa? ¿Estás loca?- pregunta levantandose del sofá y dando la vuelta, como si hubiera hecho lo peor del mundo, coge un cojín y me da con él en la cabeza, despeinándome por completo.-Pensaba que me iban a violar.
-Mamá dudo que quieran violarte.- ella abre la boca con indignación y me pega de nuevo con el cojín, pero esta vez en el brazo.- Yo también me alegro de verte, eh.- ella me abraza, y tengo que agacharme para devolverle el abrazo, sí, existe alguien más bajita que yo.
-Te he echado de menos Valeria.- dice apretándome los mofletes y ruedo los ojos.
-¿Cómo es que estás aqui? No sabíamos que ibas a venir.- pregunta mi padrastro después de apagar la tele y antes de abrazarme.
-Eso, ¿y Pablo?- mi madre mira detrás de mi y al no ver a nadie abre los ojos. Acabo de llegar y lo primero que le importa es Pablo, se me olvidaba lo mucho que lo idolatra.- ¿Ha pasado algo? Pero si el mes pasado estabais muy bien, dime que no lo habéis dejado, Pablo es perfecto para ti. Valeria di algo.- ella parece realmente asustada con la idea de Pablo y yo dejándolo, tanto como lo estaría yo.
-Mama, no especules... Pablo está a dos casas de aquí, con su familia, como debe ser. Estamos siempre juntos y pensé que estaría bien que cada uno pasara un rato con su familia.- mi madre respira aliviada, como si se hubiera quitado un peso de encima, está claro que no quiere verme sin Pablo, y yo tampoco quiero verme sin él.
-Haberlo dicho antes.- alzo una ceja, si me hubiera dejado hablar, se lo podría haber dicho.- Pensaba que lo habíais dejado.
-No...A demás, nos estamos mudando, vamos a vivir juntos. Bueno, estamos viviendo juntos.
-¿Qué?- preguntan los dos a la vez y espero que no se enfaden por eso.- ¡Eso es genial!- chilla mi madre y coge mi mano.- sientate y cuéntanoslo todo.
-No hay nada que contar, los padres de Pablo tenían un chalet en Madrid, cerca de mi Universidad y nos hemos mudado ahí, aún hay cosas por hacer, pero está casi todo listo.
-¿Os vais a casar?- pregunta emocionada y abro mucho los ojos, mi madre está loca.
-Mejor me voy arriba a deshacer la maleta.- cambio de tema y me levanto del sofá pero me lo impide.
-Eh, no hemos terminado de hablar señorita, siéntate.- repite y hago lo que me dice, porque me está empezando a dar miedo.
-Ana, no la agobies.- dice mi padrastro y le miro agradecida, pero ella no le responde.
-¿Por qué os habéis mudado a vivir juntos?
-Porque siempre estábamos en su piso o en el mio, estamos siempre juntos y pensamos que era lo mejor.
-¿Estás embarazada?-
-¿Estás loca? ¡No!- respondo rápidamente tapándome la cara, no me puedo creer que me haya hecho esa pregunta, que vergüenza. Menos mal que Pablo no está delante, habría sido mucho peor.- No estoy embarazada ni nos vamos a casar. Nos hemos mudado porque es lo más cómodo, y es una relación seria, no me mudaría si no supiera que esto es en serio, y que le quiero.
-Sólo quería saber eso, que le quieres, nunca hemos hablado de vuestra relación. ¿Algo más que debería saber?
-He dejado el trabajo en el starbucks, bueno me voy a ver a Hugo.- digo dejando a mi madre con la palabra en la boca, ando rápido por el pasillo, cojo mi maleta y subo las escaleras. ¿Desde cuando mi madre es tan pesada? ¿Y a qué clase de madre le parece bien que su hija universitaria esté viviendo con su novio?
Cuando abro la puerta de mi habitación lo primero que veo es a Hugo sentado en el borde de mi cama.
-Hola enana.- sonríe levantándose de la cama y me tiro a abrazarle.- Has engordado eh.- le pego un puñetazo.- es broma.- dice dejándome en el suelo, aunque no me extrañaría haber engordado ya que lo único que Pablo y yo comemos es comida preparada.
-Por decir eso me vas a ayudar a deshacer la maleta.
-Hecho.- dice cogiéndola y cerrando la puerta. Abro el armario y saco unas sábanas rosas de él, como siempre que me voy, mi madre ha desecho la cama entera, y ahora me toca volver a hacerla.
-¿Me ayudas a hacer la cama?- le pregunto, y como tengo el mejor hermano del mundo él asiente. Le doy un extremo de la funda y yo cojo la otra y se la ponemos al blanco colchón.
-¿Qué es eso de que estás embarazada?- pregunta mientras ponemos las sábanas, voy a matar a mi madre, y a Hugo por ser tan malditamente cotilla.
-¿Tanto se me nota?- pregunto poniendo mis manos en mi vientre y bajando la mirada para esconder una sonrisa.
-¿Valeria estás loca?- pregunta acercándose a mi y cogiéndome las manos.
-La única loca aquí es mamá.- asiente dándome la razón a ma vez que suspira exageradamente.
-¿Y qué haces aquí?
-¿Por qué me preguntais todos lo mismo? Parece que no queréis verme.
-No es eso, es solo que no has avisado.
-Le tengo preparada una sorpresa a Pablo, y bueno le he traído con la excusa de venir a ayudar a Alejandra, aunque eso no es una excusa porque vamos a ayudarla con el embarazo y eso. A ver.- coge la funda de la almohada y yo la meto.- ahora soy la representante de Pablo, he dejado lo del starbucks para ayudarle, entonces le he conseguido un bolo en un bar que está por la Malagueta.- cuando terminamos de hacer la cama me tiro encima de ella, y él hace lo mismo.
-Representante y novia, ¿crees que es buena idea? ¿No crees que el veros a todas horas no puede ser bueno?
-La verdad es que cuánto más nos veamos mejor.- apoyo mi cabeza en su hombro y miro al blanco techo, dónde está instalado el ventilador.
-¿Él está bien? No pude hablar con él la última vez que vinisteis, sólo tuve tiempo para darle el pésame y abrazarle.
-Lo lleva a su manera, sé que finge estar mejor de lo que realmente está, y sé que lo hace por mi. Y odio que finja estar bien por mi, no quiero que piense en mi cuando su hermano ha muerto. Es normal que esté mal, no le voy a juzgar. Aunque últimamente le he visto distraído y feliz por su trabajo y creo que poco a poco lo va llevando.
-Hay que darle tiempo, ha pasado un mes, pero eso de que esté distraído le viene bien.
-Lo sé...- dejo la frase en el aire y cambio de tema.- El otro día, cuando estábamos guardando las cosas para la mudanza en su piso, encontré en su cajón una especie de diario. Sé que no debería de haberlo abierto pero lo hice. Y bueno lo poco que pude leer era sobre mi, en una página ponía que él me conocía de cuando vivíamos aquí, y que desde entonces me quiere, y que por eso cuando nos volvimos a mudar intentaba tanto que estuviéramos juntos, porque nunca me había dejado de querer.
-Oh...Eso es muy bonito, ¿no?
-Demasiado...¿sabías algo?
-Cuando fuimos a visitar a Elena a los días de mudarnos te comenté que de pequeños éramos amigos de Pablo.- dice y asiento, recuerdo que me lo dijo cuando Elena bajó al porche a saludarnos.- Y bueno, solo sé que cuando éramos pequeños te hacía mas caso a ti que a mi.- suelta una carcajada.- Nunca lo entendí, es decir, yo era mucho más interesante.- empiezo a reírme también.- pero luego cuando nos volvimos a mudar lo entendí. Es imposible no quererte, enana.Como siempre que estoy durmiendo, un agonizante ruido me despierta. Me incorporo en la cama y veo a Hugo con la boca abierta y roncando, tanto, que creo que ha llenado de babas el edredón, lo sé, asqueroso. Recuerdo que mis padres están en casa, por lo que no tengo que abrir la puerta como en mi piso, asi que vuelvo a tumbarme, un poco alejada de Hugo ya que no quiero que me llene de su saliva, la habitación está a oscuras por lo que no me cuesta volverme a dormir. Pero como siempre que estoy intentando volver a dormir después de que me despierten, otro ruido me despierta otra vez: el chirrido de la puerta al abrirse, dejando entrar un halo de luz en la habitación. Busco algo con las manos, algo que pueda lanzar pero no encuentro nada, así que vuelvo a incorporarme en la cama. Veo a Pablo en el hueco de la puerta y le hago un gesto para que ande y no puedo evitar sonreir mientras anda de puntillas entre cajas de pizza y bolsas de plástico. Se sienta en la cama en frente de mi y me acaricia el pelo mientras me besa la frente.
-Perdón por haberte despertado.- susurra y le acaricio la mejilla.
-¿Estás bien?- asiente
-¿Debería ponerme celoso por esto?- pregunta señalando a mi hermano, que sigue durmiendo.
-Puede.-
-Necesito hacer algo.- dice y asiento.- Y necesito que vengas conmigo.
Me acerco a él y le doy un suave beso, y recuerdo las palabras de Simon ayer, y aunque sé que este no es un buen momento, con Hugo a mi lado, lo suelto.- Pablo, no te conté lo que pasó ayer realmente con Simon.
-¿Qué pasó?- pregunta cerrando los ojos fuertemente.
-Ven.- le cojo de la mano y le saco al pasillo, donde me apoyo en la pared y él hace lo mismo en la pared de enfrente. Esto va a ser difícil, pero tiene que saberlo por mi.- Me llevó a un local de su amigo.- sus ojos se oscurecen y no sé si es por lo que mis palabras están haciendo en el, o por la luz del pasillo.- Al parecer su amigo va a hacer una exposición de pintura, y puedo presentar cuadros. Entonces Simon me preparó ahí un caballete para que pudiera a empezar a pintar. Todo iba bien hasta que...
-¿Hasta qué Valeria?- me interrumpe y me muerdo fuertemente el labio.
-Fui a abrazarle, y me agarró fuertemente y me besó.- veo como Pablo se va deslizando por la pared hasta sentarse en el suelo y echar la cabeza fuertemente hacia atrás, provocando un profundo y hueco sonido. Me acerco rápidamente a él y sus manos tapan su cara, recordándome al día que tuvo el ataque de pánico y no quiero que le vuelva a pasar.
-Pablo, te juro que yo no quería, me intenté apartar todo el rato, y cuando lo conseguí me pidió una segunda oportunidad.
-Mierda Valeria, otra vez no.
-Lo siento muchísimo.
-No es culpa tuya.
-Enséñame lo que querías enseñarme.- susurro intentando que deje el tema a la vez que paso mi mano por su mejilla.
-Valeria.-cierro los ojos al oírle llamarme por mi nombre completo.- No puedo dejar pasar esto, Simon va a seguir intentándolo una y otra vez.
-¿Qué quieres que haga Pablo?
-No quiero que le vuelvas a ver, nunca.-----------------------
Siento haber tardado tanto, y mas por un capítulo taaaan kk. Os prometo que el siguiente es mejor, es uno de mis favoritos :')
ESTÁS LEYENDO
El Buen Amor (Pablo Alborán)
Romance"Te voy a morder, me vas a morder Para volvernos locos al amanecer. Quién quiere puede No caigamos otra vez Nosotros somos dueños del amor que nos tenemos. Sólo es cuestión de ver Que el buen amor es quererse bien." Tercera y última parte de...