Capítulo 74: "¿Sorpresa?"

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Decido ponerme un vestido de palabra de honor blanco bastante ajustado, es corto y sexy, y decido ponerme una americana negra ya que quiero mostrar profesionalidad, es decir, soy la representante de Pablo. Me pongo unos altos tacones blancos, recuerdo que los compré cuando fuimos con Alejandra al centro comercial, hace casi un año. Cojo mi bolso de mano y repaso rápidamente mi maquillaje en el espejo de mi baño, rímel y eyeliner perfectos al igual que mi pintalabios morado oscuro, y salgo de mi casa para ir a buscar a Pablo. Mis padres y Hugo iban a ir más tarde al local, así que de momento solo íbamos Pablo, toda su familia y yo. Solo que Pablo todavía no lo sabía. Andando lo más rápido que me permiten mis zapatos llego a la casa de Pablo y llamo al timbre, no quiero que lleguemos tarde al bar ya que no sería nada profesional y quiero empezar bien este trabajo de representante, aunque técnicamente es un hobby. La puerta se abre y subo las escaleras hacia la puerta principal.
-Ayer ni siquiera vistes a Alejandra.- dice Casilda nada más abrir la puerta sin molestarse en saludarme y no puedo evitar soltar una carcajada, lleva un vestido de color rojo pasión y una fina chaqueta sobre los hombros ya que no es una noche fría, pero tampoco calurosa.
-Ya, ahora le pediré perdón, Pablo y yo tuvimos una pequeña crisis.- siento la necesidad de disculparme también con ella así que la abrazo fuertemente.- ¿Le gustó el piso?- pregunto y ella se dedica a mirar su laca de uñas roja, se la ve triste, incluso más que ayer.
-Le encantó, se puso a llorar.- sonríe recordando el momento.- ¿Qué ha pasado con Pablo?
-Nada, tranquila, prefiero no recordarlo.- ella asiente y vuelve a dirigir la mirada a sus manos, la luz que hay en el porche ilumina su cara, dejando ver la cantidad de lunares que cubren su piel, algo que caracteriza a los Moreno de Alborán.- ¿Qué tal estas?- ayer no tuve la oportunidad de preguntarle por Salva ya que estaba Elena delante y no quería sacar el tema y hacerla sentir peor. La verdad es que nunca he podido saber cómo lo estaba llevando, todo había pasado demasiado rápido.
-Bueno...No te voy a mentir, no duele tanto como los primeros días pero sigue doliendo, tengo como un vacío dentro.- se lleva la mano al pecho, mientras sus ojos empiezan a cristalizarse, y estoy a punto de responderla pero sus padres salen de la puerta, van bastante arreglados aunque visten colores oscuros, como si reflejaran lo que sienten.
-Hola cielo.- dice Elena y me abraza antes de que me abrace Salvador, él parece más animado que su mujer ya que ella está igual que ayer, está claro que perder un hijo no se supera ni en días ni en semanas. Está claro que al igual que Pablo, intentan hacernos ver que están bien cuando realmente no lo están.- ¿Estás bien cariño?- pregunta dirigiéndole la mirada a su hija, que parpadea rápidamente, me siento fatal por hacer que casi llore.
-Sí, solo le estaba diciendo a Valeria que no va a aguantar mucho con esos zapatos.- miente sonriendo aparentando normalidad.
-Para presumir hay que sufrir.- encojo los hombres y ella niega la cabeza con una sonrisa.
-Muchas gracias por hacer esto por Pablo.- me agradece Salvador volviendo a abrazarme.
-Es mi trabajo.- digo ya que es la verdad, como novia es mi trabajo hacerle feliz, al igual que como representante es mi trabajo buscarle bolos.
-Pablo se está preparando, nosotros vamos yendo ya, ¿vale? Tenemos que ir a buscar a Alejandra- asiento mientras veo como bajan las escaleras agarrados de la mano, y me encantaría llegar a tener un futuro así con Pablo.
-¿Y Sofía?- le pregunto a Casilda, que como yo, estaba mirando a sus padres bajar las escaleras.
-La he dejado en casa de una amiga ya que es muy tarde para que venga con nosotros. Bueno, me voy con ellos.- me da un abrazo corto y baja las escaleras detrás de sus padres. Estoy a punto de entrar dentro de la casa, ya que hace bastante aire, cuando oigo los pasos de Pablo acercarse. Va vestido con sus típicos pantalones negros ajustados, y con una camiseta azul clarito con nubes. Cierra la puerta cuando sale y cuando me mira abre exageradamente los ojos.
-Em...-pone sus manos en mi cintura y las sube y baja hasta mis muslos por encima de la fina tela de mi vestido. Yo pongo mis brazos en su cuelo.- Si fueras mi novia pegaría a todo el que te mirara.- alzo una ceja.- Mierda, lo eres, el que te mire hoy se va a arrepentir.- suelto una carcajada mientras mete las manos por debajo de mi vestido y repite los movimientos besando mi cuello, alzo la cabeza para mirar el oscuro cielo lleno de estrellas.- Este vestido es tan malditamente ajustado.- muerde mi clavícula, por encima del hombro, donde aún tenía el maldito chupetón que me había hecho ayer.
-Aprovecha a mirar tú que dentro de nada vas a dejar de hacerlo.- saco del bolsillo de mi americana una venda negra, que más bien era un trozo de tela que mi madre me había dado, y se la enseño.
-¿Sabes?- sube su mano de mi cintura a mi mano y me ayuda a bajar.- Pensaba que íbamos a tener una cita o algo, pero luego me he dado cuenta de que vienen mis padres, mi hermana y Alejandra y me he asustado, tengo miedo porque no tengo ni idea de lo que vamos a hacer o de a dónde vamos.- por la tarde le había dicho a Pablo que íbamos a ir a cenar con toda su familia, para que estuviera preparado, no quería fastidiar la sorpresa.
-Esa es la gracia.- cuando salimos Pablo cierra con llave la última puerta.- Las llaves de tu coche.- le digo poniendo la palma de mi mano derecha hacia arriba, él busca en el bolsillo de su pantalón y me las da. -Amo conducir tu mercedes.
-En ocasiones pienso que solo me quieres por mi coche.- encojo los hombros y suelto una carcajada, estoy a punto de dar la vuelta al coche pero recuerdo que aún no le he puesto la venda a Pablo.
-Agáchate.- demando, él hace lo que le pido, aunque gracias a los tacones no tiene que agacharse tanto, paso la cinta negra por sus ojos y la ato lo suficiente fuerte para que no vea nada. Le abro la puerta del copiloto; le ayudo a sentarse; le abrocho el cinturón y doy la vuelta al coche, para sentarme en el asiento. Una vez dentro me quedo respirando el olor del coche, amo su olor: es una mezcla de la colonia de Pablo con el olor del cuero, pongo las manos en el volante y me quedo tocando la goma que lo cubre, es tan suave, amo este coche.
-Deja de babear por el coche y arranca, estoy muy nervioso.-suelto una carcajada, porque ni me necesita ver para saber lo que estoy haciendo, y meto la llave en el contacto, conducir con estos zapatos no es tan fácil como pensaba pero consigo salir de la urbanización y llegar al bar. El bar está lo suficiente cerca como para ir andando, pero me pareció mejor idea ir en coche. Antes de bajarme desabrocho el cinturón de Pablo y saco la guitarra del maletero, al parecer no la ha sacado desde ayer, cosa que me viene bien. Me paso la asa de la funda por el hombro y le doy la mano para ir andando, hay un montón de gente entrando en el bar, algo que me hace sentir muy feliz. Fuera del bar hay escrito en una pizarra: "Actuación del cantautor Pablo Alborán" y no puedo evitar sonreír ampliamente al ver su nombre escrito en tiza, tengo ganas de saltar y chillar.
-No te enfades conmigo, ¿vale? Lo he hecho con la mejor intención del mundo, y quiero que sepas que te quiero. ¿Me prometes no enfadarte?
-Te lo prometo. - se agacha y le desato el nudo de la venda, mira al bar y parece desconcertado, pero su mirada se centra en la pizarra.- Valeria, ¿qué has hecho?- no puedo distinguir el sentimiento que hay en su tono de voz, y eso me preocupa. Mierda, ¿ha sido esto una mala idea? Mierda, mierda y más mierda.
-¿Sorpresa?- me muerdo el labio.- Yo...Solo quería darte más a conocer, es un bolo, si no quieres lo entenderé...-Sigue callado y no sé qué está pensando, probablemente quiera matarme.- No debería de haberlo hecho sin preguntarte, lo siento, volvamos a casa, me puedo inventar algo, yo...- Pablo de un momento a otro me coge en brazos y me alza haciendo que pegue un chillido ya que no me lo esperaba.
-Te amo Valeria, te amo.- dice besándome mientras me sujeta, tras unos segundos me vuelve a dejar en el suelo y suelto una carcajada contagiada por su felicidad. Me ha hecho recordar el día que hicimos un mes cuando se emocionó por la guitarra.-Esto es increíble, mi nombre está escrito en la pizarra de un bar, hay un montón de gente entrando, no sé cómo has podido hacer esto por mi.- me abraza fuertemente y esconde la cara en mi cuello.- Te quiero, te quiero.- me susurra al oído sin soltar su agarre.
-Yo quería agradecerte todo lo que has hecho, y espero que esto ayude. Tienes que cantar canciones tuyas, lo van a grabar para que lo podamos subir a las redes sociales. Y nos van a dar un poco menos de la mitad de lo que recauden.- me quito la correa de la guitarra y la paso por su brazo.
-Muchas gracias.- sujeta mi cara con sus manos y me da un beso.
-Tampoco es para tanto, ya lo has hecho antes...- hace unos días en la discográfica me contó que había conocido a los músicos cuando hizo un bolo en un bar aquí en Málaga.
-No es lo mismo, cuando toqué con Porty en el bar no había tanta gente como ahora, además tú vas a estar ahí, lo que lo hace mucho mejor.- Le doy la mano y entramos entre la gente al bar, ya hay muchísima gente en la barra bebiendo algo y la otra mitad está sentada en las mesas en frente de donde está puesto el escenario, ya que normalmente van artistas a cantar. Encima del escenario hay solo una silla con un micrófono en el borde. Pablo y yo andamos hacia ahí y nos quedamos detrás de lo que es el telón, como si fuese una especie de backstage, donde está el dueño del bar, Jorge, esperándonos. Me saluda profesionalmente, y luego a Pablo.
-Está todo preparado ya, el micrófono está listo y tienes botellas de agua al lado de la silla. Primero voy yo a presentarte, te hago una señal y sales, ¿vale?- nos explica y ambos asentimos, aunque se lo esté explicando a Pablo.- Te hemos puesto una silla y un amplificador ya que Valeria nos dijo que también tocas la guitarra.- Pablo vuelve asentir.- 2 minutos.- dice el dueño antes de subir las escaleras del escenario, y como ha dicho, habla por el micrófono haciendo que su voz retumbe por todo el local. Pablo se quita la guitarra, la saca de la funda y me da tiempo a ver la nota que le escribí cuando se la regalé que de manera mágica sigue pegada al interior de la funda.
-No te pongas nervioso, ¿vale? Lo vas a hacer genial.- le animo mientras se pasa la correa de la guitarra por el hombro.
-¿Vas a estar entre el público?
-Por supuesto.
-No dejaré de mirarte.- me sonríe, y solo le puedo dar un beso antes de que Jorge le llame para salir. Guardo la funda y busco alguna cara conocida entre la gente cuando localizo a Casilda en la barra. Me pongo junto a ella y desde nuestro lugar se le ve perfectamente, parece nervioso cuando se sienta en la silla, y veo como pasa una mirada rápida entre la gente hasta que me ve. Me sonríe, le sonrío, y presenta la primera canción.- Esta canción se llama solamente tú y está dedicada para una chica que hace un año me robó el corazón.- me mira, y dice.- Te quiero.
-Empalagosos.-me susurra Casilda al oído pero no la hago caso ya que centro toda mi atención se centra en él.
Empieza a tocar los acordes y su voz suena por todo el local, de una forma tan dulce que me pone los pelos de punta.
-Estoy muy orgullosa de él.- vuelve a susurrar Casilda.
-Y yo.

Pablo canta Solamente tú, Desencuentro, No te olvidaré, una nueva que no había escuchado antes, llamada Cuando te alejas y empieza a cantar Caramelo, que al parecer ya ha terminado. Cuando empieza lo que había ensayado en el estudio, noto una mano agarrar mi cintura y rápidamente me giro. Me encuentro con unos ojos azules, que conozco, pero que no sabría decir de quiénes son.
-Valeria.- dice por encima de la voz de Pablo para que le pueda escuchar. Su voz, como sus ojos, me resulta conocida, pero sigo sin ponerle nombre ni puedo recordar exactamente de qué le conozco. Me quedo unos largos segundos mirando sus facciones y como si fuera arte de magia me viene una imagen nuestra a la cabeza.
-¿Daniel?- pregunto no muy segura, no recuerdo bien su nombre, pero sí lo que hice con él.
-David.
-Eso.- su mano aún no ha dejado mi cintura.
-Cuanto tiempo...Te fuiste de mi casa sin avisar.- ojalá no se acordara de mí, tengo miedo de que Pablo pueda vernos, él mismo me dijo que no iba a dejar de mirarme.
-Bueno, no me iba a quedar.
-Podríamos haber echado el segundo.- me guiña un ojo y me acerca más a él.
-Lo dudo.- Intento soltarme pero su mano parece pegada a mi vestido.- Tengo novio, ¿sabes?
-Valeria, ¿todo bien?- me giro para ver a Casilda y asiento, me doy cuenta de que la música a parado y que todo el mundo está dando aplausos, no me creo que me haya perdido el final de la actuación de Pablo. Si pudiera pegar a Daniel le pegaría, pero lo último que quiero es montar un numerito, es la noche de Pablo, nada ni nadie va a fastidiarla.
-Suéltame.- le pido suavemente, aunque en mi interior estoy deseando gritarle, pero no me hace caso.
-¿Qué pasa? Solo estamos hablando.- vuelve a acercarme a él, tan fuerte, que siento como su mano quema mi piel sobre mi vestido.
-Te ha dicho que la sueltes.- dice una tercera voz que conozco incluso mejor que la mía.
-¿Y si no quiero?- David se hace el machote, y tengo el presentimiento de que esto va a acabar mal, y hoy era un día importante para Pablo, David lo está arruinando. Pablo no responde a la pregunta, le da un empujón, y en segundos su mano deja de estar en mi cintura.- ¿Pero de qué vas? Esto es entre ella y yo, si ya follamos una vez seguro que quiere hacerlo otra vez.- genial, mi comportamiento del año pasado me está causando problemas, y soy yo la que tiene que asumir la responsabilidad no Pablo, esto es asunto mío no de Pablo. Pero se vuelve asunto suyo cuando su puño va a parar a la nariz de David, creando un sonido seco, y en seguida tanto la mano de Pablo como el rostro de David se llena de sangre.
-¡Pablo!- exclama Casilda, haciendo que quite la mirada de la sangre que mana de los orificios nasales de David, y me giro. A mí alrededor hay un montón de gente mirando, y esto nos va a causar un problema con el dueño del local. Veo como Pablo va a volver a pegarle y pongo mis manos en su pecho para pararle, de verdad que odio su parte violenta, no parece él.
-Pablo, joder, para.- su respiración está descontrolada, y el corazón le va a mil. Veo como David se va por la puerta, y realmente espero que nadie haya grabado esto, Pablo está empezando su carrera y esto le dejaría en muy mal lugar.- ¡Dios Pablo! ¿Estás loco? Nos pueden echar de aquí.- esta situación me ha cabreado de verdad, podemos meternos en grandes problemas por lo que acaba de hacer.
-Tenemos problemas más graves.- dice Salvador y me giro, noto la mirada de Pablo pero no le hago ni caso.
-He roto aguas.- susurra Alejandra con los ojos llorosos, y, asustada. Oh, genial.
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Muchaaaaaaaas gracias por las 6000 visitas!!!
Espero que os haya gustado el capítulo jajajaj, ¿qué os parece? Pablo y Valeria últimamente se están peleando muchísimo, ha sido llegar a Málaga y discutir bastante, ¿creéis que lo van a arreglar o que se van a dar un tiempo? Ayyy que quedan poco más de 20 capítulos para el final!!! Quiero opinioneeees, decidme como creéis que va a acabar la novela.
Este capítulo es para @alesanchez88 que me encanta meterme en wattpad y tener como 20 notificaciones tuyas!!!! Muchísimas gracias por leerme y por vivir la historia de Pablo y Valeria que si no fuera por lectoras como tú probablemente dejaría de escribir!

El Buen Amor (Pablo Alborán)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora