12

1.6K 237 11
                                    

Estábamos en una cafetería evaluando sujetos para posible coqueteo. Ninguno se me había acercado hasta ahora, no se si por estar sosteniendo un absurdo espejo de mano o porque los ponía nerviosos gracias a lo bella que soy.

Bueno, que más da, hasta yo se que es por lo primero.

- ¿Por qué no pudiste ser algo menos sospechoso? Como, no se. Estar en mi celular para no verme como estúpida y que al menos parezca que hago algo interesante.

- No te quejes, no es tan malo.

- Pero si me veo como retrasada viéndome en el espejo todo el rato, y peor, hablando con el.

- Mejor así, el pobre incauto sabrá a lo que se enfrenta.

- Oye, eso sí que fue grosero.

- Lo siento, al menos eres bonita.

- ¿El cielo se va a caer o que demonios? ¡Me halagaste!

- Deja de ponerme incómodo viéndome así y pon atención al tipo que se acerca a la mesa.

Guardé el espejo en mi bolso e intenté mantener una pose casual.

¿Tenía que subir mi pierna a la silla o bastaba con poner mi mano en la nuca y mirar al horizonte?

Que rayos, haré las dos.

El espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora