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- Han pasado semanas, no has intentado ni siquiera un poco conocer a alguien, y deja de mover tanto el espejo, me mareas- le había estado dando vueltas una y otra vez en la cama, estaba bastante aburrida.

- Yo ya te dije porque- respondí- pensé que ambos estábamos de acuerdo.

- ¿Por qué me iré?- el castaño lucía un poco irritado, también estaba lindo como de costumbre, pero eso no viene al caso- Oye, pasar el rato evaluando chicos para ti tampoco es la mejor cosa del mundo, pero tengo que ver por tu bienestar.

- Tal vez, conocer tipos no contribuya a mi bienestar Will.

- Me conociste, y estabas ansiosa por agradarle a este chico... Demonios, ni siquiera sé su nombre. ¿Y ahora de pronto decides que siempre no?

- No quiero hablar de eso- empujé lejos el espejo y hundí mi cabeza en la almohada.

- Y ahora me tiras lejos, eres linda ¿bien? Puedes conseguir todo lo que quieras ¿qué te detiene?

- Tú- murmuré, la almohada amortiguó el sonido y él nunca me escuchó.

El espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora