Capítulo 3

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Se levantó de golpe, ocasionando que se cayera al suelo y golpeándose las nalgas. Eran aproximadamente las 2:45 AM estaba todo oscuro. Se levantó del piso dirigiéndose al baño. Era exactamente la misma pesadilla, en la que encontraba con sus padres en el coche, pero el freno ya no sirve, el auto acelera a todo lo que da saliendo de la autopista para caer por un barranco donde se estrella y como si de segundos se tratase explotará. Y por más que grite, que lloré no logra obtener la atención de sus padres, luego observar como algo saque los cuerpos sin vida de sus padres se los lleve dejando así en evidencia que no hay cuerpo.

El chico maldecia, la vida le había quitado a sus padres. Pero ahora dudaba de si eso era cierto, pues como es posible que no se hallará uno de los dos cuerpos de ellos dos y un animal salvaje tampoco podría devorarlo o no dejar rastro. Algo no cuadraba.

Bajo a la cocina por un té, eso lo ayudaba a calmarse, no quería alarmar a su nana. De hecho hasta se preguntaba ¿Cuánto tiempo le quedaba con ella? Si bien ella ya estaba bastante grande de edad, le ponía triste la idea de que en algún momento de su vida su nana se fuera igual que sus padres. Eso lo puso nostálgico, el agua para el té ya estaba hirviendo. Saco de una cajita un sobre de té, lo coloco en el vaso y espero a que fuera soltando el color, mientras tanto encendió su teléfono para darse cuenta que tenía varios mensajes de Sofía y Edward en uno de los mensajes aparecía

Sofía
Foto — "Para que veas a los hermanos que te quieren"

En la foto se podía apreciar a tres chicos de diferente complexión, uno era Robusto, otro Delgado pero estaba el otro que era una combinación de ambos, eran Ricardo, Samuel y Dominique los hermanos mayores a Sofía y él. Estaban cenando en la foto, parecía ser de hace unos meses o años.

Tomo la taza para darle un sorbo, sentía alivio pues sentir un aire frío recorrer tu pecho era sinónimo de algún ataque.

Los extraño tanto, ojalá pudieran estar aquí conmigo. Me hacen demasiada falta empezó a sollozar, unas cuantas lágrimas recorrieron sus mejillas pero las limpio. Debía ser fuerte. En su celular en una carpeta guardada estaban todas las fotos que encontró donde estaban los tres juntos.

Cuando terminó su té, regreso a su habitación, debía de descansar para mañana. Ya eran las 3:15 AM. Apagó su teléfono y se dispuso a dormir
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Había pasado un día, la apuesta había iniciado. Si bien sus "tácticas" resultaron difíciles tenía que encontrar la manera de cómo lograr que Alex cayera en su juego, esa pregunta no lo dejaba dormir y es que pensó que si se animaría a mandarle mensaje pero en lugar de eso solo los ignoro. Entonces sonó el foco en su cabeza

—Ya sé que tengo que hacer —se auto felicitaba y decía victorioso, tal vez no iba a ser tan complicado acercarse a Alex. —Si el nuevo, se hizo su amigo con el choque que se dieron puede funcionar en mí también. —dijo victorioso —Aún no termina esto.

Se acomodó en su cama para descansar un poco pues se había quedado despierto pensando en la forma de ganar, porque ese era el objetivo ganar a toda costa. Sin importar que el chico al final terminaría sufriendo.

Sonó la alarma a las 6:15 AM, durmió lo que a él le parecía buena hora de sueño, se encontraba fresco y decidió a lo que había acordado hace unas horas. Se fue a dar un baño pues sus clases empezaban a las 7:00 lo bueno de ello es que sus padres le habían comprado un coche para que se pueda mover por la ciudad sin problema alguno.

Tan solo una apuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora