Parte 2

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Elena era su nombre en sus documentos falsos, los necesitaba por si algo salía mal en su tipo de trabajo, y sabía que no podía andar por el mundo vestido como mujer, ser prostituta y tener un nombre de varón. Salió por fin de ese departamento, después de que Alfonso le indicara como llegar a la estación del metro de nuevo, por suerte estaba muy cerca a tan solo tres cuadras, esa estación del metro también estaba cerca de donde debía ir desde el principio.

Llego a un pequeño y descuidado conjunto de departamentos, en ese lugar vivía rentando, no se preocupada por los vecinos porque la mayoría eran como él.

Los días que siguieron fueron normales para "Elena", aunque eso de normales en su vida significaba salir a vender su cuerpo para conseguir el dinero necesario para subsistir, por lo regular tenia por lo menos 3 clientes al día, los mejores días eran los viernes porque tenía el doble de trabajo, sin embargo, el dinero que ganaba no era solo para sus gastos, también tenía que darle un buen porcentaje a la persona que le brindaba protección a su grupo. Sus ganancias no estaban nada mal, pero en las últimas semanas no había tenido los clientes suficiente para pagar todo lo que necesitaba, como la renta de su departamento, por ello había aceptado la oferta de aquel muchacho que le había ayudado.

Cuando llego el sábado, se levantó temprano para darse una ducha, desayunar y arreglarse, ningún otro día de la semana se levantaba tan temprano y menos para "ir a trabajar", esto era una novedad en su tan rutinaria vida. Se vistió con un ajustado y muy corto vestido negro, unas botas largas que le llegaban hasta las rodillas, con un tacón de aguja bastante alto. Se maquillo el rostro de forma no muy llamativa, tan solo se ponía rímel, labial y con un poco más de maquillaje acentuaba los rasgos que le hacían ver más femenina.

A simple vista casi nadie podría haber adivinado que en realidad es hombre, para su suerte, o para su desgracia, sus facciones siempre fueron finas, nunca se había hecho cirugías plásticas como otras prostitutas que también eran hombres, pero no lo necesitaba mucho, su cuerpo era delgado y aun así se le dibujaba muy bien la forma de su cadera, para disimular los pechos tan solo usaba un sostén con un poco de relleno, en conclusión a simple vista cualquiera diría que era una chica plana. Sin embargo, pasar por mujer no era su mayor problema.

Se puso una gabardina negra que era mucho más grande que el vestido que traía, así podía cubrirse no solo del frio sino también de las miradas desdeñosas. Para llegar a la casa de su nuevo cliente abordo el metro, sin estar ebrio sabía que no se volvería a caer, sin embargo por su apariencia aun llamaba la atención de las personas.

Mientras andaba hacia el departamento donde "trabajaría" se comenzaba a preguntar algunas cosas, por su mente cruzo la idea de que si se trataba de una broma o que su acuerdo no iba en serio, en verdad golpearía a ese tipo. Pero al llegar a la entrada principal del edificio dudo un poco en entrar, era la primera vez que lo hacía de esa forma, a domicilio. Echo a un lado las dudas y presiono el timbre con el número del departamento donde vivía Alfonso.

-¿Si?- se escuchó una voz nerviosa proveniente del interfon.

-¿Me recuerdas?- pregunto de forma tranquila y de cierta forma coqueta.

-Pasa por favor- contesto aun alterado.

Un sonido provino de la puerta principal para que pudiera pasar, camino al viejo elevador y sabio al sexto piso, al llegar golpeo un poco la puerta del departamento 15. Casi inmediatamente Alfonso abrió la puerta para dejarla pasar, se le notaba nervioso y un poco avergonzado sin saber que decir. Tampoco Elena dijo nada, pensó que no había nada que decir, solo iba a hacer su trabajo, pero al adentrarse un poco más en el departamento noto que las cosas de lo que antes parecía la sala estaban acomodadas diferente, ahora había unas enormes sabanas blancas que cubrían todo desde el techo hasta cubrir parte del piso.

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