Poco me importa

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Poco me importa ya lo que piensen quienes vienen a leer. El fin de este blog es decir mi verdad, la crean o no. No es fácil para una persona como yo que jamás quise dañar a nadie, haber sido partícipe de semejante humillación, ser reconocido como el malo de la película, ser maldecido por miles de personas que sin conocerme me odian. Todo el tiempo que le "pertenecí" porque creanme que mientras ella me rondaba, yo no tenía vida propia, ella se apoderaba de cada uno de los momentos que podía pasar feliz, yo era su pertenencia. Como les decía, todo el tiempo que le pertenecí solo quise cuidarla y ayudarla. Obviamente que también tuve dias de furia, de maltratos y de violencia, pero créanme que eran a causa de sus maltratos, de su furia y de su violencia, me defendí como pude, como la ley me lo permitía, pero pocas veces he vencido las batallas. Ella siempre llevó las de ganar. Escudada en su enfermedad, en su edad, en su familia, en la falsa apariencia de hombre abusador que se creó en torno a mí, ella me lastimaba, me cortaba como una navaja cada vez que podía. Mi mente atormentada, sometida a su enfermizo amor, no me pertenecía, era suya, como todo lo mío, suyo. Y cuando la veía y la tenía en frente de mí, recaía en su cuerpo, en su mirada indefensa, volvía a creerle, volvía a estrellar mi cerebro contra su inocencia, y volvía a adueñarse de mi. Acaso ustedes se preguntarán como pude cometer semejantes estupideces, cómo no pude controlar mis impulsos y mandarla al demonio? bueno, no pude. Porque la amaba. Porque quería curarla, y porque me sentìa merecedor de todas las culpas que ella me otorgaba, me sentìa responsable por el monstruo que habìa creado, e inconcientemente juraba con mis actos, que iba a recuperarla. Pero ella solo me querìa a mi. Aparecía y desaparecía de mi vida como mágicamente. Saltaba del colegio a mi cama como si fuese un hada. Cómo resistirse? quien podría? si tan solo con su apariencia feliz, con su sonrisa, yo quedaba idiotizado. Ella lo sabía, y manejaba cada uno de los hilos de mi cuerpo para tenerme siempre cerca. Yo era su tìtere. Aunque ella me decia una y mil veces que era su verdugo. No podia salvarla... nunca pude. Nunca podrìa... Como aquella tarde, que despues del colegio me invitò a comer en un lugar carìsimo. Acepté para decirle que no querìa volver a verla, y por telèfono ya le habìa adelantado que sucedería en esa comida, què iba a decirle. Pero ella insistiò que sería la última vez, que luego me dejaría tranquilo para rehacer mi vida. Acudì a la cita con mi mejor voluntad, y la encontré ya lista, en una mesa. No pensaba encontrarla, dado que casi siempre las mujeres llegan despues que los hombres. Ella estaba ahí esperàndome preciosa, super arreglada y maquillada a la perfecciòn. Cuando la ví pensé : que hermosa, no quiero dejarla. Pero tenìa que hacerlo... no me quedaba otra salida. No era para mi, no podía estar el resto de mi vida con una persona tan conflictuada, tan insegura, tan asfixiante, celosa, impulsiva, invasiva, absorvente. Ya lo habìa pensado mucho, y aunque por mis ojos entraba la belleza hecha mujer, sabía con pruebas certeras, que detràs de esa belleza se encontraba una persona muy enferma capaz de destruirme sin matarme. Me recibiò como si fuera a casarme con ella, me abrazò, se colgò de mis hombros como una nena, y logrò hacerme sonreir. La abracè fuerte como para sostenerla, no porque quisiera abrazarla, pero ella entendió que correspondìa su abrazo y se puso feliz. Inmediatamente la apartè suavemente y le pedì que nos sentàramos. Ella habìa preparado todo, ya sabia de antemano que ìbamos a comer (conocía todas mis preferencias) e invitàndome a bailar se puso de piè. La mirè seriamente (estaba hermosisima), y le dije: -ESTAS LOCA VOS? te dije para que vine... que intentas lograr? terminala querés? sentàte ahí y escuchà bien lo que voy a decirte. - Pero ale, vos sabes por que hice todo esto, quiero que me perdones, te juro que todo va a cambiar, dame una oportunidad por favor. - Vos estas mal nena... tenes que ir a un mèdico ya. - Que mèdico? si vos sabes lo que me pasa ale, vos sabes! - Yo lo ùnico que sè es que estas mal, cada vez mas flaca, cada vez peor, mas obsesionada conmigo, y yo realmente no quiero saber nada de vos... ya fué, no entendes? ya fue!-ya fue que? no seas asi... por favor te pido, si vos sabes que vivo para vos.. no hay otra vida que no sea con vos... entendeme. - No entiendo, y sabes por que? porque si me amaras como decìs, no harías las cosas que haces, y las que hiciste, que fueron mucho peores, imperdonables, terribles, que te crees? que voy a olvidar facilmente eso? no te equivoques, me estas volviendo loco no entendés? que querés? que termine con un tiro en la cabeza igual que Gustavo? dejame tranquilo por favor. Como siempre empezò a llorar, su maquillaje se corrìa y el mozo del lugar no sabìa si venir con los platos o no.La ayudè a secarse las làgrimas y el mozo colocò delante nuestro manjares exquisitos. -Bueno dale, no llorès, vamos a comer y a tratar de hablar como personas civilizadas. - No voy a comer, ya vengo. Se puso de pié y encaminàndose al baño me dejó solo con mis pensamientos y mis culpas. Pensé que iba a arreglarse el maquillaje, así que decidì esperarla ahí, sin hambre, y sin ganas de estar un minuto mas sentado en ese lugar. Como tardaba en salir, llamé al mozo, y le pedí la cuenta, pensaba irme para que no me encontrase al salir del baño, pero cuando el mozo se acercó me comunicó que ella ya había pagado todo. Me puse de pié para salir del lugar, cuando escuchè una voz del baño de damas pidiendo ayuda. Era una señora que la había encontrado llorando, sentada en el piso, y con las venas cortadas.

ME DICEN ALEJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora