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Louis no puede evitar sentirse como una especie de criminal mientras carga con la botella de vino adulterado envuelta en su chaqueta bajo el brazo, se odia a si mismo por no haberla podido tirar al basurero antes de entrar al edificio y se detesta por si quiera pensar en la idea de drogar a Harry, por supuesto que jamás lo haría. Él tenía valores, moral, ética... y joder, un amor exageradamente fuerte por el dueño de ojos verdes.

-Estúpido Niall. –suelta mirando su reloj de mano una vez ha terminado de subir las escaleras. –Estúpido Harry. – echa andar por el pasillo, son las nueve de la noche y ya se encuentra frente a la puerta de su apartamento en el piso diez de un edificio de quince, en el que de hecho el alquiler resulta rentable para un estudiante universitario como él. –Estúpida tentación...

Decidiendo guardar la botella de vino muy bien entre sus cosas para luego regresársela a Niall abre la puerta de un tirón, no suele cerrarla con llave y sus vecinos son bastante respetuosos, además la puerta principal del edificio está bien asegurada. Un ruido, como de latas siendo aplastadas lo alerta, piensa que está mal ser tan confiado a la par deja la botella en el suelo cerca del pórtico, hace sus pasos sigilosos y avanza aun en guardia, listo para atacar a quien perpetuo su hogar; sentado en su modesto sofá con un montón de latas vacías de cerveza a su alrededor esta Harry, su cabello rizado revoloteado y sus mejillas sonrosadas.

-Caroline termino conmigo. Dice, no dándole tiempo a Louis siquiera abrir los labios, este último, para no ponerse a saltar de alegría, concentrándose en cuanto conoce las latas de descansan en el regazo de Harry.

-¿Y por eso asaltaste mi refrigerador?

-Necesitaba beber algo.

-Joder Harry, ella tiene ¿Qué? ¿cincuenta años?

Harry suelta una risa floja mirando a su amigo. –Treintaicinco, exagerado de mierda. –Desde su lugar puede ver los ojos del rizado, lucen de un verde casi botella debido al contraste con el papel tapiz en las paredes y el alcohol en su sangre, Louis adora cuando las pupilas de Harry se tornan de distintos tipos de verde, ya sea por el ambiente, o aunque parezca increíble, por su humor.

-¿Y qué? ¿Vas a suicidarte porque te dejo?

-Solo estoy nostálgico ¿sabes? Era un buen polvo. –Harry palmea el asiento a su lado y Louis se olvida del mundo a su alrededor, la piel pálida, el olor de su perfume, no hay nada que no le atraiga del Styles, es tan malditamente hermoso y a sus ojos perfecto aun con su personalidad torpe. Pensándolo de esta forma, Harry tiene ganas de beber y el de follárselo así que... No, no lo haría, no se convertiría en Niall, todavía tenía algo de decoro.

-Tú con el corazón roto, quien lo diría.

Harry lo viro, dándole un trago a su cerveza. –Cállate. Demonios, en un principio bromeaba pero al parecer la ruptura le había afectado de verdad, de pronto se sintió miserable; esa mujer aburrida y puritana era profesora en la universidad, Louis no sabía que había visto Harry en ella si lo trataba como a su mascota.

-Harry...

-¡Se terminó el alcohol Lou! –el Styles echa las manos al cielo, derramando un poco de cerveza de la lata que sostenía entre los dedos, el susodicho casi se atraganta con su propia saliva.

-¡¿Te tomaste ya todas las de la nevera?! -

-¿Tienes más? Necesito más... Entonces dejo caer la cabeza en el hombro de Louis, sus labios dibujaban una sonrisa que podría romper el cielo, sus ojos se entrecerraron y Louis comprendió de inmediato que estaba dormido así que le quito la lata de las manos laxas y se acomodó mejor, si despierto era bello dormido no se quedaba atrás. Sus respiraciones se acompasaron a sus músculos cual canción, no se había fijado en la camisa de Harry, negra y a medio desabotonar, su pecho era visible junto con uno que otro tatuaje, dios, si no salía de ahí podría hacer algo de lo que se arrepentiría. Se levantó una vez Harry estuvo recostado por completo en el sofá con una manta sobre sí. Iría al súper mercado quizás, debía comprar más cervezas, pastillas para la resaca, el té favorito de Harry, lo que sea que lo alejase del departamento.

¿Acaso Harry recordaría lo que sentía por él? ¿Por qué quería a esa zorra? Los hilos de pensamiento se vieron cortados repentinamente por el cajero dándole el recibo. –Gracias.- dijo Louis mientras salía del mini supermercado cerca de su hogar, el chico de rizos era un problema, eso es lo que era, un maldito problema. No se cansaba con meterse en sus pensamientos día y noche, no, también le ocasionaba todo tipo de percances, entre ellos estar a punto de hacer que su corazón se detuviera cuando volvió a casa y encontró su chaqueta y el periódico formando un camino hasta él, se estaba embutiendo cierta botella extremamente peligrosa de vino con desespero.

-¡¿Pensabas pasar una buena noche?!-

-¡Oh mierda, oh mierda, oh mierda! Y Louis no hizo más que correr a quitársela de las manos, ahogando un grito pero haciendo denotar su expresión preocupada.

-Esa cosa sabia horrible...- Mirándolo de pies a cabeza noto que no habían alteraciones, el Styles lucia tal cual lo dejo.

-Tú... ¿No te sientes.. cómo... raro?

-¿de qué hablas?

Tal vez Niall le había engañado, tal vez la droga no funcionaba, tal vez se sintió un poco, o un mucho, decepcionado, a fin ya había decidido que no le gustaría poseer a Harry ebrio y drogado, no había porque estar así.

-Hora de dormir Harry.

-Nada de eso, vamos por la segunda ronda.

-No, anda, vamos a la cama. – El más joven sonrió, Louis lo llevo hasta su propia habitación, donde lo ayudo a acomodarse en su cama (matrimonial, estaba acostumbrado a dormir a sus anchas) apenas le acomodó cerro los ojos, el Tomlinson sabía que no los abriría hasta mañana, le quito los zapatos, no se atrevió o más, joder, no engañaba a nadie, Niall era un estafador que recibiría su merecido, mientras debía tragarse su frustración. Una vez viendo a Harry soltar murmullos sin sentido se dejó el mismo caer y perdió noción...

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RUBRU t. ||Larry Stylinson||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora