To Live Is To Die [PAUSADA]

The pain

[Punto de vista de James- meses después]

" A esta edad ya he sabido más de monstruos que de personas, porque a mi siempre me han dado miedo las últimas. 

Miro al cielo, entonces, con la vista cansada y con los sentimientos quién sabe cómo, jamas he sabido ponerle los motivos correctos a la sonrisa, siempre, al final, la destrozan las personas a quienes he admirado y por las cuales he derribado muros para llegar a ellas.

Romper cosas cuando intentas dar tu mayor acierto, romper personas cuando intentas construir algo bonito, romper corazones cuando intentas entrar en ellos. ¿Porque todo a veces se resume en romper?. Ojalá solo lo conjugáramos con las cosas, y no con las personas. 

Entonces comprendo que para conseguir unas cosas tendrás que sacrificar otras. Y lo jodido es que tu no escoges cuales perder, sino que es la vida quien te las arrebata sin el más mínimo de los afectos. 

Dicen que con el tiempo uno no olvida, sino que aprende a aceptar. Y con lo que a mi respecta: Ya te he aceptado y me he resignado, porque el mayor error hubiese sido no haberte conocido jamás. "

Al terminar de leer aquella carta y dejarla junto a unas flores sobre la lápida de Cliff, me dispongo a levantarme y retirarme de aquel lugar tan solo y frío. 

Deje pasar los días sin siquiera darme cuenta. Y ya han pasado meses desde la muerte de Cliff el dolor es constante, pero es hora de continuar.

Hemos conseguido un nuevo bajista, su nombre es Jason Newsted, es bastante bueno, por supuesto.

¿Pero qué hay de malo en todo esto?.

Últimamente la vida la llevó ojerosa.  

A la hora de ensayar me mantengo ebrio, y al estar sobrio me transformó totalmente. 

Me he distanciado de Lars hasta al punto de solo vernos para ensayar. Y eso que vivimos juntos. No me he dispuesto a verlo a los ojos, ni siquiera decirle una sola palabra. Y no lo entiendo, ya que realmente estábamos tan bien, pero algo cambió, así de la nada. Ahora lleva chicas a la casa, cada día una diferente, mientras yo me mantengo encerrado en mi habitación, con unas cuantas cajas de alcohol. 

Me atrevo a pensar cómo se sentirán mis padres al ver lo desgarrado que estoy. Y la manera en la que vivo mi vida. Se que no les agradaría. 

Y que ha de pensar Cliff ahora, al verme caminar solo, con la cabeza centrada en el suelo. Con los pensamientos en el cielo y el corazón destrozado. 

Y cada vez que pienso en eso, o simplemente el nombre de Cliff pasa por mi mente, me hace saber que las despedidas marchitan sonrisas.

Sin venir a cuento, cuanto nos deja alguien cuando se va. A veces poco, a veces mucho. A veces suficiente. Pero jamás nos deja nada. Siempre hay algo que me hace recordarlo, ya sea una frase leída en algún libro o un verso de una canción que ya nadie escucha.

Y ojala las cosas no fuesen como están ahora, tan tristes después de su partida. ¿Pero como? si es inevitable que haya un cambio climático en nuestra vida después de tremendos huracanes que vivimos en nuestra piel constantemente. 

Inevitable como el golpe tras la caída, como la herida tras haberse aferrado a un amor incomprensible, pero que jamás se lamentaría de haberlo intentado.  

Un recuerdo es algo suicida, pienso. Algo que no mata, pero consume poco a poco. 

Es como si en el último instante todas las fuerzas existentes en nuestro cuerpo se enfocarán en no soltar. Porque soltar siempre duele, más si quien está apunto de irse es con quien has pasado tus inviernos más fríos y solitarios. Y duele mucho más mirarse los brazos y ver que lo único que queda es un hueco donde encaja a la perfección alguien. Alguien que jamás volverá a estar en casa. 

Podremos conocer miles de personas a lo largo del camino, pero jamás llegaremos a conocer  dos veces a la misma persona. Porque el ya se habrá marchado para siempre y nosotros empezamos a marchitarnos desde entonces. 

- Ohh.. Burton. -digo para mi mismo mientras sigo caminando.