Capitulo 1: The Dream

173 9 5
                                    

 Mis pies descalzos tocaban el suelo, pero a pesar de encontrarme en un bosque bastante seco, se sentía como pisar nubes, ¿ridículo, no? Seguí avanzando, no sabía hacia donde, pero una parte muy alejada de mi inconsciente me decía que iba en la dirección correcta. Mis ojos se sentían pesados, pero no podía dormirme ahora, debía llegar, debía alcanzarla, a Ella.

¿Ella? ¿Quién era ella? ¿A quién estaba buscando?

Esto era como si hubiera dos partes de mí: una que sabe exactamente lo que busca y lo que hace aquí y, la otra que no tenía idea de donde estaba o quien era "Ella".

De pronto levanto mi mano y veo una daga cubierta de sangre, mi cuerpo sigue moviéndose solo hacia adelante mientras que derramo lágrimas, que no parecen tener sentido. Un hecho aparece como una epifanía, yo había matado a alguien, pero, ¿sería Ella?

- ¡AMBER! ¿Dónde estás?- escucho a alguien gritar a lo lejos- ¡Amber, no voy a hacerte daño! ¡Amber lo siento! - eran gritos de puro lamento, podía sentirlo. Llevo mi mano derecha a mi muñeca izquierda, en ella encuentro más sangre, MI sangre.

¿Pero por qué? ¿Es Ella? ¿Ella me hizo daño? ¿La sangre en la daga también es mi sangre? ¿Qué es esta opresión en mi pecho? ¿Angustia? ¿Por qué?

Desperté exaltada con un sentimiento que iba de la angustia hasta el miedo frio y profundo. También con un extraño presentimiento de peligro. Saque todo esto rápidamente de mi cabeza.

Son tonterías, solo son nervios de primer día...

Ese día comenzaba el ciclo superior; nuevos compañeros, nuevos profesores, nuevas materias, más tarea y más problemas. No estaba realmente entusiasmada ya que, la que hasta el año pasado era mi "mejor amiga", se había mudado a Madrid, por lo tanto, del otro lado del océano Atlántico, y realmente no había sabido mucho de ella desde entonces. Por otro lado estaba mi "mejor amigo", el tampoco había dado señal de vida en todo el verano...

Sin muchas ganas me levante de la cama y me dirigí al baño, que por desgracia era compartido, asique tuve esperar unos quince minutos a que mi tonto hermano terminara de usar la ducha. Para cuando por fin pude terminar de usar el baño, me ducho y me visto (convers negras, jean negro y camiseta también negra que dice DOPE en blanco), se me hizo súper tarde, es más, tenía apenas veinte minutos para llegar a tiempo.

Salí corriendo hacia la puerta de entrada, en el camino cogí mi morral, me la colgué en el hombro y me hice una cola de caballo. Al salir a la calle, algunas gotas de llovizna empezaron a golpear mi cara, pero apenas les di atención. Llegue a la parada del bus justo a tiempo para subirme a uno y suspirar con tranquilidad, no llegaría tarde, odio llegar tarde.

A diferencia de hace un rato, tuve el presentimiento de que sería un buen día, un día inolvidable.




Mia [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora