Capitulo 7

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Narra Justin:

-¿¡Qué mierda has hecho!? - gritó montando en cólera, sus manos rodearon mi cuello y mi cuerpo impactó contra la pared. No sabía demasiado bien cómo reaccionar, sabía que él estallaría de esta manera, y yo no me encontraba moralmente preparado como para enfrentar que nuevamente ella se había ido de mi lado. Recapacité. Puse una mano en su pecho y lo empujé bruscamente para separarme de su jodido agarre y antes de que pudiera hacer algo le miré, necesitaba que me escuchara pero eso sería imposible - ¡Te he dejado solo por menos de una hora! ¿¡Cómo mierda se te ha podido escapar!?

-No se ha escapado, yo le he dejado ir - respondí con frialdad, me encontraba distante y pensativo, traté de idear algo, traté de pensar en donde estaría ella en estos momentos, hacia donde se dirigía. No supe encontrar algo razonable, California estaba lejos del plan de todos, y Atlanta... Atlanta - Pero ya sé donde esta, toma todas tus malditas cosas, nos vamos de Canadá –me apresuré a decir.

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Narra ______:

Las horas habían pasado el tiempo no me daba otra opción, era la melancolía o el sueño que se me había sido quitado desde hacía ya demasiado tiempo que no recordaba lo que era dormir con tranquilidad, sin recurrir a ninguna pastilla, o algún otro recurso. Miré por la ventanilla, y luego dirigí mi mirada a Louis para que se detuviera de una vez, él parecía inquita, esto no le gustaba nada. Tal ves porque nunca había tenido tiempo de explicarle como realmente eran las cosas. Le examiné con la mirada una vez que el auto se habia detenido, me tomé el tiempo de memorizar cada detalle de él antes de que se fuera. Su cabello castaño, tirado levemente para arriba. Sus ojos azules, profundos y expresivos. Aquellos labios finos y rosados, la sonrisa que siempre estaba pintando en ellos y que prontamente como habíamos llegado aquí había desaparecido. Respiré hondo, recordando que le había conocido por casualidad en el aeropuerto, estando perdida en medio de Inglaterra. Él había sido mi amigo, el único que había logrado conseguir que me quisiera sinceramente, había dado todo por mí, había trabajado para mantenerme en lo que yo conseguía un trabajo, me había dado techo y comida, me había consentido y mimado, cuidado hasta el punto de que pareciéramos los hermanos. Hermanos verdaderamente. Me aferré a él, y le di un fuerte abrazo, sintiéndome destrozada por no poder contarle la verdad.

-¿Gemelos? - inquirió, a lo que me remití a asentir únicamente. Louis había intentando hablar conmigo durante todo el viaje, había tratando de averiguar algo sobre aquel problema que me aquejaba pero, lejos de escuchar algo concreto salir de mi boca, únicamente había escuchado entre balbuceos vacilantes una palabra clara, "Gemelos", y aquello había bastado para despertar el interés hacia el tema del cual nunca le había hablado. Él y yo teníamos una relación abierta a la sinceridad, pero había temas, cosas relacionadas con el pasado de cada uno que preferíamos no tocar, no indagar para no romper la linda amistad que manteníamos. Mis familias, mis hermanos en especial eran uno de aquellos "temas prohibidos", algo sobre lo que él no debía preguntar porque sabía que yo no respondería - ¿Tus hermanos son gemelos?

-Si - afirmé aquello separando el abrazo que nos mantenía unidos, y bajé la mirada por un segundo, tomando aire para luego suspirar notoriamente. Con pesadumbres - Solamente te pido, que te cuides de ellos, no son de fiar - le advertí, aunque no sabía que era peor, si comentarle aquello de ambos dejándole con la preocupación latente sobre lo que me podía pasar a mí en manos de ellos, o el hecho de haberle dicho que aquellos no eran de confiar, mientras que la que realmente no era de confiar era yo - ¿Qué harás ahora? ¿Te quedarás aquí o volverás a Doncaster? - inquirí, desviando el tema. El formuló una mueca en su rostro, sabía perfectamente que él se había dado cuenta que yo no quería hablar de aquello, y suspiré con alivio al notar que él había respetado mi decisión.

-Buscare un hotel por hoy, y luego podré buscar un departamento, te esperaré a ti... - respondió con rapidez, sabía que en manos de los chicos él no correría peligro, pero no quería que supiera la verdad, no quería que supiera lo tan enferma que era la relación que mantenía con ambos gemelos antes de conocerle - No volveré a Inglaterra si no es contigo, mucho menos si se que no estás segura aquí pequeña.

-Todo estará bien - le aseguré, aunque no sabía si quería convencerle a él o a mí misma. Besé su mejilla, mientras abría la puerta del auto - Te llamaré en la noche, y si necesitas algo simplemente llámame.

Le vi asentir, y luego simplemente bajé. Saqué la maleta que se encontraba en el asiento trasero. Mi vista vago por la casa que estaba frente a mí, centrándose en el gran ventanal que daba a la sala, allí adentro les vi jugando, alegres y contentos como les recordaba. Estaban más altos, eran más grandes. Sonreí tocando la puerta. Un nudo se formó en mi garganta al pensar que tal vez no sería aceptada nuevamente en esa casa. Mi corazón se detuvo cuando la puerta se abrió, frente a mí se detuvo aquel hombre, aquel que yo había conocido cuando solamente era un mocoso. Su expresión reflejaba confusión, incertidumbre. Seguramente no entendía cómo es que estaba yo frente a él nuevamente. Sus brazos me atrajeron a él, y nos unió en un fuerte abrazo, uno de aquellos que me daba cuando estaba mal en la adolescencia, los que me dio aún cuando ya éramos adultos.

-¿______? - Inquirió con asombro, separándose levemente de mi para mirarme - No puedo creer que seas tú, ¿Qué estás haciendo aquí?

-Necesito tu ayuda Liam - logré decir, cuando la maleta quedó expuesta frente a él, dándole a entender que era lo que necesitaba, él torció el gesto, formulando una mueca que pareció preocupación pura. Aquella preocupación que lo afirmó todo.

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-Fabi

Gemelos explosivos [Segunda Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora