7. La fortaleza invisible

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- ¡Daniiiii! - oí exclamar a Víctor. Los tres habían dejado de pelear.

Esa voz que me había dicho que saltara me parecía familiar... ¿Podría ser Andrea? 

Había caído en una superficie rocosa. Ante mí se alzaba lo que parecía la entrada a la fortaleza... ¡y dos herobrines!

Saqué mi espada esmeralda y bloqueé los rayos que habían lanzado. Rápidamente y de un golpe acabé con uno. El otro me golpeó y caí, pero me reincoorporé y lo maté de un espadazo.

- ¿Dani? - la voces de Sergio, Raúl y Víctor se escuchaban en la lejanía.

- ¡Estoy aquí! - grité. - ¡Saltad!¡No hay ningún problema!

De la niebla vi aparecer en el aire a los tres. Raúl vio el cuerpo de los dos herobrines sin vida en el suelo y sonrió.

- Bueno, chicos... ¿Ahora qué? - preguntó Sergio.

- Habrá que explorar la fortaleza. - dije.

- Fijaos... - comentó Víctor. - Yo veo la fortaleza.

- ¿Y entonces qué problema había con los chunks? - preguntó Raúl

- No sé... - titubeó Sergio, un poco confuso. -  A mi me dijeron literalmente: "cuidado con los chunks"

- Puede que signifique otra cosa. - especulé. - Bueno, sigamos.

Nos adentramos en la fortaleza. Estaba construida con bloques PPP (Puerta Portal Pública), y había lava a modo de iluminación. La verdad es que fue una de las estructuras más increíbles que había visto en mi vida. A veces olvidaba el hecho de que Minecraft es un juego espectacular.

Avanzamos entre los corredores del castillo, intentando no llamar la atención de ningún herobrine, hasta llegar a una gran sala. Mediría unos 100 bloques de largo y 200 de largo. El techo, iluminado por piedra luminosa, invitaba a entrar. En el fondo de la sala había un portal al Nether. A su lado, unos diez herobrines.

- ¿¡Qué vamos a hacer ahora!? - preguntó sobresaltado Raúl. - Meterse ahí es un suicidio.

- Un momento. - dijo Sergio. - Dani, ¿como dirías que son los herobrines luchando en la oscuridad?

- Mmm... - dudé en qué decir. Todos mis combates con esos monstruos habían sido de día. - Lo siento, pero no tengo ni idea.

De repente, algo disparó a los herobrines, que murieron al instante. Pero no eran flechas, ni bolas de fuego. Eran más bien descargas de energía. De entre algunas columnas salieron unos bichos pequeños, que parecían robots. Parecían conos de helado girados a los que les habían puesto ruedas.

- ¡Fijaos en el lateral! - exclamó Víctor. Había unas letras, donde se podía leer claramente "Cool Heavy Useful Nice Killer"

- ¡Esos es un C.H.U.N.K.! - dije yo.

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⏰ Última actualización: Dec 08, 2018 ⏰

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