Me desperté con mis pelos revueltos, tenía la cara llena de baba por la almohada —que también había babeado yo, por cierto— y me caí de la cama.
La alarma del móvil era muy molesta. Me he pegado un golpe que te cagas.
Me vestí con cara de zombie y me lavé la cara, entonces me di cuenta de que... ¡Me había puesto el pantalón al revés!
¿¡Cómo puedo ser tan torpe!?
Me quité el pantalón y me lo puse derecho, me miré en el espejo... ¡Venga ya! Hide y yo seremos gemelos, pero es que vestimos casi igual, ¿el gemelinstinto ha vuelto?
Es que tenía puesta una sudadera amarilla y unos pantalones cortos verdes, justo como lo hace Hide, pero yo con ropa de mujer.
Bajé a desayunar y cuando Hide me vio sólo dijo:
—¿El gemelinstinto ha vuelto? —preguntó Hide mientras se metía una cuchara con cereales en la boca.
—Esto ya es ridículo, creía que lo superasteis cuando Hana se fue —comentó mi madre mientras me ponía un vaso de zumo de naranja.
—Es que como somos los Súper Brothers pues todavía no los superamos.
—Y Hana, cúentame —comenzó a hablar mi padre mientras leía el periódico —,¿ya te has hechado novio?
—¿Pero no era Kaneki su novio? —preguntó mi madre.
Mamá, papá, me doléis.
—No, no tengo novio, y no lo quiero. Y no me gusta Kaneki, ¿vale? —dije lo más calmada posible, intentando no cabrearme.
—Ah, pensaba que sí. Bueno, qué le vamos a hacer. Pero quiero nietos, y como Hide es imposible.
—Pero yo molo más que vosotros —se defendió Hide.
—No, yo molo más— devatí.
—Bueno, me voy a currar, hasta luego —terminó de beberse su zumo y salió con la bici.
—Y yo, me voy también.
—¿Y tú dónde vas? Hoy no tienes nada —preguntó mi padre, pensativo.
—Sí, hoy me toca ir con Kaneki- reí.
—Si sabía que era tu novio.
—Primero: No veo a Kaneki hace años, dejadme. Segundo: Le gusta una chica.
—¡Mierda! Odio que mis hijos tengan razón y yo no —se quejó mi padre.
—Adiós gente. Paso de vosotros.
—¡Vuelve a las 8!
Salí por la puerta, me sentía un poco perdida por aquí, pero aún me acordaba de los sitios.
Japón es tan diferente a los otros países, me lo pasé muy bien de gira, pero Japón es el único sitio en el que nunca seré una extrangera.
Y además, dicen que soy china. Los chinos y los japoneses no somos iguales, pero nadie lo entiende.
Después de unos 10 minutos andando llegué a casa de Kaneki.
Iba a tocar al timbre, pero me detuve. ¿Quién será la chica que le gusta? ¿Cómo será? Seguro que es más guapa que yo...
No, dejo de pensar en eso. Me da igual, me da igual.
Hana no divagues ahora, te da igual.
Después de mi debate mental me decidí por tocar al timbre.
Esperé unos segundos hasta que por fin me abrió.
—¡Kaneki! —chillé y me tiré encima suya.
—H-hana, tranquila, no es para tanto —protestó en el suelo riendo y ligeramente sonrojado, es que es mi mono —. Ese hábito lo sacaste de Hide.
—Lo dices como si no me hubieses hechado de menos —que quejé e inflé los mofletes.
—¿Cómo no iba a hechar de menos a mí mejor amiga?
Mejor amiga.
Mejor amiga.
Mejor amiga.
Ese es mi problema.
—Pues no lo demuestras, estúpido.
—Me quieres demasiado.
Sí, te quiero demasiado, ese es otro de mis problemas.
—Ya lo sé, pero algún día me vengaré de ti.
—No te hagas ilusiones soy más listo que tú.
—Quita de mi camino, bicho.
Lo empujé, entré a su casa y cerré la puerta riéndome.
Já, ¿con que no podría vengarme eh? ¡En tu cara!
—Oye, Hana, te quieres vengar y eso, ¿pero qué vas a hacer tú sola en mi casa?
—Cotillear —respondí como so fuese lo más obvio del mundo.
—Pues déjame entrar y yo te lo digo todo.
—No, no, he estado fuera dos años, tú me vas a querer ocultar algo.
—¿No confías en mí? Me dueles.
Y tú a mí.
—Hasta lueguito, Kaneki.
Y empecé a buscar cosas en su casa, empecé por los libros.
Takatsuki Sen, la mayoría de libros son de ella. Claro, si es su escritora favorita.
Los libros de su padre.
Rebuscando entre los libros se cayeron dos fotos al suelo.
Las recogí.
Me emocioné, las fotos de la fiesta de fin de curso justo del año antes de ir a la universidad. Bueno, fueron Hide y Kaneki, yo me fui de gira.
En la primera foto estábamos Hide, él y yo.
Hide se estaba riendo y me pasaba el brazo por el cuello, yo reía junto con él. En el otro lado estaba Kaneki, sonreía, pero algo tímido.
Recuerdo todo lo que lloré ese día. Al día siguiente me fui.
Miré la segunda foto, realmente no me lo esperaba.
Estábamos Kaneki y yo, yo le daba y beso e la mejilla mientras me abraza, y éste tenía cara de sorpresa y estaba sonrojado.
No pude evitar reír, era muy gracioso ver la cara que ponía.
Qué buenos tiempos aquellos.
—¡Hana, en serio, para de cotillear y ábreme, no quiero entrar por la ventana!
Bueno, supongo que ya me había vengado lo suficiente.
La abrí la puerta.
—Por fin, me han dejado fuera hasta de mi propia casa, no me lo puedo creer.
—¿Aún tienes éstas fotos de hace dos años? Me he emocionado y todo —sonreí con algo de melancolía.
—Claro, ¿qué te crees? Fue uno de los mejores momentos de mi vida.
—Lo mejor fue la cara que pusiste en esta foto —le enseñé la foto de cuando le di el beso en la mejilla.
—Me pillaste por sorpresa —hizo un vano intento de defenderse.
—Eres demasiado tímido —rebatí.
—No tengo respuesta para eso, es verdad.
—Al final te hago un look a los Michael Jackson y te hago salir a la calle, será tan vergonzoso que no te dará vergüenza nada.
—¡No, lo que sea menos eso!
Y así pasamos toda la tarde, entre bromas, nuestros chiste malos y peleas que arreglábamos a los 5 minutos.
Ojalá fuese así siempre.
Pero eso no es posible.
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Querido mejor amigo
FanfictionYo sólo soy la chica que se enamoró de su mejor amigo. Nuestras miradas de complicidad... Nuestras bromas absurdas que sólo nosotros entendíamos... ¿Cómo no iba a suceder? Me enamoré de ti, mejor amigo. Me enamoré de ti, Kaneki Ken. Portada hecha po...