Capítulo 8: Kaneki's POV

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(Os advierto, narra Kaneki xD. Que no haya líos).

Estaba en mi casa, acababa de salir de Anteiku. Menos mal que me encontré con Touka-chan ese día, si no no sabría que hacer.

Ahora que soy ghoul no quiero hablar con nadie, y para salir he empezado a ponerme un parche en mi ojo izquierdo porque no puedo controlar mi ojo ghoul.

Esto es horrible, nunca debieron implantarme esos órganos.

Una vez alguien dijo que cuando al frío te expones todo aliento te parece cálido. Tal vez la vida esté llena de frío y sólo haya que buscar los alientos— Takatsuki Sen.

Sí, quizá esa frase expresaba lo que me está pasando.

Si mi vida está llena de frío mis amigos son los alientos, pero lo digo más por los de Anteiku que por Hide y Hana.

A ellos, mis dos mejores amigos, ¿quién diría que no debería estar con ellos?

¿Ahora cómo se lo voy a explicar? Seguro que me dejan de lado, o se asustan y llaman a la CCG, infinidad de cosas podrían pasar.

Pero ahora que los de Anteiku me ayudan quizá no tenga por qué decirles, aunque me da cosa vivir engañándolos, siempre han estado conmigo y yo no tengo derecho a ocultarles nada.

Me siento horrible, pero es lo que hay.

Quizá debería de dejar de pensar en eso, pero cualquiera estaría así si estuviera en mi lugar, cosa que es imposible, es decir, ¿quién iba a ser mitad ghoul como yo?

Qué asco de vida, en serio.

Tocaron a la puerta, genial, lo único que me faltaba.

Fui a abrir y para mi sorpresa estaba Hana allí, eso es muy raro, a esta hora ya debería haber vuelto a casa a pelear con Hide, lo normal, pero bueno.

—¿Hana? ¿Y tú qué haces aquí?

—Pues... Yo... Esto... —estaba muy nerviosa y se rascaba la nuca, eso es que estaba pensando en algo que decir—. Pues sólo tenía ganas de verte, ¿algún problema?

—No, claro, pero vamos, parece que estás mintiendo.

—¡Claro que no! —infló sus mofletes y se cruzó de brazos—. Ya no te quiero —se dio la vuelta dándome la espalda—. Además, también podría preguntarte yo por tu ojo de parche.

—Oh, venga, no te enfades conmigo, si yo te quiero —ella se dio la vuelta, y abrió mucho los ojos—. Y lo del ojo de parche es porque me hice daño y no quiero que se me vea.

—¿En serio? —se notaba algo emocionada, pero vamos, será por lo que me dijo hoy Hide—. Ah, claro, estaba segura de que era eso.

—Como amiga —contesté, ella hizo una mucha que no supe descifrar.

—Ah, sí claro, como amiga —tenía un tono molesto y con algo de decepción en su voz, ¿qué le pasaba?

—¿Es por tus tetas? Es decir, estás rara, y me ha dicho Hide que estás nerviosa por eso.

—Algún día mataré a Hide —maculló.

—¿Con los poderes de rubia?

Sí, los poderes de rubio, unos poderes que tienen todos los rubios. O al menos eso dicen ellos, los poderes de rubio, ¿quién iba a creerse eso?

—Sí, claro, con los poderes de rubia, ¿de qué forma iba a hacerlo?

—Pero en serio, ¿estás molesta con tus tetas? No quiero ser yo quien tenga que darte "la charla."

Querido mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora