Capítulo 8

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CAMILA
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Como cada sábado, me desperté casi a las once de la mañana, revisé mi teléfono y me distraje con el hasta que mi cuerpo recordó que tenía necesidades vitales. Fui al baño y me arreglé un poco para bajar a almorzar.

— Camila ya está aquí— le dijo mi mamá a una chica del servicio. La chica salió del comedor y fue hasta la cocina a buscar mi almuerzo.

— Buenos días— dije.

— Buenas tardes— me corrigió ella.

— ¿No vas a almorzar conmigo? — pregunté, al ver su ropa que era de trabajo y el bolso que tenía en su hombro.

— No, cielo. Tengo que hacer algunas cosas, tu papá debe estar por bajar. Come con él.

Mamá se despidió de mí y se fue. Me dirigí hasta la cocina y le pedí a Claudia que me sirviera la comida en el mesón de la cocina. No me gustaba comer sola en el comedor, y sabía que a papá tampoco.

— Huele bien— dijo mi padre—. ¿Cómo estás, cielo? — Besó mi frente y con un asentimiento seguido de una sonrisa le hice saber que estaba bien—. ¿Tienes algún plan para hoy?

— Supongo que voy a terminar mi libro y hacer algo de tarea.

— Estaba pensando en que era momento de que hicieras algo... Ah, Lauren, pasa. Ven, siéntate.

Giré la cabeza para ver si mis oídos me traicionaban o si papá realmente había dicho eso. Para mi desgracia, Lauren estaba parada en la cocina, luciendo completamente perfecta. Sonreía de oreja a oreja y se veía de muy buen humor.

— Como te decía, hija, es momento de que aprendas a conducir. Sé que el permiso provisional lo obtienes a los dieciséis, pero tengo algunos contactos y si pasas la prueba podrías tenerlo para el verano.

Salté de mi asiento y me tiré a sus brazos de la emoción.

— Gracias, gracias, gracias— repetí una y otra vez, con una sonrisa que no se iba a borrar con nada.

— Lauren va a darte algunas lecciones y cuando estés lista, puedes hacer la prueba, ¿qué te parece?

Mi sonrisa se borró por completo y toda mi felicidad del momento se convirtió irritación.

— ¿No puedes enseñarme tu? — Le pregunté, ignorando la presencia de Lauren a unos metros de mí.

— Soy muy nervioso para esas cosas. Además, tengo que trabajar.

— Pero papá...

— Es mi única oferta, Camila, o Lauren te da las lecciones o esperas hasta el otro año.

— Está bien.

Lauren sonrió burlona y me guiñó el ojo. Luego comenzó a hablar con mi padre y después de terminar de comer y de cambiarme, me encontraba en un estacionamiento vacío cambiando de lugar con Lauren.

— ¿Sabes que esto es un a-u-t-o, cierto? — Me dijo deletreando la palabra. Rodé los ojos.

— ¿Sabes que eres una i-d-i-o-t-a, cierto?

— Pórtate bien, Mila— rodé los ojos y la miré expectante—. Esto es la palanca de cambios, solo tienes que ponerla en D cuando quieras conducir normal, en R para ir hacia atrás y en P cuando vayas a estacionarte o detenerte por completo.

— ¿Y la N?

— Eso es neutro y es casi parecido a P. Aunque te recomendaría que por ahora solo utilices D y P. Luego podemos practicar reversa y las demás cosas.

gone; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora