Capítulo 20

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LAUREN

Abrí los ojos lentamente y pestañeé varias veces, tratando de acostumbrarme a la molesta y brillante luz blanca que estaba sobre mí. Sentía como mis oídos punzaban y cómo mi cabeza parecía que iba a explotar, tenía la garganta seca y estaba desorientada.

Sabía que estaba en un hospital, probablemente en emergencias por la cantidad de voces y sonidos que había, pero no sabía exactamente que me había pasado ni que hacía aquí.

— Estás despierta— dijo Dinah, entrando al cubículo con una bandeja en su mano y muy sonriente.

— Eso parece.

— Te desmayaste hace unas dos horas y te dieron algunos calmantes porque cuando despertaste estabas bastante alterada. Supongo que eso te hizo dormir y por eso te sientes mal— explicó, antes de que yo tuviese tiempo para preguntarle. Sonreí en modo de agradecimiento.

Nos quedamos en un silencio que con el paso de los segundos comenzaba a volverse incómodo. No podía ni siquiera mirar a Dinah, por la vergüenza que sentía de mí misma, de esta extraña en la que me había convertido.

— ¿Sabes cómo me rompí realmente la nariz la navidad pasada? — Pregunté al azar, tratando de terminar con el silencio incómodo. Dinah levantó la mirada y negó suavemente.

— Dijiste que te caíste esquiando.

— Nunca me he caído esquiando... Fue Camila quien me la rompió.

— Seguramente lo tenías bien merecido— respondió sonriendo, como una mamá orgullosa.

— En mi defensa no le hice nada. — Levanté los brazos como diciendo 'yo no lo hice'.

— Fuiste una idiota con ella por meses, ¿eso no cuenta?

— Pero ella también lo fue conmigo.

— Touché— respondió ella.

— Entonces, como te decía, me rompí la nariz y les dijimos a todos que Camila y yo habíamos salido a esquiar en la noche y yo me había caído en la nieve. Pero en realidad nos habíamos escapado de la fiesta para tener...

— ¡Suficiente! — Me interrumpió—. Ya me arrepentí una vez de tocar este tema contigo.

— ¿Pero no quieres saber? — Pregunté con un puchero.

— Ugh, está bien.

— Dejamos la fiesta para tener nuestra primera vez, fue todo muy lindo... hasta que le dije a Camila que la quería aquí. — Señalé mi cara.

— Esto ya se volvió más que incómodo.

— Lo sé— sonreí—. Pero me gusta ver la cara que pones.

— Eres insoportable.

— En fin, a Camila le dio cosquillas mi lengua y me golpeó en la nariz con su rodilla. No podíamos decirles a nuestros padres lo que había pasado realmente porque ellos estaban a favor de nuestra relación, que digo a favor, si nuestra relación existe es por ellos. Aun así, no era bueno para su salud mental que les dijésemos "Camila rompió mi nariz mientras estaba sentada en mi cara".

— ¿Y cómo explicaron el hecho de que estaban desnudas?

— Ahí estaba el problema, no teníamos ningún tipo de ropa de esquiar y si salíamos con nuestros vestidos en la nieve nos íbamos a congelar. Teníamos que pensar rápido antes de que ellos se dieran cuenta de que no estábamos y comenzaran a buscarnos, a eso agrégale que de mi nariz salían chorros de sangre y que Camila estaba asustada y nerviosa por toda la sangre que veía, y se sentía culpable por haberme hecho eso.

gone; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora