LAUREN
— ¿Y vamos a hacer el amor?
— Pero si ni siquiera te puedes mantener con los ojos abiertos.
— ¡Estoy despierta! ¿Ves?
— No quiero que te quedes dormida mientras lo hacemos.
Recordaba aquella última conversación que habíamos tenido en mi auto antes de que cayera desmayada en mi cama y Camila desapareciera. Recordaba la manera en la que nos besábamos en aquella fiesta, con tanta necesidad, como si fuese el último beso... Y tal vez lo era. Hasta ahora no había caído en cuenta de cómo Camila había planeado hasta el último detalle y que esa fiesta le había caído como anillo al dedo. Había sido la situación perfecta en la que las chicas y yo estaríamos muy ebrias como para recordar cualquier cosa que nos dijese. Yo estaría fuera de mí y ella podría llevarse mi auto que convenientemente no tenía GPS. Ahora encajaban tantas cosas y me sentí estúpida por no haberme dado cuenta antes.
Camila me preguntó por el GPS de mi auto. Me pidió en varias ocasiones que le sacara dinero en efectivo para comprar "cosas". Me preguntó que sabía de rutas para hacer road trips, pero yo no le preste atención y solo le dije que el año siguiente podríamos hacer uno por todo el país si ella así lo quería. Me dijo que quería ser libre, pero lo tomé como uno de sus delirios de media noche y me dormí.
¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Cómo no pude darme cuenta de lo que Camila estaba planeando? ¿Cómo no me di cuenta de que ella no sentía feliz a mi lado?
Tiré todo lo que estaba en mi cama, desde almohadas hasta cojines y sabanas. Lancé al piso lo que encontraba a mi paso en el escritorio, desde libros hasta mi computadora, importándome poco lo que pudiera pasarle. Y cuando vi mi teléfono, tan vacío y sin mensajes de Camila, mi ira se volvió mayor y lo tiré contra la pared hasta que la pantalla se puso blanca.
Yo no quería un teléfono si no iba a recibir mensajes ni llamadas de Camila, no quería tener libros sobre mi escritorio si no era para que Camila me los leyera en la noche cuando no podía dormir, no quería una cama fría y vacía, no quería sabanas ni cojines si no era para estar más cómoda con Camila... Yo no quería almohadas si no tenía el pecho de Camila para recostarme.
Lloré y grité, como si alguien me estuviese arrancando una parte de mí, y es que así se sentía, porque Camila se había convertido en parte de mí y me dolía no haber sido suficiente como para que ella se quedara, me dolía haberla hecho sentir tan atada y aprisionada como para haber sentido la necesidad de escapar para poder sentirse libre.
— Lauren, abre la puerta— exhortó Dinah, dándole golpes. La ignoré porque tal vez así pensaría que estaba durmiendo o me estaba bañando y no la había escuchado.
— Ya encontré la llave— murmuró mamá, y vi como la perilla se movía y la puerta se abría.
— ¿Por qué cerraste con seguro? — Dinah me tomó del brazo de manera brusca, haciendo que me levantara del suelo.
— No te importa— espeté, alejándome de ella.
— Claro que si me importa.
— Vete— le pedí.
— No me voy a ir hasta que me escuches. — Se cruzó de brazos y se paró en medio de la puerta, bloqueando mi salida más cercana.
— Ya sé que me odias, que lo arruiné todo y que soy una mierda, no necesito que vengas aquí a repetirme lo que yo ya sé, no necesito que me grites ni me culpes porque ya lo estoy haciendo yo, y puedes pensar en algún castigo que sé que me merezco por haber engañado a Camila y haberles mentido a ustedes, pero ya el mayor castigo lo tengo... ella no está conmigo y ni siquiera sé si va a volver.
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gone; camren
Romance¿Cómo se sentiría ser libre? Secuela: https://www.wattpad.com/story/75704519-here-camren