Crystal Heard / Billdipp [Rewriting/ Con Errores Ortográficos]

Shhhh

Me levanté a eso de las doce, todo el mundo dormía y la cabaña se encontraba en su espeluznante silencio, que adornaba las paredes de madera y me abrigaba del gélido frío que se colaba por las ventanas. Suspiré cansado, apreté los párpados y me acurruque contra la esquina de la pared, pero eso no impidió que mis lágrimas rodasen por mis mejillas, ¿me estaba volviendo loco? No lo entiendo, quiero descanzar pero el insomnio no me deja, me abraza y me apreta el corazón en el pecho, de tal manera que me dificulta respirar.

-¿Que es lo que te pasa? -preguntó Bill, sentándose en la cama.

-... -hundí mi cabeza entre las piernas y seguí llorando en silencio.

Bill se acercó a mi y me rodeó con sus brazos, fue cálido, incluso llegué a sentirme calmado junto a él, pero no puedo flaquear ahora, me aparté un poco pero el demonio persistió, al final dejé que me abrazara y por fin, en una noche, había podido dormir en absoluta paz.

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Miré como Mabbel se comportaba extraño, se acercaba cada que podía a Bill y lo trataba de una forma cariñosa, este por su parte solo la ignoraba o sencillamente hacía bromas de doble sentido que ella no entendía, y era mejor así.

Apreté los dientes con mayor fuerza, casi tanto que me empezarían a doler en cualquier momento, desvié la mirada y gruñi en un tono bajito.

-Dipper -llamó Stan- Necesito que vayas a poner unos carteles al bosque

-Vale -dije suspirando, así tal vez no tendría que aguantar a aquéllos dos

-¡Dipper! Tranquilo, sé que no te haz sentido bien, así que pensé que lo podríamos hacer Bill y yo -dijo Mabbel tomando del brazo a Bill.

-No, no importa. Lo haré yo -dije frustrando sus planes.

-Tengo algo para ustedes dos -dijo Stan, haciendo una pausa, luego prosiguió- Vayan a cuidar la tienda de regalos, Wendy no podrá venir hoy, por cierto Dipper deberías ir a visitarla y llevarle una flores

Sentí mi cara enrojecer, Bill me miró curioso y yo agaché la mirada, intentando ocultar mis rojas mejillas, todavía me gustaba un poco Wendy, aunque sabía que nunca me iba a corresponder, pero si ella es feliz yo también lo soy.

-Va-vale -dije tembloroso.

-No deberías ir solo -dijo Bill, Mabbel se le quedó viendo fijamente- Ven cuando hayas terminado de poner los carteles y yo te acompaño.

-N-no es necesario....

-Creo que el muchacho tiene razón Dipper, eres un crío, cualquiera podría ponerte la mano ensima si quisiera -dijo Stan, apoyando la idea del rubio, suspiré y asentí.

Me entregaron una bolsa llena de carteles y un martillo con algunos clavos, estuve vagando por Gravity Falls para colgarlos, al fin y al cabo logré terminar mi tarea con algunos moretones y rasguños.

-¿Que te ha pasado? -dijo Bill cuando me vio entrar.

-Na-nada

-¿Nada? Esos rasguños no salen solo porque si. Vamos, habla.

-Me he enredado con la bolsa y el martillo...

-Agh, iré contigo para la próxima.

Lo miré petrificado, ¿se estaba preocupando por mi? ¿un demonio? Tal vez solo sea un juego, de todas formas tiene que protegernos. Ese es nuestro trato. ¿O tal vez lo hace por gusto? No lo creo, no lo hará.

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Caminamos por las calles vacías, eran alrededor de las seis de la tarde y el cielo estaba de un tono naraja, Bill se adelantó unos pasos y se paró en seco frente a la puerta. Toqué el timbre e inmediatamente salió Wendy a recibirnos, miró con detenimiento a Bill y luego con una sonrisa un poco desconfiada nos invitó a pasar y a sentarnos, los presenté y le di las flores.

-Gra-gracias Dipper, es un lindo detalle... -dijo levemente sonrojada

-No es na-nada -dije jugando con mis dedos, Bill rodeó mis hombros con sus brazos.

Duramos un rato conversando con ella, se sentía un poco mejor, su enfermedad fue producto de comer carne de murciélago mal cocinado. Cuando dieron las nueve en punto nos volvimos a la cabaña.

Caminamos en absoluto silencio, el cielo ya estaba de un color oscuro y las estrellas pintaban el horizonte, una vista hermosa, claro está.

-Bill -susurré llamando su atención.

-Dime

-Voy a un lugar, puedes volver a la cabaña sólo, es qué el cielo está perfecto....

-De ninguna manera, voy contigo

Caminamos hasta la cima de una loma donde se veía todo Gravity Falls, me senté en el pasto y Bill imitó mi acción. Estamos en silencio, pero era uno cómodo, sentí la mano del demonio rozar con la mía y entrelazar nuestros dedos, lo miré, el veía el cielo estrellado, solté una risita y recoste mi cabeza en su hombro, mi corazón empezo a latir a mil por hora y mis mejillas tomaron un color rojizo, ¿acaso me estaba enamorando? O ¿solo era un gusto temporal? No lo entiendo, pasó una estrella fugaz, cerré mis ojos y sentí que Bill hizo lo mismo, susurré mi deseo:

-Deseo estar contigo, Bill... Para siempre, aún si no me amas.- abrí los ojos lentamente, Bill susurró algo que no logré escuchar.

Después de todo, el silencio es el mejor bullicio...

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Continuará...