Crystal Heard / Billdipp [Rewriting/ Con Errores Ortográficos]

Razones.

ADVERTENCIA: este capítulo es muy "grotesto" (para mi no, mi mente está muy dañada) y si eres una persona sencible no te recomiendo que lo leas

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Ford miró al demonio con una mirada expectante, esperando a que soltase la verdadera razón por la cual había hecho un trato con su pequeño e inocente sobrino, que estaba en su cuarto leyendo, sonó su pie contra el suelo y chasqueo la lengua.

-Bueno, habla ¿porqué haz venido aquí? -.

-¿Te pasa algo Fordy? Es obvia la respuesta ¿no lo crees? -dijo alzando una ceja, Ford lo miró confundido.

-Explicate-.

-Estoy aquí porque Pine Tree quiere que esté aquí, hicimos un trato, Daa

Rodó los ojos, definitivamente lo hacía sacar de quicio. Se dio media vuelta y salió por la puerta.

-¿Ni un besito de despedida?-soltó burlón el demonio.

No contestó y siguió su camino.

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Mientras tanto Dipper se ahogaba entre sus lágrimas saladas y palabras que cortaban su garganta, lo veía venir, nada podía ser tan perfecto.

-¡Pine Tree, baja a cenar!- Gritó el rubio desde la planta baja.

No dijo nada y se limpió las lágrimas para luego bajar lentamente.

-Buen provecho- dijo Ford, cuando todos estaban sentados.

Dipper a penas y probó bocado.

Se sentía fatal, que el mundo le caería ensima, se levantó de la mesa y, cuando todo el mundo estaba dormido, salió de la cabaña.

-Libertad...-susurró cuando estuvo en la entrada del bosque.

Y corrió, como nunca en su vida, como si alguien lo persiguiese, como si hacerlo salvase su vida, corrió y corrió, y cuando sus pies no respondieron y cayó al pasto empezó a reir ¿era acaso esto perder la cabeza? No era literal pero si, podías tomarlo de esa forma, se le había ido la olla, le patinaba el coco, como quieras llamarle, pero estaba loco y lo sabía, muy dentro de él.

-¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! -rió gritando entre el silencio, estaba lo suficientemente lejos como para que nadie lo escuchase.

Empezó a rasguñar su cara, en busca de calmar el dolor en su corazón, más y más dolor, no era suficiente, no para él, tomó una roca y rasgó sus muñecas con total ira, la sangre goteaba por todos lados, risas.

Los pedazos de su carne despellejada colgaban de sus sangrientas muñecas, moretones, rocas, y un tenedor clavados en su piel, ¿cuanto más podría soportar? Nada opacaba ese dolor, nada.

Se aferró a sus piernas y sollozó.

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Girando y girando en la cama, Bill no podía dormir, Pine Tree se estaba tardando muchísimo.

-"Solo voy al baño" -susurró de espaldas, cuando le preguntó a donde iba tan tarde.

No le dio tiempo de terminar cuando el pequeño ya se había ido, de eso ya habían pasado cinco horas.

¿Como no había ido a buscarlo?

De un salto salió de la cama, corrió escaleras abajo y azotó la puerta del baño, nada. Cocina, nada. Sala, nada. ¿¡Donde demonios estaba!?

Entonces en su mente tuvo una idea, cerró los ojos e intentó escuchar los pensamientos de Pine Tree, nada.

-¿Que demonios? ... Eso significa qué... O no ¡Pine Tree!-.

Se teletransportó hasta el lugar del chico, que se encontraba tendido bajo un charco de su propia sangre, Bill intentó no angustiarse, miró a los lados preocupado, intentó no vomitar (ahora como humano podía sentir ciertos sentimientos y síntomas) lo tomó entre sus brazos y lo llevó a su casa, pues no sabría como explicar como lo había conseguido ni que le había pasado, lo abrazó.

-Quedate conmigo Pine Tree-.

-B...Bill...-susurró el pequeño.

Entonces Bill sintió como el último esfuerzo se iba poco a poco de sus músculos, como perdía las fuerzas allí mismo, entre sus brazos que lo aferraban con fuerza, como si eso pudiera borrar lo que hizo, lo que cometió, la traición que había hecho.

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Continuará....