Capítulo 2.

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" Sebástian:

Aquí estoy de nuevo, solo que esta vez ya sé tu nombre. Me he sentido bien estos días después de que leíste mi carta, estoy feliz de poder hacerte saber lo que siento. A veces quisiera que supieras quién soy, solo para ver tu reacción. Pero te decepcionarías, esto no puede pasar. Me conformo con llenarte de cartas y desahogarme de esta manera contigo, manteniendo mi identidad oculta.

Sé que no soy tu tipo, pero que bien... que bien es sentirte un poco más cerca a través de estas cartas

Que tengas un día bonito. "

- anónima

Así terminó la carta de esa mañana, de nuevo hice el mismo procedimiento, dejándosela en su casillero. Y seguí mi día, como cualquier otro. Tan aburrido, tan vacío, lleno de personas en la escuela que realmente no me conocen, no les importo, uno que otro saboteo porque no encajo con nadie de aquí. Que injusto ¿no? Me juzgan solo por ser diferente, por no actuar como ellos; pero les aseguro que si fuese igual a todos esos idiotas, también sería juzgada por no tener personalidad. En fin, las personas nunca estarán conformes con nadie, siempre tendrán algo de qué hablar, algo de qué quejarse. Nada les parece suficiente. Por eso yo tomé la decisión de ser yo misma, de ser quien quiero ser sin importar que otros no estén de acuerdo. Soy la persona más invisible en mi escuela, siempre paso desapercibida, el único momento en el que me notan es cuando están tan aburridos que quieren molestar a cualquier persona y, yo soy su carnada perfecta.

No voy a negarlo, muchas veces me he sentido inconforme conmigo misma, detesto mi cuerpo, y siempre siento que me falta algo, no me gusta mi nombre, así que en mi imaginación me llamo Alessia.

Desperté esa mañana un poco más confiada, más segura de mí misma, muriendo por escribirle otra carta, me desperté con ganas de besarlo. Tenía su imagen en mi mente, y de pronto... entra al cuarto Mónica (la nueva novia de mi papá) queriéndome sorprender trayéndome el desayuno a la cama, no me quejo; pero aún no sé muchas cosas sobre ella. Tampoco sabía que había pasado la noche aquí, ¿desde cuando mi papá no nos toma en cuenta para informarnos a cerca de ese tipo de cosas?... En fin, terminé mi desayuno y baje a la cocina, mi hermana Hannah estaba con Mónica riendo y hablando, como si se conocieran de toda la vida. ¿A caso no le importa que Mamá no tenga nada que ver en todo esto? Ya todo el mundo la está dejando a un lado, menos yo. Subí de nuevo a mi habitación, algo molesta. Y unos minutos después Hannah entró.

- ¿que te pasa? ¿por qué tomaste esa actitud cuando viste a Mónica? - dice Hannah alterada -

- No fue al ver a Mónica, Hannah. Fue al verte a ti, tan feliz con ella con ella, casi pareciera que estuvieses hablando con mamá. ¿Es tu maldito reemplazo? - respondí con decepción -

- ¡Por favor! No quiero tocar estos temas de conversación, pero solo te digo una cosa: mamá murió hace 5 años, ya supéralo. Deja que papá sea feliz. - Dijo Hannah saliendo de mi habitación -

Fue decepcionante, escuchar a Hannah decir esas últimas palabras. No, no lo de: dejar ser feliz a papá, en eso tiene razón. Pero eso de "murió hace 5 años, supéralo" ¿supéralo? ¿Superar que? Que mamá era la única que me entendía, superar que me hacía feliz verla cada mañana, superar que amaba comer en casa sólo porque nadie cocinaba como ella, que todas las noches entraba a mi habitación a darme un beso antes de dormir, que era quien me consentía cuando papá se molestaba conmigo, que ahora se siente un vacío en la casa, sin ella. Que cuando llego de la escuela ya no hay nadie cocinando. Que ya no tengo a quien observar mientras se maquilla. Que la cama de papá tenía un espacio vacío, y ahora alguien está ocupando el lado derecho de esa cama en la que ella dormía. Que ya no puedo observarla bailando por toda la casa, escuchando su música favorita mientras limpiaba. Que ya nadie se ríe de los chistes de papá. Y que ya no existe esa persona que trataba a Hannah de la misma manera en que me trataba a mi. Sin preferencias, sin diferencias, sin dar un trato especial por no ser iguales. Éramos sus bebés, y nos daba el mismo amor a ambos. Y ella habla de superar. Como si fuese tan sencillo.

¿Quién es Alessia? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora