II. El amigo.

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He estado emocionado todo el día, ansioso por la cita que tendría con mi hermoso vecino. Bueno, no era realmente una cita, pero me gusta hacerme ilusiones yo solo. Ahora estoy fuera de la casa de al lado, fue su madre quien abrió y se sorprendió un poco al verme. Dijo que cuando su hijo le comentó que saldría con el vecino, creyó que era mi hijo, hermano menor o algo similar. Sentí que me miraba con desconfianza, me preguntó mi edad más de una vez, pero creo no ser tan mayor en realidad... Sólo unos... 17 años más que los de su hijo. Y joder, hasta soy mayor que la madre de Jungkook. Debo entenderla, esto es extraño. Pero el pequeño al que esperaba al fin salió. Se veía hermoso como siempre y sólo usaba unos jeans negros ajustados junto con una camiseta holgada. Era simple, pero lucía bien y debo admitir que había adorado aquellos pantalones, eran tan ajustados que los muslos de aquel chico se notaban a la perfección. Creo que son los más perfectos que he visto en mi vida. Él lo es.

Desperté de mis pensamientos cuando la mujer volvió a hablarme y no hice más que asentir a su pregunta, obviamente lo cuidaría, con mi vida si fuese necesario. Aproveché que tenía a Jungkook a mi lado para tomar su mano ya que quería guiarlo lejos de su madre, quien sólo sonreía de forma amplia; supongo que fue buena idea el esforzarme en llevarme bien con ella desde un comienzo. No estaba muy seguro de lo que debía hacer o decir, ni de donde llevarlo, pero sabía que pronto se me ocurriría algo. Sentía que debía impresionarlo, todo debía ser perfecto y claro, no lo haría caminar en nuestra primera ''cita''. Fue por ello que lo guié hasta el auto que estaba estacionado fuera de mi casa y abrí la puerta del copiloto para que él pudiera entrar. Sentía que iba a enloquecer, el rostro del pequeño es casi imposible de descifrar, cómo saber si estoy haciendo las cosas bien. Él no decía ni una sola palabra y creo que ningún gesto apareció en su rostro, estaba en blanco. Pero un milagro ocurrió. Mi misterioso chico sonrió, me sonrió. Lamentablemente, no duró nada ya que en un par de segundos ya estaba dentro del vehículo.

Conduje con cuidado ya que en realidad el silencio no duró mucho y no quería que ocurriera algún accidente. Jungkook era un chico que no paraba de hablar luego de entrar en confianza y eso me gustaba, pues yo era alguien muy callado, para no decir aburrido. Muchas veces me perdí en la conversación, mi vecino cambiaba de tema cada cinco segundos y me sorprendía. Me di cuenta de que él en realidad es alguien que hace de todo. Yo lo considero así. Él baila y canta muy bien, para mí eso es mucho y soy un asco en ambos casos. Sin embargo, debía decir algo, debíamos tener algo en común y de pronto recordé.

— Vaya... Yo no soy muy bueno cantando ni bailando, pero sé rapear y creo que lo hago bien.

— ¿Sí? ¡Eso es genial! También me gusta rapear, aunque no diría que lo hago muy bien... —De pronto se distrajo, fue como si se hubiese quedado congelado mirando hacia el frente y de la nada reaccionó para mirarme con una sonrisa amplia. Creo que nunca me cansaré de ver esa bella sonrisa—. ¿Qué comeremos?

— Ah... ¿Te gustan las hamburguesas?

— Soy vegetariano.

— Ay, este... Amh... ¿Y si come-

— ¡Es broma! —Me interrumpió y comenzó a reír. Joder, su seriedad momentánea me paralizó. Me sentía como un completo idiota—. Me gustan las hamburguesas, no se asuste.

— Aish, este niño. ¿Cómo pudiste hacerle eso a tu hyung, mh? Cómo es posible que un niño me ponga así. Yoongi, tú sí que estás mal —comenté entre risas, tenía la esperanza de haber sido gracioso para el menor. Era nuevo en esto.

Nuestras charlas eran así. Bromas extrañas de vez en cuando y hablábamos sobre nosotros. Pero temí que todo se acabara, pues habíamos llegado al lugar que yo mismo había elegido en mi mente. Estacioné el vehículo fuera del local y esbocé la mejor de mis sonrisas para mi acompañante mientras me quitaba el cinturón de seguridad. — Hemos llegado, mi querido vecinito.

el chico de al lado › yoonkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora