Estoy seguro de que esto no era parte de los planes de mi menor, sé muy bien que él sólo buscaba recompensarme y ya, pero una cosa llevó a la otra y ninguno de los podía negar lo placentero que esto se sentía.Luego de la increíble mamada con la que me había premiado, mi excitación permaneció presente. No me importaba ya haber tenido mi orgasmo, me volvía insaciable cuando de él se trataba y bueno, Jungkook no parecía oponerse a la idea. Había iniciado con suaves toques en su cintura y los intensifiqué: deseoso y posesivo, mientras descendía hasta su espalda baja. Él sólo se estremecía entre mis brazos y se dedicaba a regalar pequeños besos sobre la pálida piel de mi cuello. Sin lugar a dudas, amaba ese toque de inocencia e inexperiencia que tenía con cada movimiento que ejercía sobre mí y me sentía como un completo enfermo al calentarme por ello, pero no lo podía evitar. Jungkook había desencadenado toda esa situación y en vez de frenarme, sólo se apegaba a mi cuerpo y me besaba en zonas estratégicas, donde parecía saber a la perfección que desbordaría algo en mí.
Un par de segundos más bastaron y mis manos ansiosas perdieron por completo el control. Hormigueaban con intensidad al estar tan cerca de aquella deseable zona peligrosa y no lo contuve, tan sólo tuve el atrevimiento de tomar sus glúteos entre mis palmas y los estrujé a mi antojo; primero suave y cuidadoso, pero luego con una fuerza y posesividad que lo hicieron jadear contra mi piel. Su timidez permanecía, lo notaba al tener su rostro buscando esconderse en la curvatura de mi cuello y ante los pequeños temblores que tenía ahora que yo simplemente guiaba sus caderas al sostenerle del trasero, provocando pequeños roces sobre mi pene desnudo.
— Continúa —ordené con mi voz más grave de lo habitual y él hábilmente cumplió, moviendo sus ágiles caderas sobre mi regazo en un delicioso y tortuoso vaivén que sabía me provocaría otra erección en cualquier momento. Mientras tanto, mis manos se encargaron de deshacerse de la chaqueta de aquel estorboso uniforme color mostaza, dejando caer la prenda al suelo rápidamente con tal de regresar al menor para ahora desabotonar su camisa. Él estaba sonrojado, jadeante y podía notar un bulto crecer dentro de sus pantalones, haciéndome saber que lo estaba disfrutando tanto como yo.
Maldita sea, quería llevar las cosas con calma, pero era imposible cuando lo deseaba de la forma en que lo hacía. Su suave y tersa piel blanca me llamaba ahora que podía ver todo su torso desnudo y tras despojarlo de la camisa me relamí los labios, totalmente hipnotizado por aquel cuerpo que suplicaba por ser probado y marcado por mí. Partí lamiendo una de sus clavículas, trazando un camino por su cuello y hombro hasta finalmente dejar una cuidadosa mordida en la zona. Y era adictivo en su totalidad, lo demostraba al regresar por el mismo camino, pero dejando succiones y besos en su lugar.
Jungkook continuaba tímido y temeroso, pero sus manos nerviosas aun así tuvieron el valor de quitar mi camisa botón a botón hasta dejar todo mi torso desnudo, el cual no dudó en acariciar mientras de pronto nuestras bocas se fundían en un intenso beso. Me sentía desesperado con él entre mis brazos, deseaba devorarlo de una sola vez, pero sabía bien que tenía que controlarme y aquello no hacía más que aumentar mis ganas.
Acabé de quitar mis propios pantalones al sentirlos enredados en los tobillos y tras regresar las manos a aquel redondo trasero, me puse de pie con él en mis brazos. Mi pequeño vecino inmediatamente se aferró con sus brazos y piernas, y durante todo el trayecto en el que yo subía a mi cuarto, él se dedicó a repartir besos suaves en mi cuello y hombro desnudos. Fue sin duda maravillosa la imagen que me regaló apenas lo recosté sobre aquel cómodo colchón. Amaba ver su piel y aquella carita sonrojada y llena de inocencia. Una voz dentro de mí me decía que aquello estaba mal, que debía resistirme a mis sucios impulsos, pero aquello parecía ser más grande que yo... me sentía débil ante la belleza de aquel adolescente. Así que mientras mi cabeza decía "no", mis manos sólo quitaron sus estorbosos pantalones, bóxer y los calcetines de ambos antes de meterme entre sus deseables y fornidas piernas.
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el chico de al lado › yoonkook.
FanfictionMin YoonGi decide mudarse y acaba totalmente rendido ante su hermoso vecino JungKook, un adolescente de peligrosos 17 años a quien observa por la ventana cada día. ©neverislate ↬ historia original. ↬ au, romance, smut. ↬ contenido homosexual. ...