el chico de al lado › yoonkook.

V. Mío.

Al comienzo se notó un ambiente incómodo entre nosotros. Antes ya estuvimos a solas, pero el saber que mi vecino ya no tendría que irse y se quedaría en mi casa durante un tiempo, volvió la situación algo extraña. Por suerte, eso no duró demasiado. Jungkook ya traía puesto un pijama que su madre había metido dentro del bolsito que había dejado antes de irse. Ahora que me doy cuenta, es primera vez que lo veo con pijama. Ya que siempre lo estoy espiando por la ventana, sé perfectamente que él suele dormir con muy poca ropa encima o con lo trae puesto en el momento.

La hora de dormir llegó y no estoy seguro de qué debería hacer. Ya que vivo solo, hay más habitaciones en la casa y sé que Jungkook está consciente de ello, pues nuestras casas son prácticamente idénticas en estructura. Aunque preparé un cuarto para mi vecino, no quería que él durmiera allí. Quería que durmiera junto a mí, en mi cama. Tengo la sensación de que debo aprovecharlo durante este tiempo, podré hacer al fin lo que siempre he deseado y tal vez pueda conseguir que se enamore de mí en todo este tiempo. Tengo tantas ilusiones... Todo lo que ocurrió es como un milagro. De seguro el destino está a mi favor.

Pareciera que Jungkook está aún más nervioso que yo. Sus manos tiemblan y su mirada es tímida. Estamos parados fuera de la puerta que da acceso al cuarto que será de Jungkook durante un tiempo y su bolso ya se encontraba dentro. De seguro al día siguiente irá a su casa por más cosas, su mamá sólo trajo lo necesario. Al fin se atrevió a mirarme y parecía que abriría la boca para decir alguna cosa al fin. Siento que todo avance que con él he tenido, ha disminuido en un abrir y cerrar de ojos. El nerviosismo me invade.

De pronto tuve un par de brazos rodeando mi cuello y aquel delicioso aroma, propio de mi menor, invadió mis fosas nasales. ¿Por qué me abrazaba? Pues no lo sé y no me importa, yo sólo correspondí y lo acaricié. Lo hice con tanta delicadeza, con tanta suavidad que hasta lograba ocultar la posesividad que había de fondo. Lo sentía tan mío en ese momento. De la nada un susurro:

— ¿Puedo dormir con usted esta noche?...

— Todas las que quieras... —murmuré tras oír su suave voz y tomé una de sus manos para luego guiarlo hasta mi cuarto. Me he dado cuenta de que será la segunda persona, aparte de mí, en conocerlo. No soy de la clase de personas que invita a muchos a su casa y mucho menos les mostraría mi habitación. La primera persona en verlo es Hoseok.

Me vi tentado a cargarlo o abrazarlo en ese momento, pero creí que podría espantarlo si demostraba demasiado afecto. Jungkook me confunde. Puede que hayamos tenido un día hermoso y que hasta nos besamos, pero eso aún no me da tanto derecho sobre él. Jungkook sigue siendo sólo mi vecino y ahora soy... ¿su niñero? Sin embargo, fue él quien tomó mi mano y enlazó nuestros dedos al mismo tiempo que caminábamos hacia mi habitación.

Estoy pasando por un gran conflicto interno y sinceramente, no sé qué hacer. Creo que está más que claro que deseo a Jungkook, lo deseo más que a nada en el mundo y en todos los sentidos. Pero es la primera noche que pasará en mi casa y no puedo aprovecharme de él. No sé cómo lo haré para aguantar las ganas de tocarlo o besarlo durante esta noche o las que sigan. No sé cómo voy a evitar hacerlo mío con todas estas ganas que he sentido desde hace tanto tiempo.

Y ahora lo tengo aquí, parado frente a mí con esa carita inocente. Solos los dos en mi cuarto cerrado y sin nada más que una lámpara prendida. Jungkook se desnuda frente a mí, o así lo veo yo. En realidad, sólo ''se pone pijama'', el que consistía en su bóxer y holgada camiseta al igual que el mío. Pues aunque con anterioridad se había puesto su verdadero pijama, deduzco que en realidad no se sentía muy cómodo con él. Cuando estuvimos ambos acostados en mi cama, me di cuenta de lo frío que es su cuerpo. Es como tocar un cadáver y me sorprendió mucho, pero al mismo tiempo fue un descubrimiento que hizo que me sintiese todavía más atraído por él. Me propuse a mí mismo ser, a partir de ahora, quien lo mantuviera siempre cálido. Sin duda nos complementamos, estoy seguro.