— ¿V-va a hacerme el amor esta noche?...
No lo pude evitar. Una sonrisa apareció en mi rostro con tan sólo escuchar aquellas palabras y la timidez con la que las dijo. Decidí aproximarme a su rostro al punto de rozar sus labios con los míos y sonreía al notar que nuestras respiraciones se mezclaban entre sí. Antes de dar inicio a otro beso, murmuré sobre su boca.
— Voy a amarte esta noche...
Y dicho aquello, di inicio a un beso mucho más apasionado que los anteriores. Con el paso de los segundos nuestras bocas parecieron amoldarse a la perfección y simplemente seguíamos un ritmo ligeramente acelerado, pero que no carecía de dulzura. Entreabrí los ojos sólo en un instante antes de volver a cerrarlos y lo que vi fue maravilloso. Jungkook lucía más inocente y bello que nunca allí, con sus ojos cerrados y el tono rosa constante decorando sus mejillas. Me sentía en el paraíso.
Aunque mi concentración estaba más que nada en aquel beso, de todas maneras mis manos no se quedaron atrás y pronto retomé las caricias a lo largo del cuerpo del joven bajo de mí. Acaricié desde sus muslos y fui ascendiendo con la lentitud y suavidad que el momento meritaba. Quise detenerme un instante en su cadera para poco después continuar hasta su cintura, fue allí cuando decidí bajar nuevamente a sus piernas y repetir la acción.
Jungkook por su parte también me acariciaba. Parecía que se estaba comportando mucho más posesivo y tímido de lo usual. Sus manos temblaban ligeramente y se iban aferrando a mi espalda y cabello. Podía sentir sus muslos apretarme un poco cada que su cuerpo se estremecía bajo el mío y suspiros suaves se le escapaban de entre los labios cada vez que friccionaba mi erección contra la pelvis de mi menor. Y es que no podía evitar el descaro. Mi cuerpo me decía a gritos que lo hiciera mío de una vez. Pero mi cabeza me exigía disfrutar del momento, me exigía volverlo eterno. ¿Es que acaso existe un punto medio entre ambas cosas?
Los roces que provocaba mi cadera se fueron volviendo mucho más constantes al punto de llevar un suave vaivén contra mi menor, el cual terminó por conseguir que la toalla que me cubría terminase por deslizarse fuera de mi cuerpo. Y bastó eso para que Jungkook se tensara debajo de mí. Yo ya me encontraba en completa desnudez sobre él y mi erección se frotaba contra su virilidad más directamente.
Era una situación realmente muy satisfactoria. Cada fricción que provocaba, conseguía que de la boca de mi menor se escapasen suaves jadeos al igual que de la mía. Su timidez continuaba, pero no me detenía. Yo sabía que él deseaba esto, se le notaba.
No recordaba cuándo había sido la última vez que había querido a alguien, pues en esto estaba esforzándome en demostrar todo el cariño que por él sentía. Sentía sus muslos temblar ligeramente y su respiración estaba agitada a más no poder mientras que decía entre suspiros que me quería. Esto era mucho más bello de lo que imaginé. Jungkook lucía simplemente perfecto. Tan lleno de lujuria e inocencia al mismo tiempo, me estaba volviendo loco y el controlarme cada vez se volvía más difícil. Fue por ello que pronto mis manos se deslizaron hasta el borde de la última prenda en el cuerpo de mi pequeño: su bóxer, y lentamente empecé a bajarlo hasta quitárselo por completo.
Al fin, mi vecino estaba completamente desnudo, sólo para mí. Di un lento vistazo a todo su cuerpo sin evitar el lamerme los labios. Era glorioso. La figura más bella que he visto en mis 34 años, parecía un ángel. Su pecho se elevaba ligeramente cada que respiraba y sus manos hacían el inútil intento de cubrir un poco su virilidad, pero el hecho de que yo continuase entre sus piernas me permitía el poder verlo. Lentamente me fui apegando a él por completo y un pequeño suspiro se me escapó tras la satisfacción de sentir nuestras hombrías juntarse y rozarse. De inmediato fui por su cuello para atenderlo. Mordidas suaves y lamidas fui dejando a lo largo de todo su cuello y tomé sus muñecas para acorralarlo en la cama. Deseaba impedir que siguiera tratando de cubrirse y tenerlo aún más sumiso. Decidí retomar el vaivén de mi pelvis ante el sonido suplicante de su voz jadeando para mí.
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el chico de al lado › yoonkook.
FanfictionMin YoonGi decide mudarse y acaba totalmente rendido ante su hermoso vecino JungKook, un adolescente de peligrosos 17 años a quien observa por la ventana cada día. ©neverislate ↬ historia original. ↬ au, romance, smut. ↬ contenido homosexual. ...