Ven conmigo +++

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En un momento, el filo de la espada de Kirtash rozaba su cuello.
   Los ojos azules de Kirtash se clavaron en los oscuros de Victoria. Ella quiso girar la cabeza, pero no pudo. Se sentía atrapada por su mirada.     
    El chico frunció el ceño , levemente
extrañado. Victoria pudo sentir cómo la mente de Kirtash somdeaba y exploraba la suya, y quiso rebelarse, quiso resistirse, pero no fue capaz.      
    Respiró hondo, aterrorizada. La espalda de Kirtash aún rozaba su piel. El tronco del árbol todavía tocaba su espalda. No podía escapar. No podía hacer nada más que aguardar la muerte.
    Kirtash ladeó la cabeza. Seguía mirando a Victoria, y ella se sintió desesperada. "Que hace? Si me quiere viva,  ¿por qué no me lleva con él al castillo? Y, si no me necesita, ¿por que no me ha matado ya?".
    Como si adivinase sus pensamientos, Kirtash dijo:
    -Tengo que matarte, ¿lo sabías?
    Victoria quiso hablar, pero tenía la garganta seca. Los ojos se le llenaron de lágrimas de terror.
    Pero entonces, para su sorpresa, el muchacho alzó la mano izquierda y le acarició la mejilla con los dedos, suavemente. Victoria se estremeció entera. ¿ Cómo podía haber tanta dulzura en unas manos asesinas?
    Él le apartó un mechón de pelo de la cara. Seguía mirándola.
    Victoria percibió algo que relucia en el dedo de Kirtash, y vió que era un anillo, un anillo con forma de serpiente que sostenía una pequeña gema redonda, de un color indeterminado. Sacudió la cabeza para apartar la vista de aquel objeto, pero volvió a encontrarse con la fría mirada de Kirtash, y no pudo evitar que un par de lágrimas rodasen por sus mejillas. Kirtash las recogió con la punta de los dedos.
    - Por favor -susurró Victoria; la espada seguía allí, muy cerca, arañándole la piel-. Por favor, mátame o déjame marchar, pero no me hagas esto.
    Él no dijo nada. Le cogió suavemente la barbilla y le hizo alzar la cabeza. Victoria no tuvo más remedio que mirarle a los ojos.
    Aquellos ojos azules que quemaban cómo el hielo.
    Victoria sintió una mezcla de emociones contradictorias. Como si ambos fuesen dos imanes que rotaban a toda velocidad, la muchacha sentía atracción, repulsión, atracción, repulsión...
    Entonces, finalmente, Kirtash habló.            
    - Pero tú no deberías morir -dijo.

    - No debería sorprenderme -murmuró Kirtash.
    Seguía hablando para sí mismo, siguía mirando a Victoria, seguía teniéndola acorralada contra el filo de su espada.
    - Podría dejarte marchar -dijo él -.
    - Entonces, hazlo -susurró ella.
    - Si sigues en la Resistencia morirás, tarde o temprano. Lo mejor que puedes hacer es abandonar, Victoria.
    Ella no se sorprendió de que recordase su nombre. Kirtash jamás olvidaba un nombre, ni una cara.
    Tragó saliva y, casi sin darse cuenta, murmuró:
    - No voy a hacerlo.
    En los ojos de Kirtash apareció un breve destello de decepción.
    - Entonces no vuelvas a cruzarte en mi camino, criatura, porque no tendré más remedio que matarte la próxima vez.
    Victoria respiró profundamente.
    - Aunque puede que haya otra salida -añadió el.
    Victoria cerró los ojos un momento, sintiendo que se mareaba y que no aguantaría aquella tensión mucho más tiempo.
    Cuando abrió los ojos de nuevo, vió que Kirtash le había tendido la mano y la miraba con seriedad.
    - Ven conmigo -le dijo.
    - Qué...
    - Ven conmigo -repitió él-. A mi lado, serás mi emperatriz. Juntos gobernaremos Idhún.
    Victoria miró a Kirtash con cautela, suponiendo que se estaba burlando de ella. Pero sus ojos hablaban en serio.
    - No... no lo entiendo.
    Estaba ante un asesino sin escrúpulos que nunca había dudado a la hora de matar a alguien. Estaba ante su enemigo, y él le decía...
    Kirtash solo ladeó la cabeza y no dijo nada. Su mano seguía ante la chica, esperando que ella se decidiera a tenderle la suya.
    - Es... absurdo - susurró Victoria. Kirtash seguía mirándola, sin una palabra. Ya había dicho lo que quería decir y no tenia más que añadir. Victoria sentía que aquello no era más que un mal sueño, pero volvió a fijar sus ojos en los de él...
    Respiró hondo. Acababa de descubrir que Kirtash ejercía una extraña fascinación sobre ella... por encima del odio, el miedo y el rechazo.
    - Estas jugando conmigo, ¿verdad?
    El sonrió.
    - Y de qué me serviría eso? 
    - Intentas confundirme -murmuró ella.
    - Ya estas confundida, Victoria. Pero yo puedo enseñarte muchas cosas...
    No podía apretar su mirada de la de él. Se vió a si misma a su lado, aprendiendo de él...
    Rechazó la idea, horrorizada. No, no era eso lo que quería. Entonces, ¿ por qué en el fondo deseaba tenderle la mano y marcharse con él?
    Intentó apartar la cara. Entonces se dió cuenta de que la espada se había retirado hacía rato. Kirtash no la estaba amenazando.
    No pudo evitarlo. Volvió a mirarle.
    Atracción, repulsión, atracción, repulsión... Los dos imanes giraban a toda velocidad, pero los ojos de Kirtash seguían siendo igual de fascinantes.
    - Victoria... - dijo él.
    Su voz era acariciadora, susurrante. Victoria se descubrió a sí misma deseando con todas sus fuerzas dejarse llevar...
    - ¿ Por qué? -musitó.
    No estaba preguntando por qué le estaba perdonado la vida, por qué le preguntaba aquellas cosas, por qué estaba jugando con ella. Simplemente quería saber por qué, de repente, sentía que le faltaba el aliento y deseaba que él la cogiese en brazos y se la llevase consigo... al lugar de donde había venido, fuese cual fuese.
    Pero Kirtash entendió.
    - Por que tu y yo no somos tan diferentes -le dijo-. Y no tardarás en darte cuenta.
    Victoria pareció recobrar algo de sensatez. Recordó que aquel muchacho era un despiadado asesino, y supo que no quería ser como él.
    - No es verdad. No, no es verdad. Somos diferentes.
    Pero Kirtash sonrió.
    - Somos dos caras de una misma moneda, Victoria. Somos complementarios. Y existo porque tú existes, y al revés.
    - No...
    Los ojos azules de Kirtash seguían clavados en ella, Victoria alzó la mirada para perderse en ellos, en aquellos océanos de hielo en los que, sin embargo, parecía haber un refugio cálido reservado para ella, un rincón para una chica de trece años en el corazón de un asesino. "No puede ser verdad", pensó. "Está mintiendo".
    Pero su mirada seguía siendo igual de intensa y sugestiva, y Victoria supo, en ese mismo momento, que ni podría resistirse a ella.
    " Ven conmigo", había dicho él.
    Victoria alzó una mano, vacilante.
    Sus dedos rozaron los de él. Sintió de pronto algo parecido a una descarga eléctrica, algo que sacudió su interior por completo...
    Le gustó la sensación, y cerró un momento los ojos para dejarse llevar por ella. Notó que le faltaba el aliento, que una extraña debilidad recorría su cuerpo como un delicioso escalofrío.
Volvió a abrir los ojos y se topó, de nuevo, con la magnética mirada de Kirtash, que estrechó su mano y sonrió.

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Hola!  Bueno, como habéis visto, he puesto "Ven conmigo +++" por que no he puesto solo la frase principal, sino todo el trozo.

Me ha costado mucho copiarlo, así que espero que os guste :).

Como me dijisteis que os parecía bien lo de hacer preguntas en cada cap, empiezo hoy ;).

Pregunta: De donde sois?
Yo de España :)^^.

Un beso, os quiero mucho ❤ ❤ ❤.

Memorias de IdhúnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora