Frase (52) Maraton 8/10

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- Se dice que, cuando los dioses llegaron a Idhún, la diosa Wina se enamoro tanto de este mundo que descendió a él y lo cubrió por completo con un manto de vegetación. Todos los dioses colaboraron con ella: Irial condujo hasta el mundo la luz de las estrellas, Karevan hizo crecer las montañas, Neliam poblo los océanos de criaturas acuáticas y utilizo el poder de las lunas para crear las mareas. Yohavir hizo el aire que respiramos, las nubes, los vientos, los olores y los sonidos hermosos. Aldun alimento a los tres soles, pero no se conformo con ver Idhun desde los cielos, y decidio descender para ver por si mismo el resultado de la creación.

Kimara hizo una pausa. Sus ojos rubí recorrieron silenciosas dunas que se estendian mas alla del oasis.

- Fue aqui donde aterrizo. En lo que hoy es el desierto Kash-Tar. Su cuerpo de fuego abraso una gran extensión de tierra, destruyendo toda la obra de los otros cinco dioses. No lo hizo a propósito, pero Wina nunca se lo perdonó. Tiempo más tarde -prosiguió Kimara-, cuando los dioses crearon a sus hijos, todos estuvieron de acuerdo en que las tierras que habían ardido por culpa de Aldun sería en el hogar de la raza que él había creado los yan, los hijos del fuego y, desde entonces, hijos del desierto. Por eso no se nos permite abandonar el desierto ni convertirlo en algo que no es. Esta es la tierra que creo Aldun, es el legado que nos dejo. Y hemos hecho de ella nuestro hogar, y hemos aprendido a amarlo.

Memorias de IdhúnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora