El Chico Nuevo (Terminada)

Capítulo 38

Ya era por la mañana, desperté con una resaca horrible, un dolor de cabeza insoportable y una virginidad perdida, pero al menos la he perdido con la persona adecuada. Me desperté, Santiago seguía durmiendo. Le deje una nota en la mesita que ponía que me había ido a mi casa. Cuando miré mi móvil, estaba lleno de WhatsApp de un grupo de mis amigas y mio.

-Iris, ¿que tal anoche? ¿como te fue? -preguntó Vanessa-

-Realmente bien, si os cuento que ha pasado... -contesté yo-

-¿Que paso? -pregunto Karma-

-Bueno, estaba muy borracha y tenia ganas de hacer él amor así que... Lo hice con Santiago -les contesté-

-¡¿EN SERIO LO HICISTE?! -dijo Lorena-

-Si, bueno os lo contaré con mas detalle -dije yo-

-¿Te acuerdas de cuando te desmayaste anoche? -dijo Lorena-

-No, no lo recuedo, ¿me desmayé? -pregunté-

-Si, por suerte te despertaste pronto y querías mas fiesta, a si que continuó la fiesta -dijo Rebeca-

-Chicas, ¿os habéis enterado? -dijo Estela-

-¿De que? -pregunté-

-Algo muy grave le ha pasado a la familia de Marcos, su casa esta llena de ambulancias y policías -dijo Estela-

-Dios mio, voy hacía allí enseguida -dije corriendo-

Cuando llegué a su casa, habían muchas ambulancias y policías. Marcos estaba sentado en la acera, con la cabeza agachada y llorando. Fui a preguntarle a un policía que había pasado, me dijo que la muerte era por causas que desconocía. Fui hacia donde estaba Marcos y me senté a su lado. Cuando sintió mi presencia, levantó la cabeza.

-Lo siento mucho, Marcos -le dije con tono apagado-

Él enseguida me abrazó y yo le correspondí él abrazo.

Los policías le dijeron que le preguntase a alguien que si podía acogerle, si no le llevarían a un orfanato. Entró a coger sus cosas.

-Marcos, sin quieres puedes vivir conmigo -le dije-

-¿De verdad me dejarás vivir contigo? -me preguntó-

-Pues claro, a mi madre no le importa, se pasa la mayor parte del tiempo fuera de casa -le dije-

-Gracias, muchas gracias por acogerme -me dijo abrazándome de nuevo-

Entró a la casa a por sus cosas. Cuando salió, fuimos a la mía, supongo que a mi madre no le importaría que se quedase a vivir en casa.