La cara de tonto que se le puso a mi padre, al vernos reír, fue bestial. Tenia el ceño fruncido y su cara estába enfadada, molesta.
Se me cambió la cara al instante de ver a mi padre, mi rostro estaba serio, sin una mueca.
- ¿ Lo pasáis bien por lo que veo, no?- dice mi padre con tono airado.
Sonrío débilmente y con chulería.
- Venga ya papá, solo le estaba dando un recambio de tinta para la impresora. ¿Es malo , no?
- No tengo ganas de discutir Lauren- me reprocha.
- Eres tu el que empieza el juego.
Alvaro totalmente callado, mientras que , indignada salgo del holl para entrar a mi despacho. Por fin algo de relax. Mi padre es realmente cabrón cuando quiere.
Me puse ha mirar documentos, que me había dejado mi padre para mirar y hacer un informe. (Así me distraigo) pensé.
***
Cuando quise darme cuenta, eran las tres de la tarde. Mi estomago rugía , del hambre.
Me levante de mi escritorio y bajé a la cafetería de la calle de enfrente. En esa cafetería hacen unos bocatas que , están deliciosos, riquísimos. Bajé a la planta baja, donde la recepcionista me llamó rápidamente.
- Señorita Lauren, puede venir un momento, le han dejado algo para usted ahora mismo. - Me dice sonriente.
Saca un ramo de rosas. Yo me quedé estupefacta, confundida.
- ¿ quién las mandó?- la digo ansiosa, de saber quien fue.
- No lo sé señorita Lauren, pero era un hombre muy apuesto y atractivo. Al igual que usted. - me alaga.
- Que pelota eres. - me río. - Manda que suban las rosas a mi despacho, yo voy a comer.- digo amablemente.
- si, señorita Lauren.- obedece.
Yo tenía un hambre que no podía más, pero a la vez tenia mucha intriga. ¿ Quien habrá sido el de las rosas ?
