Los rayos de sol entraban por la ventana, y hacían de la habitación un entorno cálido y acogedor.
Me desperté abrazada por Álvaro, no me creía lo que había pasado.
Mi mente no pensó, estaba completamente en blanco. Miré al techo, y de un pronto lo miré a el.
Sentí un aroma acogedor recorrer mi nariz. Quité su mano de encima mía y me levante, completamente desnuda. Mi ropa tirada en el suelo. Y el entre sabanas dormido como un niño. Fui al baño a arreglarme el cabello. Me miro al espejo, y miro mis ojos azules, brillantes. Voy a la habitación, y me pongo mi ropa interior. Me vuelvo a tumbar en la cama, y cojo el libro de mi mesilla. Empiezo a leer en el lado derecho de la cama. A los cinco minutos me siento extraña, alguien me miraba. Miro a Álvaro y veo su mirada, impactada sobre mi.
-Buenos días preciosa.-Su voz dulce y ronca, me estaba dando los buenos días.
-Buenos días feo.-le devuelvo los buenos días.
Cierro el libro y me dirijo a la puerta.
-¿Donde vas? - pregunta.
-A la cocina, ha hacer el desayuno, mientras ves vistiéndose.
Bajo las escaleras , hasta la cocina y cojo zumo de naranja, 4 cruasanes, mantequilla, Nutella, y preparo dos cafés. El café nunca puede faltar.
Le oigo bajar.
-Estoy aquí.-le alzó la voz para que me escuche.
Entra en la cocina, que cara de sueño, pero a la vez esos ojos en matan.
Viene hacia mi, y se inclina para besarme en lo que yo no me aparto. Le beso. Como me gustan sus labios, su lengua.
-Vamos a desayunar, hay que reponer fuerzas.
- ¡Tengo un hambre que me muero! -alza un poco la voz.
Empezamos a desayunar. Todo estaba tranquilo hasta que abrió la boca.
-Lauren, yo creo, que esto no puede ser pasajero. Ayer me di cuenta de que el amor me abrió un camino, y quiero seguirlo, contigo.. -le corté.
-Que cursiladas, me dices - le digo con burla.- Porque te precipitas tanto a las cosas, deja que fluya, yo no me esperaba que pasase eso ayer, yo no tenia esa intención. - empiezo a enfadarme. El silencio inunda la sala.
-Yo no me arrepiento de nada.
Le miro, y veo que deja de desayunar, se levanta de la mesa y recoge sus platos para ponerlos en la pila. Sube las escaleras sin decir absolutamente nada, con la expresión seria. Sigo desayunando.********
Termino de desayunar, y lavo los platos que había en la pila. Voy hacia las escaleras y veo a Álvaro vestido.
-Me voy a ir.- su expresión seria lo decía todo.
-No, quédate a fumarte uno y te vas, no me hagas el feo.
-Bueno, vale.- cambió su expresión.
Le sigo hasta el salón, y abro el cajón de mi paraíso. Cojo dos canutos y un chivato, con un gramo de marihuana.
-Toma, y toma - dándole el canuto y el gramo.
-¿y esto? Que no hace falta eh.. - Su sonrisa le adornaba la cara.
-Fumatelo a mi salud hombre.
Nos fumamos el porro, viendo la televisión. Sin decir ni una palabra. Me sentía incomoda. Deje el canuto en el cenicero y subí a vestirme. Cojo unos pantalones vaqueros pitillo, y una camiseta casual. Bajo al salón y Álvaro me mira.
-Tengo que irme ya, le tengo que dar de comer al perro y sacarle.
-Muy bien que haces, nos vemos en la oficina.
Le doy dos besos y le acompaño a la puerta.
-Cuidate Alvarito - le sonrío.
- Y tu también Lau. - se ríe.
Cierro la puerta y me pongo a recoger la casa.
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