Voy a la terraza que hay detrás de los ventanales que mencioné. Sus puertas correderas, se abrían tan fácilmente como si moviera una pluma. Unas vistas increíbles. Miré hacia el frente, y contemple por unos segundos,él día. Yo Tenía ya mi hachís en la mano, apunto de quemarlo y mezclarlo. Saque en librillo de papelillos de mi bolsillo de la chaquetilla, cogí un papel y volví a meter el librillo.
Puse el papel entre dos dedos, y mezcle mi willi.
Lo rule tranquilamente. Iba ya a encenderlo y disfrutar de él cuando de repente detrás mía, se forma un airecito, giro mi cabeza 90° grados hasta que mis ojos pudiesen alcanzar lo que había detrás mía. Las puertas correderas del ventanal, se abrieron, y lo primero que vi, fue a Alvaro. Sus ojos impactaron con los mios, tirando una mirada fulminante hacía él , me sonríe.
- Lauren, ¿me podrías ayudar con la tinta de la impresora?- pregunta
Me giro para poder hablar con el cara a cara:
- ¿Tienes prisa, o puedes esperar a que me fume esto?- pregunto un poco malhumorada.
- Tranquila, fumatelo agusto, un buen porro se fuma tranquilamente.-
Me doy la vuelta, y le miro, las ganas de reírme eran cada vez mayores, estallo en carcajadas. Él me mira , y sonríe.
- ¿qué pasa?- me pregunta serio.
- Me rio, porque tienes razón, tranquilo.
Me doy la vuelta y me apoyo en la barandilla, mirando por encima de los edificios de enfrente.
- ¿Eres la única que viene a fumar aquí?
Me doy la vuelta para mirarle:
-Si, nadie fuma porros, a veces discuto con mi padre y me llama yonki, o drogadicta, pero, me da absolutamente igual, esta empresa será mía esta claro.
- Ya no eres la única, puedo encenderme este mariachí?- sonríe mirándome resabiado.
Mi mirada , refleja un brillo, que se nota a kilómetros y mi sonrisa, se deja ver bonita y blanca. Era una casualidad o será que me miente..
- EH ! No lo dudes, enciendetelo.- suelto una pequeña carcajada.
Mi fumada aumenta, por cada calada que le doy a ese mariachí. Un mariachi, para quien no lo sepa, es un porro de hachís, marihuana y tabaco, junto en un solo porro. Acabamos de fumar y entramos al holl. En el recibidor , fui a buscar la caja de tinta de impresora.
Cojo un recambio y se lo doy, le miro y de la fumada que llevábamos, nos empezamos a reír a carcajadas. Sale mi padre de su despacho, y por su cara de asombro, me parece que ya viene a interrogarme.
