Capítulo 3 (Quirón)

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Después de escuchar a Vanessa, me dirigí a la enfermería, me llamaba la atención de sobremanera aquella chica, cinco monstruos y ningún rasguño, increíble. Al atravesar la puerta vi a la mayoría de mis alumnos quejándose, algunos me preguntaron por la chica que habían traído, a muchos le pareció bella, a mí me inquietaba la oscuridad que sentía en ella, sin duda era poderosa, pero más que nada podría ser peligrosa, había que actuar y proceder con cautela y prudencia.

Llegué a una salita apartada, ella estaba despierta, sus ojos eran inquietantes, fríos, oscuros, pero extraños... Estaba hablando con Will y Nico, cuando le dije que debíamos hablar, me preguntó si podía ir Nico, me sorprendió, debo admitirlo, pero Nico, puso como condición ir con Will, para mí no había problema, pero fue aún más extraño que aceptara solo porque Nico se lo había pedido.

Caminamos a través de la enfermería y los campistas la miraban fascinados, intrigados, pero más que nada, temerosos. Ella ni se inmutó como tampoco se sorprendió con mi apariencia, pero tal vez un centauro no era una cosa del otro mundo. Más en lo que pensar.

Una vez fuera, me dirigí a la casa grande, yo le iba a informar personalmente acerca de los Dioses, había algo en ella, que me hacía sentir desconfianza, necesitaba saber si ella era un peligro, porque si pudo acabar con cinco monstruos sin entrenamiento, sin nada más que una extraña espada...

Los hice pasar a la estancia y nos sentamos alrededor de una mesa, luego de que me sentara en mi silla de ruedas, claro. Ella miraba con curiosidad, si algo la sorprendió no lo demostró.

- Bueno cariño... ¿Cuál es tu nombre?

- Sam.

- ¿Cuántos años tienes, Sam?

- 15.

- Sabes dónde estás...

- Sí, estoy en el campamento Mestizo, de semidioses. Tú eres Quirón el entrenador de los héroes o ¿no? - quedé anonadado, era imposible que ella supiera todo eso. Will y Nico no se quedaban atrás con la sorpresa.

- Entonces... ¿Sabes de los Dioses?

- Si, los Dioses del Olimpo... Están vivos, y se mueven con la civilización del oeste, por ello el Olimpo se cierne sobre el Empire State - ella no podría saber eso.

- Sam... ¿Qué pasó con los monstruos que Will vio? Dijo que eran cinco.

- ¿Me están interrogando? - preguntó molesta, me estremecí - No soy una amenaza si es lo que piensan.

- Siento si tengo dudas, no siempre llegan semidioses tan bien informados al campamento, y mucho menos derrotan a cinco monstruos sin ayuda y sin entrenamiento - ella se removió incómoda, Nico la miró.

- Sam, me juraste por el Estigio decirme toda la verdad.

- ¿Puedo confiar en ellos Nico? ¿Puedo confiar en que si saben quién soy no me van a rechazar?

- Mira, tu dijiste que eras más cercana a mí por la oscuridad, yo siento esa aura tuya, sé que somos cercanos, entonces por favor confía en mi cuando te digo que puedes confiar en Quirón y Will - Nico lo dijo firmemente mientras tomaba la mano de Sam, las cosas cada vez están más raras.

- Bueno... Te lo juré y confío en ti, les contaré. Yo no maté a esos monstruos, simplemente hable con ellos y se fueron.

-¿QUÉ? - ahora si lo había escuchado todo, eso es imposible, si hubiera sido como ella dijo ahora estaría muerta.

- Querida, eso es imposible - dije con toda amabilidad.

-Miren, yo les contaré la verdad, pero deben creerme. Les juro por el río Estigio que lo que les diré es la verdad.

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