Encontrémonos en el Café

Siete

Se encontraron en el café para trabajar en el proyecto. Solo porque ambos acordaron reunirse en el café. Spencer habló primero.

―Entonces... ¿Cómo está Afrodita? ―preguntó nervioso, porque sabía que este era un tema muy sensible para Paige.

―Ella murió.

―Espera, ¿qué? ―él no había escuchado esto antes. Solo sabía que ella tenía cáncer.

―Dije que ella está muerta ―tenía lágrimas en los ojos y sus puños se tensaron.

―Pero, ¡y-yo pensé que ella a-aún estaba viva! ―gritó Spencer, no podía creerlo. Ella también era una de sus amigas, debió enterarse si había muerto o no. A pesar de que los dos crecieron por separado, por lo menos pudo haber sido invitado al funeral.

―Ella está jodidamente muerta, ¿ok, Spence? Jodidamente muerta ―susurró.

Él aún estaba asimilando el hecho de que una de sus amigas de la infancia estaba muerta. Pero después, una ola de confusión lo golpeó tan pronto como él habló.

―Espera... ¿Cómo acabas de llamarme?

―Te llamé Spenc... ―Paige se detuvo, al darse cuenta de su error. Aclaró su garganta―. Lo siento, te llamé Spencer.

―No, me llamaste... Spence... ―estaba feliz de que lo hubiera llamado por su antiguo apodo, pero luego paró, porque recordó que Afrodita, su otra amiga de la infancia, había muerto―. ¿Exactamente cuándo murió?

―La semana pasada.