Encontrémonos en el Café

Seis

Él nunca respondió, solo continuó dando sorbos a su café, pero continuaba viendo sus brillantes ojos azules.

Y después de lo que parecía un largo tiempo, habló.

―Porque tuve que hacerlo. Porque, mierda, tuve que hacerlo ―y con eso, se fue del café, dejando sola a Paige.

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Paige regresó a casa, aún en shock.

¿Por qué no me lo dijo? Tenía el maldito derecho a saber. Él fue quien rompió mi corazón. No al revés.

Pensó que ese fue el peor día de su vida.

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Flashback

Paige se despertó para otro día de escuela. Pero no era cualquier día para ella. Ni tampoco para Spencer. Era su aniversario. No podía creer que habían confesado lo que sentían por el otro hacía un año. Su relación fue de esas relaciones de «seamos más que mejores amigos». En otras palabras, goals, como otras personas lo describen.

No podía esperar por llegar a la escuela. Manejó lo más rápido que pudo (siguiendo las reglas, claro). Cogió el regalo de su novio y caminó muy feliz dentro de la escuela.

En ese momento, vio frente a ella la escena más horrible:

Spencer estaba besando a Katerina, mejor conocida como Kat, la más zorra de la escuela. Spencer abrió sus ojos para encontrarse con los de Paige. Sus ojos estaban llenos de lágrimas y de dolor. Ella arrojó su regalo y se alejó de la escena, intentado no llorar. Cuando llegó a la esquina, estalló en llanto. No podía soportarlo más. Ella confiaba en él. Y él acababa de arruinar esa confianza. De pronto, escuchó pasos que se acercaban. Levantó su mirada y vio a Spencer.

―¿Qué mierda quieres? ―preguntó, tan calmada como pudo, pero aún sonaba enojada.

―¡En verdad lo siento! ¡Hay una razón por la cual tuve que hacer eso! ¡Te estaba protegiendo para que no te lastimen! Solo escúchame, por favor ―suplicó Spencer. Sus ojos llenos de culpa, dolor y arrepentimiento.

―Qué cosa tan graciosa. Fuiste tú quien me lastimó.

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