27 de marzo, 2010. Sábado. Liberty Church. Upper West Side, New York.
El aire freso pegaba contra el rostro de Cassandra Moore -próximamente, Cassandra Bieber- mientras caminaba con pasos decisivos hasta el gran portón de madera que aquella iglesia poseía. Era su día. El día que podría decirle sus votos de amor eterno al amor de su vida, Justin Bieber.
Sabía que su boda había generado grandes expectativas desde el momento en que Bieber decidió arrodillarse frente a sus compañeros de trabajo en las grandes oficinas de New York Magazine, donde Cassandra trabajaba como la jefa de redacción y editora principal de la revista.
El brazo de Christopher Moore rodeó el de su hija, invitándola a entrar junto a él en su propia ceremonia, mirándola de aquella forma paternal que necesitaba Cass para calmar sus nervios. Una sonrisa de su padre le bastó para levantar su mentón y clavar su mirada en el frente mientras las puertas se abrían frente a ella, dejándola a la deriva. Y sus ojos se cruzaron con los mieles que estaban a metros de distancia. La música que habían seleccionado para la boda sonaba. Sin embargo, ella la escuchaba a metros de distancia porque en aquel momento, sólo le importaba llegar hasta donde estaba su casi esposo, tomarlo entre sus brazos, y poder auto-declararse la chica de Bieber.
Se encontraba tan pérdida entre los ojos del chico que no supo en qué momento llegaron al frente y la mano de su padre fue reemplazada por la de Justin, quien le dedicó la sonrisa más preciosa que había visto en sus cortos años de vida.
El obispo que los casaría comenzó a elevar su tono de voz para que la multitud se quedará en silencio y así la ceremonia pudiera dar comienzo. Sin embargo, su atención se encontraba perdida entre su mano entrelazada a la de su novio, quien acariciaba el dorso de su mano contra el pulgar, dejando pequeños apretones contra cada palabra que el señor pronunciaba.
"Puede besar a la novia" fue la frase que le bastó a Bieber, quien estaba anonado por la belleza que su novia poseía en aquel vestido blanco, para tomar su pequeña cintura y pegarla contra su cuerpo antes de unir sus labios a los de su próxima, intentando demostrarle todo el amor que sentía por ella.
Los aplausos explotaron a su alrededor, por lo que se separó de ella y apoyó su frente contra la de Cassandra para susurrarle aquellas palabras dulces que lograban derretir el corazón de Cassie por completo.
"Mía, por siempre." Los ojos de la muchacha, llenos de lágrimas y adaptando un carácter ilusionado, demostraban el amor que le tenía a Justin Bieber -su, ahora, marido-.
"Y nadie nos va a separar." Y volvió a unir sus labios a los del chico una vez más, queriendo sellar su juramento.
¿Estás segura, Cassandra?
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Infiel ➸ jb | OS
أدب الهواةCassandra Moore teme que su matrimonio está pasando por una fase extraña. Está casada con Justin Bieber hace años y nunca sintió que tendría el peso de soportar sus llegadas tardes debido al trabajo, su extraño comportamiento, los mensajes y llamada...