Capitulo 9

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-¡Giuseppe! ¡Hola pato de mi amor!

Alzó al plumoso animal, lo apretó, le agarró el pico.

-¡Te extrañé mucho! ¿Y tú?

-Cuack cuack cuack.

-Lo sabía, tu también. Dime, ¿te trataron bien? ¿Amenazaron con meterte en la asadera o hacerte a la naranja?

-Cuack cuack cuack.

-También lo sabía. Ay mi madre...

Dejó al pato en el suelo y caminó silbando hacia la entrada de su casa.

-Volviste. –dijo su madre sin levantar la vista de su café.

-Sí, pero sólo por unos días, mientras espero los resultados. Porque, por si quieres saber, accedieron a hacerse el ADN. Y quizás consiga trabajo, y me quede en Londres para siempre.

-Midori, a mi no me amenaces con eso...

-Me da igual, Caster.

-¡No me llames por mi nombre!

Arrojó su mochila sobre una silla y subió corriendo al ático.

****************

Barbara miraba con reproche a Ringo, él sólo suspiró, resignado, apretó las manos en el respaldo de la silla en la que estaba apoyado.

-¡Dímelo! ¡Dime quién es ella!

-No es una amante.

-Y yo soy tonta. Es otra más. ¡Dime quién es!

-Es una posible nieta.

-Qué raro, siempre con jovencitas.

-Es que no es una amante, es una posible nieta. Y recuérdame despedir a todo el personal, por contarte algo así. Salvo que lo hayan hecho porque los tienes bien entrenados.

-Claro que sí. Y ahora, eso de la nieta no te lo cree nadie. A ver, que sería más lógico que apareciera una hija, pero no una nieta. A esas apariciones de hijos ya estoy acostumbrada.

-Bueno, pero esta vez, apareció una nieta.

-Supongo que no la reconocerás.

-Claro que sí, ya hicimos el ADN, aún no sé el resultado, pero si lo es, la reconoceré.

-¡Estás loco! No quiero aceptarla.

-Me da igual, la realidad es la realidad. Permiso, llamaré a Paul.

Dejó a su mujer, todavía indignada, y se encerró en su oficina. Llamó, rogando que él lo atendiera y no lo hicieran pasar por el millar de secretarias que tenía. Al fin sus ruegos fueron escuchados y atendió Paul.

-Paul, soy yo.

-¿Quién es yo?

-Tu vaca que está a punto de convertirse en hamburguesas. ¡Ven, rescátame!

-¿Eh?

-Tonto, soy yo, Ringo.

-Idiota, no te reconocí. ¿Ahora qué quieres? ¿Te dije que sacaremos la discografí...?

-Me lo dijiste treinta veces. Hablo por algo más importante.

-¡Es importante!

-Será importante hasta que Yoko diga que no le da la gana publicar nada y arruine, como siempre, tus propuestas. Y yo me reiré.

-Me caes mal.

-Ya lo sé. Ey, ha surgido un inconveniente...Verás, Barbara se enteró de la existencia de Midori.

Mi abuelo es un beatleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora