3-el pecado mortal

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Dice el catecismo que pecado mortal es una desobediencia voluntaria a la ley de Dios en materia grave, con plena advertencia y perfecto consentimiento.

Para que exista pecado mortal es preciso, pues, que se den, a la vez, estos tres elementos:
* Materia grave ( La Iglesia nos lo enseña).
* Plena advertencia.
* Perfecto consentimiento.

La gravedad del pecado mortal deriva, ante todo, de la dignidad infinita de la Persona ofendida, Dios.

El pecado mortal es una rebeldía contra Dios. Es el acto de Luzbel, que dice: "No serviré". Es la actitud del Faraón de Egipto cuando dijo: " ¿ Y quien es ese Señor que se atreve a mandarme? No le conozco y no quiero obedecerle " (Éxodo 5,2).

El pecado mortal, es una vergonzosa ingratitud, pues con el, el hombre desprecia a su Creador y Señor, a quien todo se lo debe.

El pecado es una gran crueldad, porque remueve la Pasión de Jesús. Cada pecado, ya cometido o por cometer, fue una herida más en el cuerpo purísimo de Jesús, pues El cargó sobre Sí la muchedumbre de nuestros pecados.

Cada pecado mortal, es una terrible desgracia para el hombre, pues le quita la vida de la gracia, la amistad con Dios y todos los méritos que había adquirido para el cielo; además, queda el pecador sujeto al poder del demonio y le acarrea la condenación eterna en el infierno sí muere es pecado mortal. Por el pecado mortal, el pecador paraliza, además, su marcha hacía Dios, rompe los lazos que le unen con Cristo y con los demás miembros vivos de la Iglesia y deja de participar activamente en la edificación de la Santa Iglesia.

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