Capitulo 1: "El día en que te conocí"

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¿Por qué la gente insiste en creer en algo tan patético como el amor? ¿Existe algo llamado destino?

Estas preguntas me persiguen en silencio mientras observo el bullicio de la fiesta desde el rincón de mi habitación. No me atrevo a formularlas en voz alta, temerosa de que los murmullos de desaprobación o las risas socaven mi curiosidad. Mi madre siempre dice que una señorita no debería hacer tantas preguntas, pero yo no veo nada de malo en querer entender el mundo que me rodea.La música y las risas se filtran por la puerta entreabierta cuando mamá entra en mi santuario de pensamientos.—Julieta, es hora de que bajes. Todos te están esperando —anuncia con su tono de autoridad materna.—Sí, madre, en unos minutos estaré allí —respondo con una resignación apenas perceptible.La idea de enfrentarme a todos, de ser el centro de atención entre la élite social que mi familia tanto aprecia, me provoca una ligera ansiedad. Me preparo lentamente, debatiéndome si debo unirme a la fiesta o no. Al final, decido bajar y enfrentar lo inevitable.Cuando finalmente llego a las escaleras, me siento observada por todos los ojos curiosos y críticos. Al final de la alfombra roja, me espera Leonardo. Es el típico joven de familia adinerada, rubio y con una sonrisa que intenta seducir a todos a su paso. Mi madre insiste en que debería casarme con él debido a los lazos de amistad entre nuestras familias, pero yo simplemente no puedo soportarlo. Sin embargo, debo sonreír y jugar mi papel, aunque mi sonrisa no sea más que una máscara que oculta mi verdadero sentir.—Luces hermosa esta noche, Julieta —me saluda Leo con una sonrisa arrogante mientras toma mi mano y la besa.—Gracias, Leo. Tú también luces bien —respondo con una cortesía forzada.—Lo sé, gracias —contesta, apartando la mirada hacia un grupo de hombres importantes.Decido alejarme un momento y dirigirme hacia mi tía Christine, pero mi destino se cruza cuando un joven choca conmigo. Nuestros ojos se encuentran por un instante, y en ese breve momento siento una extraña conexión. Un calor inusual me envuelve y mis mejillas se encienden.—Disculpa, no te vi —dice el joven, con una sonrisa nerviosa.—Oh, no, discúlpame tú a mí —respondí rápidamente, sintiéndome incómoda bajo su mirada penetrante.—Soy Nicolás García —se presenta, haciendo una pequeña reverencia y besando mi mano—. ¿Y tú?—Julieta —respondo, retirando suavemente mi mano, tratando de mantener mi compostura.—Julieta, un nombre tan hermoso como su portadora —comenta Nicolás con una sonrisa encantadora que me desconcierta—. Es un placer conocerte.—Gracias —digo, desviando la mirada, sintiendo cómo la atención de todos los presentes se centra en nosotros.Decido alejarme rápidamente, sintiéndome observada y juzgada por todos. Subo a mi habitación, harta de los murmullos y las miradas de desaprobación. Me tiro en la cama, intentando ahogar los pensamientos que giran en mi mente como una noria descontrolada. El nombre de Nicolás y su voz resuenan en mi cabeza una y otra vez, como si quisieran quedarse ahí.Intento concentrarme en otra cosa. Me levanto, voy al tocador y me enfrento a mi reflejo en el espejo.—Deja de pensar en él —me digo en voz alta, intentando convencerme a mí misma—. ¿Qué tiene él que te tiene tan desconcertada, Julieta?Intento dormir, pero su mirada profunda y sus ojos verdes persisten en mi mente. Finalmente, me quedo dormida, preguntándome qué significa todo esto y por qué me afecta de esta manera.---Al día siguiente, me despierto con la sensación de que algo ha cambiado. Mamá está sentada al borde de mi cama, su mirada seria me dice que hay problemas.
—¿Qué haces aquí? —pregunto, aún medio dormida.—Necesito hablar contigo. Espérame en el jardín después de que te hayas arreglado —responde, su tono dejando claro que no hay margen para la discusión.Me siento inquieta mientras me preparo para el día. Bajo al jardín, preguntándome qué es lo que mamá quiere discutir conmigo esta vez. Estoy temerosa de que el tema sea la noche anterior, sabiendo que a mi familia no le agradaría el incidente con Nicolás.—¿Qué sucede? —pregunto, acercándome a ella con cautela.—Dímelo tú —dice, su voz firme—. ¿Cómo puedes cometer la imprudencia de hablar con un García delante de toda nuestra familia y amigos?—No me sorprende que este sea el tema de conversación —susurro, mirando fijamente al suelo.—Tienes solo 17 años, Julieta. Aún eres una niña y ese chico no es adecuado para ti. Además, los García son enemigos de nuestra familia desde hace años —explica, con un tono que mezcla preocupación y determinación.—Madre, él no es responsable de lo que hizo su padre. Y si es como dices, me daré cuenta a tiempo —respondo, tratando de mantener la calma mientras me enfrento a su mirada.—No quiero que te hagan daño. El jefe de esa familia fue quien asesinó a tu padre, Julieta —dice, su voz llenándose de dolor y recuerdos amargos—. Hablar con Nicolás es peligroso para ti.—Él no asesinó a papá. Fue un accidente. No puedo culpar a alguien por algo que pasó hace tanto tiempo —digo, con firmeza—. Y si Nicolás es diferente de su padre, ¿por qué no puedo darle una oportunidad?—¡Porque es peligroso, Julieta! —exclama, su voz llena de miedo y preocupación genuina por mi seguridad.—Ya he seguido las reglas durante demasiado tiempo, madre. No puedo dejar que decidan por mí lo que debo sentir o hacer —digo, mis palabras cargadas de frustración y determinación—. No permitiré que me prohíban hablar con Nicolás.—Tienes prohibido ver o hablar con cualquier García —sentencia, dando por terminada la conversación mientras se aleja.—¡Eso lo veremos, madre! —le grito, pero ella sigue caminando sin volverse.Me siento en la banca del jardín, abrumada por todo lo que ha sucedido en tan poco tiempo. No puedo creer que mi encuentro con Nicolás haya desencadenado tanto drama y conflicto familiar. Me pregunto si valdrá la pena desafiar a mi madre y a las expectativas de nuestra sociedad solo para explorar una conexión que no entiendo del todo.Decido alejarme un momento, necesito tiempo para reflexionar sobre mis sentimientos y las consecuencias de mis decisiones. Mientras camino por los jardines, mis pensamientos siguen girando en torno a Nicolás y a la extraña atracción que siento hacia él. Es como si una fuerza más grande que yo misma me impulsara a desafiar las normas establecidas y a explorar lo desconocido.

Una historia de amorWhere stories live. Discover now