Julieta se sintió como si el mundo se detuviera a su alrededor. Las palabras de su madre resonaban en su mente mientras se paraba allí, empapada por la lluvia que seguía cayendo con fuerza fuera de la mansión. Leonardo la observaba con una mezcla de sorpresa y preocupación, mientras que el padre de Leonardo mantenía su gesto impasible, como si todo aquello no fuera más que un mero espectáculo.
—¿Qué significa esto, Julieta? —preguntó la madre de Julieta, con una mirada que mezclaba autoridad y expectativa.
Julieta sintió un nudo en la garganta. Todo lo que había planeado, su intento de enfrentar al padre de Nicolás, se estaba desmoronando frente a sus ojos. La humedad de su ropa mojada parecía pegarse a su piel mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas.
—Lo siento, madre. No puedo aceptar la propuesta de matrimonio de Leonardo —dijo finalmente, con voz firme, ignorando las miradas desconcertadas a su alrededor.
Leonardo frunció el ceño, visiblemente molesto por la interrupción de sus planes. El padre de Leonardo permaneció en silencio, observando la escena con una frialdad que incomodaba a Julieta.
—¿Cómo te atreves a hacer esto, Julieta? —intervino Leonardo, con un tono de reproche—. Has deshonrado a nuestra familia y a la tuya.
Julieta se sentía como si estuviera en medio de un torbellino. La lluvia seguía cayendo implacablemente, como si el cielo mismo estuviera llorando por ella. Miró hacia el interior de la mansión, sintiendo la pesadez de las decisiones que acababa de tomar. Su corazón seguía anhelando a Nicolás, pero ahora se enfrentaba a las consecuencias de sus acciones.
—Lo siento, madre. No puedo hacer esto —repitió, con una determinación que sorprendió incluso a sí misma.
La madre le pego una cachetada —Entonces ¡Vete de aquí ahora! —grito la madre de Julieta, con un tono de decepción y resignación.
Julieta se dio la vuelta lentamente, sin decir una palabra más. La viejita esperándola con una sonrisa serena. "Es tu momento", le susurró con voz suave. Sin vacilar, Julieta sacó un pequeño peñique de su bolsillo y lo lanzó al aire, girándolo tres veces. De repente, todo a su alrededor comenzó a girar y elevarse. Cuando todo se detuvo, Julieta se encontraba en el mismo lugar, pero ya no llovía y no parecía estar en su mansión. En cambio, vio a su madre, joven y radiante, frente a ella, y todo cobró sentido.
Julieta, siempre curiosa pero nunca imaginando el giro que tomarían sus investigaciones, comenzó a husmear en los recuerdos de su madre joven. Era como desenterrar un tesoro enterrado en capas de secretos familiares. Cada paso que daba revelaba fragmentos de una verdad que alteraría su mundo para siempre.
Siguiendo pistas sutiles y fragmentos de conversaciones perdidas en el tiempo, Julieta descubrió el inesperado vínculo entre su madre y el padre de Nicolás. Una relación clandestina, un amor prohibido que desafiaba los límites de lo socialmente aceptado. Y luego, la verdad que golpeó como un rayo: Nicolás y ella compartían la misma sangre, eran hermanos por parte de padre.
El desconcierto inicial fue solo el preludio de una tormenta de emociones que la envolvió. La percepción de la familia se desmoronaba, revelando una complejidad oculta detrás de las fachadas de la cotidianidad. Julieta, ahora enfrentada con esta verdad tan impactante, se debatía entre la incredulidad y la necesidad urgente de redefinir su propia identidad en el contexto de esta nueva realidad.
Cada mirada al espejo, cada recuerdo compartido con Nicolás, adquiría un nuevo matiz cargado de significado. La búsqueda de respuestas se convirtió en un viaje hacia lo más profundo de sí misma, mientras intentaba conciliar el amor y el rechazo hacia este nuevo entendimiento de su historia familiar.
Todo lo que creía saber sobre su historia familiar se tambaleaba. Se preguntaba cómo había sido posible que nunca supiera la verdad, cómo había vivido tan cerca de Nicolás sin sospechar nunca que compartían la misma sangre. Mientras seguía a su madre a través de los recuerdos revividos, Julieta comenzó a comprender las decisiones y los sacrificios que había hecho su madre en silencio, protegiendo un secreto que había marcado las vidas de todos ellos sin que lo supieran.
Al despertar, Julieta se encontró de nuevo en su cama, sumida en un mareo confuso. La luz suave de la lámpara de noche revelaba la figura preocupada de su madre, quien la atendía con cariño. El sonido de la lluvia golpeando suavemente contra la ventana se filtraba en la habitación, recordándole cómo había caído presa de la fiebre después de exponerse demasiado tiempo a la tormenta.
Entre la fiebre, los fragmentos de la revelación seguían danzando en su mente. La imagen de su madre joven, el secreto guardado durante tanto tiempo, y la verdad impactante que había descubierto sobre su relación con Nicolás parecían tan reales como confusos. Mientras su madre le daba agua y tomaba su temperatura, Julieta intentaba discernir entre la realidad de sus recuerdos y la ilusión de sus sueños febriles.
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Una historia de amor
RomanceCuenta la historia de Julieta y Nicolas, dos chicos que son separados por sus familias. A pesar de que son de la misma clase social, las familias de Nicolas y Julieta son rivales y no les permiten a estos estar juntos. Julieta es muy curiosa y tiene...