~TROIS~

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Primer año de la primaria.

El lugar era lindo y tenía un gran patio, pero era muy diferente estar allí que estar en el jardín. Nos habían cambiado el delantal azul―que usábamos con una corbata del color de la sala en la que estábamos― por uno que era completamente de color blanco. No comprendía bien su propósito, y sigo sin entenderlo, siendo franca.

Yo tenía seis para ese momento del año, al igual que algunos de mis compañeros del aula. Otros, ya habían cumplido los siete. Habían pocos que eran nuevos, ya que la gran mayoría los conocía de los años anteriores en el jardín.

Los compañeros que ya conocía actuaban diferente con respecto al año pasado. Habían algunos a los que ya no les importaba jugar. Parecía que todos decidieron crecer de golpe durante las vacaciones, pero que se habían asegurado de que yo no me enterara de aquel acuerdo grupal, por lo que, sin duda alguna, yo era la más infantil de todos. Para mí, no era un problema ser más infantil de lo necesario.

Ese año conocí a un chico llamado Matteo. Él era un chico dulce, y le gustaba hablar y jugar conmigo. Había días en los que venía a mi casa para que juguemos o si no, yo iba a la suya. A veces era un poco raro, ya que él no tenía muñecas, si no varios autos y un estacionamiento de tres pisos. Me encantaba colocar los autos en la rampa del piso más alto y ver como descendían. Me agradaba que pasemos tiempo juntos, y me divertía mucho... Tanto que a veces me sentía como si fuera un chico.

Recuerdo bien un día en el que estábamos jugando en mi casa. Se había hecho de noche rápido y, como no podían venir a buscarlo, lo tuvimos que alcanzar hasta su casa con el auto de mis papás. Vivía a unas cuadras de mi casa, así que no tardamos mucho. Se bajó del auto y se volteó a verme. Me preguntó si... Si le podía dar un eso. Por favor. Era tan pequeña.

No,no,no. No estoy lista, le dije nerviosa y retrocedí todo lo que el asiento del auto me permitía. Él quería que le diera un beso. Un beso en la boca. A los seis años.

Claro que no lo iba hacer. Eso no iba a pasar, no en ese momento.

Ma petite violoniste | #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora