~DOUZE~

77 32 0
                                    

Sexto año, por fin. Era el último que nos faltaba antes de terminar la primaria.

Por alguna razón que yo desconocía en lo absoluto, los chicos bajaron notoriamente la cantidad de burlas que me hacían. Pensaba que se habían cansado. Por fin podía suspirar en paz, asegurándome a mi misma de que lo peor ya había pasado. Podía sentirme mucho más segura y tranquila. Ya todo había acabado.

Mis papás habían encontrado un lugar donde podía ir y aprender a tocar el violín. Se llamaba Conservatorio de Música 'Alberto Ginastera'. Sabía de que sería algo más que bueno y estaba demasiado emocionada de empezar, pero debía esperar unas dos semanas para que las clases comenzaran allí. Supongo que no hace falta aclarar que tenía los nervios a flor de piel que no me ayudaban en nada.

Débora me tranquilizaba cuando me pasaba un poco de preocupona, y eso me hacía desear cada vez más fuerte que pudiera pasar con ella todo el tiempo del mundo. No estaba segura de lo que podía ser de nosotras luego de que ese año finalizara, si nos podíamos ver nuevamente o si el tiempo nos separaría, pero de una cosa estaba completamente; No podía y no quería olvidarla, y no iba a permitir que nuestra gran amistad quedara atrapada en un recuerdo lejano, ya sin esperanza de convertirlo en un momento del presente.

Al no conocer a nadie, no podía evitar preguntarme si mi año allí sería como mis años anteriores en la primaria... Si allí serían igual de malos conmigo, o si sería todo lo contrario. Era muy tímida, y me costaba hacer amigos, de eso ya estaba convencida, por lo que me aterraba estar rodeada de desconocidos. No sabía que esperar.

Mientras tanto, en la escuela, el profesor de plástica seguía hablando con los chicos y algunas de las chicas de ese Facebook. Sentía que era algo que tenía que conocer, pero no sabía a quien preguntarle, ya que Débora tampoco tenía idea de lo que era. Le pregunté a una de las chicas si me ayudaba con eso, y me dijo que si la invitaba a ella y a Francisco a mi casa, ambos me ayudarían a crearme una cuenta en esa aplicación. No lo dudé y los invité a ambos, esa misma tarde.

Estuvimos en la computadora toda la tarde. Ellos me enseñaron que era Facebook, como me podía crear una cuenta y como se utilizaba. Ambos sabían mi contraseña, pero no pensaba de que podría ser un problema en algún momento.

Estaba segura de que ese año, el último, sería diferente... Que nada sería igual que antes.

Y así fue.

Ma petite violoniste | #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora