Tu solo hiciste como si hubiese chocado como cualquier cosa, no te volteaste al menos para ver quién era, no pensé que fueses tan...
¡agh! como es la palabra.
¡Frívolo!, sí, eso es. Así es como actuaste, y por primera vez no quede como boba mirándote pasar, si no que tu actitud me enojo, no quiero que rompas todo lo perfecto que tenía pensado de ti.
Esa pulsera se te veía bien....
Muy bien, espero no tener problemas, tu chocas conmigo, no te giras al menos, yo me enojo, pero al segundo del hecho pienso en lo bonita que se te ve esa pulsera de cuero.
Bien Elizabeth, bien.
No me queda más que seguir mi camino, y tratar de olvidar tu actuar, pensé que al menos eras caballero, pero me doy cuenta que pensé mal.
Al estar ya sentada en la sala, pongo más atención de la materia, no quiero seguir pensando en lo que acabo por pasar.
Porque no quieres pensar mal de él.
Puede que sea eso, no lo conozco, no sé cómo es su carácter, no sé cómo es en realidad sin embargo, lo que pensé de él, en lo mágico que puedes llegar a ser, solo es parte de mi imaginación.
Todo lo que hago, miro, creo esta girado a tu entorno, tan así que el mundo me lleva hacia a ti, inalcanzable, título del próximo trabajo, en donde debo de crear una historia, personajes...tu y yo.
Ese tu y yo, solo existe aquí en mi mente, y de aquí no saldrá.
Mientras caminaba hacia la salida escuchaba comentarios sobre ti, de lo buen estudiante que eras en historia, de tu carácter como líder, y no me extraño que dijeran que eras el presidente de tu curso.
Un presidente superficial.
Mi razonamiento me dice que debo de distanciarme de una vez si no te hablare, si no haré nada por acercarme y más si no me gusto tú forma de ser, pero por otra parte me acostumbre a esa forma de apreciarte sin que te des cuenta.
Ignoraste que pude de haber tenido un mal comienzo de día.
Creo que lo mejor que puede hacer ahora, es ignorar este día.