LA PRISIÓN DE LUNA

Capítulo 15.- Lindo trasero

   —¡Dios! Vas a acabarte el tacón. —maldijo Lauren como mil veces a Luna, estaban esperando los resultados de los análisis y Luna sólo movía el pie de forma nerviosa.

Habían pasado ya dos días y se la había pasado con el mas perro humor con aclarar que había inventado a Alex que le había venido la menstruación para que no la tocara. Ya había pensado en miles de cosas que decirle como; “es tu culpa tu me secuestraste cuando tenía novio” o esperar a tener dos meses y decirle que en realidad tenía uno “tengo un mes de retraso” o cuando naciera y se pareciera a Ryan “se parece a Adán, definitivamente” estaba enloquecido haciendo conjeturas por todos lados.

   —Joiner Halls Luna Soph...
No dejó que la secretaría acabara cuando ya estaba en el consultorio de otro doctor que le había tocado atender ese día.

   —Buenos días señorita Joiner.

   —Buenos días, solo quisiera saber mis resultados, por favor.

   —¿Ansiosa? —lo miró ceñuda, le estaba sonriendo de manera que ella creía estúpida y mas que nada arrogante.

   —¿Me está tomando el pelo? Mis resultados.

   —Bien...aquí dice que todo está en control pero...

   —Pero, ¿qué? —preguntó alarmada.

   —Deberías revisar el azúcar, una chica tan dulce como tu podrías tener sus consecuencias.

   —¡Desgraciado! A la mierda su doctorado. —Le tiró su título de madera con una placa plata que tenía en la mesa y decía su nombre en cursiva.

Iba enfadada por el estúpido doctor que ni se detuvo a ver si era atractivo pero con una gran sonrisa de que no le había dicho la noticia que claramente no esperaba.

Llegó a la mansión y se encontró con Alex en la entrada. Ahora fue ella quien corrió a el y le abrazó por el cuello con las manos y con las piernas la cintura. Sin importar que llevaba falda y que si alguien estuviera ahí le iban a ver las bragas. Le besó desesperada y el tardó en captar su cambio pero al final del beso le mordió el labio y apretó el trasero para que le diera mas besos como ese, había estado tan estresado de que ella estuviera distante con el que deseaba aprovechar el momento. Sin importar el público que era Lauren y su amigo y uno que otro sirviente caminó con ella aun besándola y se metió a la primera puerta que le pareció. La de la biblioteca.

   —¿Tienes dos bibliotecas?

   —Una. —Susurró queriendo acabar la conversación. La pegó a la pared y quitó el suéter que llevaba con el cual se fue su blusa.

Sus cuerpos calientes chocaron e hicieron ese clic que significaba que se deseaban mas que nada. Le besó el cuello como si nunca mas lo iba a volver a hacer. Su lengua tenía el sabor de su perfume impregnado al igual que sus labios. Luna quiso alejarlo porque se suponía andaba en sus días por un momento pero él le tomó las manos y las aprisionó contra la pared al igual que su cuerpo. La cabeza de Alex volaba por todos lados que no le dejaba pensar, estaba aturdido por la pasión y calentura que cuando vio Luna estaba sobre un escritorio sentada y él entre sus piernas besando su cuello, libros, plumas y lápices entre otras cosas estaban en el suelo esparcidos. Se negó a el mismo tratarla de esa manera.

   —Luna perdón, yo no...

   —Soy tuya Alex. Haz que sienta que lo soy de verdad.

   —Vamos a la habitación... tuya o mía.

   —¿Solo soy tuya en la cama?

   —Eres mía en todos lados. —Afirmó con su voz mas ronca y entrecortada.