Capítulo 2.

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-Eh, con respeto que solo han sido unas gotas.-Será imbécil. Estaba toda empapada, y tenía una cita que llegaría de un momento a otro.
-¿Qué ha pasado aquí?-Tenía miedo de que fuera Javi, pero no, al darme la vuelta me di cuenta de que era el dueño del bar.
-Que su hábil camarero, me ha puesto perdida.-Yo también he trabajado ahí, y he derramado más de una bandeja y más de dos, y la verdad, no considero que mi reacción de insultarle fuera buena, pero ni siquiera me había pedido disculpas, solo se dedicaba a mirarme, con la cara desencajada como quien ve a un fantasma.
-La verdad es que es la primera vez que te pasa esto, Víctor, por lo menos le habrás pedido disculpas a la señorita,¿no?
-Claro fue lo primero que hice.-Encima de imbécil, mentiroso. Me estaba poniendo histérica.
-Necesito secarme.-Dije mirando al camarero que al parecer se llamaba Víctor, con cara de malas pulgas.
-Claro que sí, a mano derecha está el servicio, ahora le llevaremos una toalla.
Fui al baño y al quitarme la camiseta solo pensaba que la gran mancha, no saldría de mi camiseta.
-Tanto escándolo por unas gotitas...ni que te fuera a salir cola al rozar el agua. Sirenita ¿dónde estás?-lo dijo con un tono tan chulo, pero a la vez tanto gracioso, que se me escapó una sonrisa. Yo también soy bastante tonta cuando me lo propongo.
-Estoy en el segundo baño. Pasa la toalla por debajo.
Él me hace caso, y pude sentir nuestras manos un momento. Siento unas fuertes ganas de apretar hasta hacerle daño, se lo merece.
No habíamos empezado muy bien era un imbécil.
Me sequé e intenté apretar con las manos para que la camiseta perdiera agua pero no funcionó. Me resultaba raro no oír la puerta cerrarse de nuevo pero suponía que Víctor ya se habría ido. Por lo tanto me puse la toalla a modo de camiseta y salí hacia el lavabo, más concretamente, hasta el secador de pared, extendí la toalla y esperé. Aunque era una idea un tanto estúpida, estaba dando resultado. Me miré al espejo y vi la imagen que tenía, y así de la nada, como si me hubiera leído el pensamiento...
-Pero que pintas llevas Sirenita.
-¡Quieres matarme de un susto! Pero, ¿no te habías ido?-Realmente había dado un salto grandísimo me había dado un buen susto. Cada vez lo iba empeorando.
-Estaba en ese baño, escondido, viéndote.-Tenía un sonrisa pícara en la cara, no sé muy bien como describirlo, tampoco sé a ciencia cierta porque esa frase hizo que yo me ruborizara.-A ti y a esa forma tan ridícula que tienes de secar la ropa.-Dijo a carcajada limpia.
-No tendría que hacerlo, si un idiota no me hubiera mojado. Pero en fin, de gente estúpida está el mundo lleno.
Me di la vuelta y seguí a lo mío, ni siquiera me había pedido disculpas, estaba muy ofendida.
-Sirenita creo que...
-Que no me llames así, imbécil.-Dije dándome la vuelta con quizás demasiada energía.-Me llamo Noa, y así me tienes que llamar. O mejor, para ti, señorita Noa.
-¿De verdad te llamas Noa?. Bueno, chica rara, nombre raro. Pero déjame terminar.-se había dado cuenta de que quería soltarle cualquier insulto-Creo que tengo que disculparme contigo...-e inmediatamente puso una cara de perro abandonado que no le pegaba en absoluto. Parecía un tipo duro. Me hizo ilusión que por fin llegara este momento así que me recosté en la pared y sonreí.
-Adelante.
-Lo siento, realmente lo siento...
-No te pongas así hombre... yo también me pasé al insultarte, así que disculpas aceptadas, y yo también te pido perdón.
-Déjame terminar... siento muchísimo que seas tan torpe de ponerte en mi camino cuando llevo una bandeja con bebida.-Y de repente se empezó a reír como si no hubiera un mañana.
Me había ofendido de verdad me giré y lo ignoré.
-Eh, Sirenita, ¿te has enfadado?
-Mira imbécil. Eres un sinvergüenza, así de claro, no tienes educación ninguna y te deberían despedir. Te juro que me das asco, que personas como tú son las que se cargan el mundo.
Me miraba a los ojos como si le hubiera encantado lo que le había dicho .
-Venga Sirenita Noa, seguro que no soy tan malo.-
-Chaval, vete al infierno.
Me disponía a salir al bar cuando alguien me agarró de la muñeca con fuerza.
-Suéltame o tendremos problemas.
-Quizás el problema lo tendrías tú, si sales al bar con la toalla a modo de camisa cuando esto está lleno de borrachos resentidos.
Tenía razón por su culpa iba a salir así, se me había olvidado todo, el tema de la cita, de mi ropa manchada... Absolutamente todo. Lo aparté de mi con fuerza y entré al baño a cambiarme. Dios, Víctor me estaba sacando de mis casillas, en serio.
Salí ya vestida y él seguía ahí, apoyado en la pared y me miraba de arriba abajo.
-Así mucho mejor.-Dijo con esa sonrisa a la que me estaba acostumbrando aquella noche.
-¿Y tú qué? Si tanto borracho hay, deberías estar trabajando. Eres un chulo, un imbécil y un vago.
-Y te encanta.
-¿Es lo que te dicen todas, no? Pues no. Más bien me das asco.
-¿Yo doy asco? Yo no soy la que lleva la camiseta entera manchada de ron con cola.-Y volvió a reír, pero no era la risa que había visto hasta ahora sino más bien, una llena de verdad y sincera, con paz, y eso me gustaba, aunque sus palabras no.-Anda, salgamos, que mi jefe se va a pensar cosas extrañas y no es plan de que ponga a otra en mi lista de chicas a la que encanto.
Era un chulo, o eso quería hacerme creer, pero esta idea pasó a segundo plano cuando salí de la puerta del baño...
Mierda, había dejado mi bolso y mi chaqueta fuera, y al llegar a mi mesa, ya no estaban.
-Víctor.
-Sirenita.
-No es coña, me han robado. Víctor, dejé aquí mis cosas al entrar y ya no están.
-Joder.-Se notaba preocupación en su cara, quizás se sintiera culpable, aunque me sorprendería gratamente.
Salió corriendo calle abajo gritando cosas como "para", o "detente", al parecer, había visto al ladrón con mi chaqueta. Pasaron 10 minutos y no volvía, me preocupaba que el ladrón fuera agresivo y le hubiera hecho daño, tampoco yo quería tener esa responsabilidad. Estaba muy nerviosa, pero a los pocos segundos apareció. Su frente brillaba un poco por el sudor, aunque sus manos venían como se fueron, vacías.

Lo que el destino nos quitó.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora