Capítulo 8: Multa

372 11 4
                                    



Al siguiente dia retorné al bosque dejando atrás aquel capítulo vergonzoso que habia tenido que protagonizar. Sin embargo ni siquiera pude concretar mi milésimo intento porque tan pronto estuve frente al bosque, unas 100 personas más también estaban ahí. Tal vez exageraba con el número exacto, pero en ese momento me sentía así de abrumado. Todos hacían una especie de barrera humana entre el bosque y yo. Lo sabía porque sus miradas se clavaron en mi tan pronto quise acercarme.

-Ahora está prohibida la entrada- dijo seriamente el zapatero de prominente nariz y larga barba blanca, con su ronca voz acorde a su edad.

-¿Prohibida? ¿desde cuándo?-cuestioné tratando de tomarme la situación con gracia. No podia tomarme en serio ese disparate.

-Nos dijeron que estabas dañando el bosque, así que hemos venido a protegerlo de ti –respondió la vieja chismosa del pueblo con su irritante voz que se me figuró más detestable que nunca por el contexto de la situación. No lograba comprender aún la magnitud del problema en que me había metido, principalmente por ciertas dudas que llegaban a mí en ese momento ¿Desde cuándo les importaba el maldito bosque? ¿cuál fue exactamente el daño que hice? Y lo más importante, ¿quién habia esparcido esos rumores?

-¿Quién dijo eso?- exigí el nombre del responsable con un tono de voz severo.

Recorrí aquella barrera humana con la mirada, reconociendo al instante la persona que levantó la mano y se acercó a mi asumiendo automaticamente su derecho a una golpiza.

-Hola Reid –me saludó Alfred en medio una sonrisa que fácilmente podía identificar como una fingida.

-¿Qué clase de mentira les has dicho? –reclamé queriendo desmentir inmediatamente sus acusaciones. Cabe aclarar que mi afán de hacerlo no se debía a que me importara lo que ellos pensaran, de hecho me tenia sin cuidado, pero si lo que ellos pensaban afectaba directamente mi investigación en el bosque, pues me tenía que importar.

-Ninguna, fue fácil creerle, comenzamos a sospechar de tí desde que empezaste a ir todos los días al bosque, sin regresar hasta el otro día. Empezamos a creer que ya no estabas buscando a tus "amiguitos" reptiles sino que hacías algo más, algo ilegal. ¿Por qué lo hiciste? Aunque trataras de ocultarlo algún día ibamos a descubrirte. El bosque, todo lo que vemos le pertenece al gobierno, sospechamos que no sería raro que decidieras hacer algo al respecto. Conociendo tu insolencia, era de esperar que hicieras algo para perjudicarlos, siempre has hablado mal del gobierno, ¿pero acaso no pensaste que nos perjudicarías a nosotros también? ¿Porque aún les guardas resentimiento? - Verbigeración. La metiche vendedora de la esquina habló y habló hasta que me perdí a la mitad de su palabrería porque en realidad me ponía nervioso su gran verruga a la mitad de su frente señalándome. Eso y que no quería seguir oyendo como justificaba su desprecio hacia mí, no quería que tocara el tema de siempre.

En mi rostro se habia dibujado una expresión de confusión mezclada con aversión. Cuando noté que habia terminado de hablar asentí como si hubiese escuchado y dirigí mi mirada a Alfred esperando su respuesta, pues la pregunta en un principio habia sido dirigida a él.

-No he mentido -respondió cruzándose de brazos antes de continuar- cálmate y mejor regresa a tu casa – su respuesta había terminado por exasperarme.

-No, y no sé qué les habrás dicho, pero– interrumpí mi respuesta cuando reí al no creer la insolencia con la que me acusaban - díganme algo, ¿piensan quedarse aquí día y noche con tal de que no pueda pasar? Quiero ver eso.

Alfred negó con la cabeza esbozando una pequeña sonrisa, ¿Qué se creía?

-Solo vinimos para avisarte que no podrás pasar de ahora en adelante al bosque -dijo mirando en dirección a un par de tipos que se encargaban de marcar el lindero del bosque con una cinta amarilla- Ahora terminaremos de poner la cinta que te recordará que no podrás pasar a menos que estes dispuesto a pagar una gran suma de dinero –ya no podía oír más, era completamente ilegal. ¿Me iban a cobrar por entrar a un espacio público? ¿a un lugar al que siempre había entrado sin restricción? ¿Y desde cuando se podía?

ReptilianosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora