Capítulo 10: Confianza

180 17 7
                                    



Estaba desorientado. No podia asimilar en donde me enontraba, no podia recordar porque me sentia mareado, ni siquiera que habia sido lo último que habia hecho, no sabia cuanto tiempo habia pasado. Me forcé a recordar, poco a poco empezaba a recobrar el sentido. Lo primero que pude sentir fue una intensa punzada en la cabeza, me dolía, reconocia el dolor y la posible causa, debian haberme golpeado. Cuando quise tocarla, no pude mover mis brazos, parpadeé varias veces tratando de ver que lo impedia, no podia ver claramente, estaba borroso. Volvi a intentarlo y tampoco pude, habia una soga alrededor de mi torso que me lo impedia, me habian atado. Levanté la cabeza y reocorrí el lugar con la mirada, me habia acostumbrado a la pobre iluminación del lugar, asi que no tardé en distinguir la figura de alguien frente a mi. No estaba solo.

- ¿Zarc? –pregunté desconfiando de mi limitada visión. Habia reconocido fácilmente que se trataba de un reptilano, pero no estaba seguro de si se trataba del que conocia. Por suerte, al parecer no habia errado en mi suposición pues noté como habia movido la cola en respuesta a mi llamado.

-...eres un idiota – murmuró.

Aquel insulto que en un prinicipio me confundió por no tener aparente sentido, fue suficiente para permitirme recordar que me habia llevado a estar en esa situación. En pocos segundos pude sentir como los recuerdos llegaban a mi y me provocaban la misma sensación que tuve cuando los viví. Nuevamente sentía temor por mi seguridad. La incertidumbre y las emociones que me habian embargado en el instante que hice contacto visual con esos reptilianos, cayeron nuevamente sobre mi perturbandome ¿dónde estaba? ¿qué habian hecho conmigo?

- Maldita sea ¿me trajeron aquí? ¿fueron ellos? –me cuestioné mientras recorría aquel pequeño lugar con la mirada. De repente, mi mirada no pudo seguir explorando porque un recuerdo importante habia llegado a mi mente, uno que me obligó a centrar mi atención en el reptiliano frente a mi- Ahora que recuerdo...te ví, estabas haciéndote pasar por mí –lo acusé severamente. Quizá exageraba. Tal vez no debia hablar con tanta seguridad sobre un tema que difícilmente comprendia y del que además hablaba solo en base a lo poco que habia visto. Mi vista habia podido fallar, pude haber estado delirando a causa de la conmoción y el golpe, pero en ese momento lo que menos queria era esperar. Necesitaba respuestas. Para mi alivio, Zarc no tuvo problemas en confesar.

-Si, por eso digo que eres un idiota, porque arruinaste todo, te estaba protegiendo –explicó claramente frustrado. De algún modo yo era el culpable.

-¿Protegiendo?¿tú a mi? ¿de qué? -cuestioné burlándome de la supuesta buena voluntad del reptiliano.

-Parece que he estado perdiendo el tiempo –murmuró mientras bajaba la cabeza decepcionado.

¿Se supone que debía sentirme culpable? No comprendía la situación. No podía creerle, simplemente en ese momento no sabia en quien confiar.

Empecé a examinar el lugar con detenimiento buscando el modo de escapar. La poca luz que brindaba la única antorcha en un extremo del lugar me dificultaba la tarea de observar, empeorandose debido a la poca visión que de por si tenia ¿dónde habian quedado mis lentes? Pude reconocer manchas rojas en las paredes y huesos en el suelo que explicaban la pestilencia. El ambiente era húmedo, pero por lo menos percibía una leve brisa que me indicaba que debia existir una salida, además no veia rastros de los secuestradores.

-Esos reptilianos, son de los que me hablaste antes ¿no? ¿Estoy en problemas?

-Si.

-¿Podemos huir?

Elevé mi mirada hacia él esperando tener una respuesta afirmativa, pero solo obtuve un mortificante silencio. No podía creerlo ¿Qué había ocurrido con mi buena suerte? ¿Era alguna pesadilla? De repente todos mis planes fracasaban, todo me salía mal y no podia evitar sentirme descepcionado.

ReptilianosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora