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Dedicado a 

Llego de la universidad para encontrarme con un tipo totalmente desconocido sentado cómodamente en el sofá de mi casa. Nos miramos a los ojos durante un buen rato, él no decía nada y yo esperaba a que abriese su puta boca y me dijese que mierda hacía en mi casa.

-Tú debes ser Yoongi! -exclamó con una sonrisa, fruncí el ceño al oír mi nombre salir de su boca.

-¿Quién mierda eres tú? -pregunté aún con el ceño fruncido.

-Es mi novio -habló Minah, mi hermana menor, fruncí más el ceño.

-¿Perdón? -alcé un poco mi voz, el chico ese me miraba divertido, cruzándose de piernas con esa sonrisa estampada en su rostro- ¿Me recuerdas cuántos años tienes?

-Pues... -ella sonaba nerviosa ahora- Tengo 14 -susurró.

-¿Puedes hablar más fuerte? no te escuché -me miró entre asustada, nerviosa y molesta.

-Catorce, tengo catorce años oppa -dijo esta vez más fuerte, suspiré y miré a ese tipo.

-¿Y tú? -le pregunté cruzándome de brazos.

-Yo tengo 16 -contestó riéndose un poco, ¿realmente se divertía tanto?

-¿Desde cuándo están saliendo? -le pregunté a Minah, ella comenzó a jugar con sus dedos- ¡Responde!

-Hace tres meses oppa -¿Tres meses? ¿Es enserio?

-Vete -le dije al chico, este se puso de pie como si nada y comenzó a caminar hacia la puerta, sin borrar en ningún momento su sonrisa.

-¡Oppa! -regañó Minah avergonzada por haber echado a su novio.

-Nos vemos luego princesa -le dijo a mi hermana, y le guiñó un ojo frente a mi el hijo de puta- Hasta luego para ti también Yoongi -se dirigió a mí esta vez y salió de mi casa, al fin.

-Oppa no puedes hacer eso, ¡Que vergüenza! -la miré de reojo.

-Claro que puedo, esta es mi casa.

-También es mi casa.

Obtuve esta casa después del divorcio de mis padres y la muerte de la madre de Minah, teníamos distintas madres. La mía simplemente se había marchado después del divorcio, dejándome a cargo de mi padre, el cuál pronto encontró al amor de su vida, quien fue la madre de Minah. Es una historia que se puede resumir fácilmente, pues mi padre murió por problemas de salud y a los cinco años después murió la madre de Minah en un accidente, pero antes había hecho todo el papeleo para dejarme esta casa a mi nombre y al de Minah, solo que ella tendría derechos legales al cumplir la mayoría de edad. Cuando mi padre murió yo tenía 9 y Minah 4, y para la muerte de la madre de Minah, ella tenía ya 9 y yo 14. Quedé a cargo de ella desde entonces, conseguí un trabajo de medio tiempo que nos daba para comer y pagar la colegiatura de ambos apenas. Me esforcé en mis estudios y llegué a la universidad, siendo un chico de 19 años que trabaja de medio tiempo en una cafetería y es hermano a tiempo completo, pues soy muy sobre protector con respecto a Minah. Y aquí estamos, discutiendo como hermanos que somos.

-Pero no tendrás el permiso de traer novios aquí hasta cumplir la mayoría de edad y tener derechos legales sobre ella -demandé, se sentó sobre el sofá con un gran puchero y el ceño igual de fruncido que el mío.

-No es justo oppa -me senté a su lado.

-Ni siquiera me habías dicho que estabas saliendo, la situación no hubiese sido así de haber oído acerca de él antes -expliqué.

-Lo siento oppa, tenía miedo -se echó sobre mi hombro, le acaricié el cabello.

-Haber, arreglemos esto... Puedes traer a ese muchacho aquí -me miró con una sonrisa esperanzada- invítalo a cenar -ella asintió- será para conocerlo, luego podrás traerlo cuántas veces quieras

-¿De verdad? -preguntó emocionada.

-Sí, pero con una condición -ella asintió efusivamente- sólo cuando yo esté en casa, aún eres demasiado pequeña para quedarte a solas con un chico -se sonrojó y asintió nuevamente- además, toma en cuenta de que soy el mejor hermano del mundo por permitirte tener novio a esta edad y por dejar que sea dos años mayor.

-Lo sé, oppa es el mejor -dijo abrazándome con una sonrisa estampada en el rostro.

-Ahora ayúdame a preparar la comida.

-Deberías aprender a cocinar oppa -comentó  bromeando al separarse de mí.

-¿Qué insinúas? ¡Soy el mejor chef de Corea! -alardeé, ella rió.

-Me molesta que seas tan bueno en todo -dijo arrugando la nariz, reí yo esta vez y le di un leve apretón en la mejilla.

-No soy bueno en los deportes -le recordé, ella asintió.

-Oppa Hoseok es muy bueno en los deportes -la miré sin entender ¿Ho quién?- Oppa Hoseok es mi novio, oppa -agregó, hice una "o" con mi boca y luego una mueca de desagrado al recordad su sonrisa.

-Tu novio tiene cara de caballo -ella golpeó mi brazo.

-Mejor vamos a preparar la cena -dijo, levantándose, reí y me levante siguiéndola hasta la cocina.


Al día siguiente me levanté temprano para prepararle el almuerzo a Minah, lo metí en su lonchera y agregué un jugo de cajita sabor naranja. Desayuné algo rápido, lavé una manzana para ella y esperé a que bajara, pues comencé a escuchar ruido en el segundo piso, lo que me indicaba que ella ya se había levantado.

-Buenos días -saludé, ella me sonrió y tomó la manzana y la lonchera, colgándola en el hombro.

-Buenos días, oppa -tomé mi mochila y salimos de casa. Ella le dio la primera mordida a la manzana.

-¿Harás algo hoy? -cuestioné, ella negó con la cabeza en lo que terminaba de masticar.

-Quiero traer a oppa Hoseok más tarde para arreglar lo de ayer lo antes posible si es posible -dijo mirándome con suplica mientras le daba otra mordida a su manzana.

-Bien, dile que venga como a las siete -asintió, realmente no quería, pero Minah era mi todo y tenía que complacerla a veces, ya que la mayoría del tiempo no la dejaba hacer nada. De hecho no tengo idea de donde salió esa idea de aceptarle un novio a tan corta edad.

-Gracias oppa -sonreí de medio lado y seguimos caminando en silencio.




El novio de mi hermana {YOONSEOK}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora