8.

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No es que sea débil.

Para nada.

Sólo sucedió por su irritante insistencia.

Por mí ni loco me subo a esta maldita cosa.

-No debí venir -dije entre dientes apretando con fuerza el fierro entre mis manos.

-Vamos hyung, esto será divertido -hablaba entre risas, se estaba burlando de mí el muy desgraciado.

-Oh cállate mocoso, si me da un infarto tú tendrás que pagarme el hospital 

-Trato hecho -rodé los ojos y mi estómago se revolvió cuando el carrito comenzó a moverse lentamente y avanzó hacia arriba, alcanzando la cima- estoy muy emocionado -comentó, lo miré de reojo y me sostuve con aún más fuerza del fierro.

-Yo no -murmuré cerrando los ojos cuando comenzamos a bajar por la colina y a dar vueltas y más vueltas por las vías del juego. El viento azotaba mi cara con fuerza en cada giro de las vías y yo no quería por nada del mundo abrir los ojos, hasta que Hoseok me dijo que ya estaba por terminar, y los abrí deleitándome con la vista de tierra firme.

-Hyung, eres muy aburrido -se quejó haciendo un puchero.

-Pues tienes razón, volvamos a nuestras casas -me encogí de hombros y comencé a caminar hacia la salida, hasta que sus brazos se ataron alrededor de mi cintura- ¡Suéltame!

-¡Hyung! Estamos en una cita, no puedes irte así como así -reclamó apretándose más contra mi cuerpo. Cuanto lo odio.

-Yo no debí decir que si -solté un bufido- bien, sólo un rato más, ¿A qué quieres subir? -rodé los ojos cuando escuché un gritito de emoción a mi espalda.

-Amm... quiero ir... ¡a la casa del terror! -exclamó soltándome y apuntando una fea y arruinada vivienda con un cartel que decía "Bienvenido a tu peor pesadilla", pero, ¿Qué podría ser peor que venir a un parque de juegos con un mocoso hiperactivo y con cara de caballo como Hoseok?

-Bien, vamos, pero nunca más saldré contigo si vuelves a insistir en traerme a cosas como esta -arrugué la nariz y el entrecejo al recordar la horrible sensación que se albergó en mi estómago cuando estaba en la montaña rusa.

-¡Anotado! -sonrió como siempre, haciéndome bufar y comenzamos a caminar hacia la casa del terror.

Entregamos nuestros boletos y el sujeto vigía nos cedió el paso, entramos y nos esperaba una puerta ovalada de madera podrida la cual nos llevó directo al comienzo, con un pasillo oscuro y espeluznante.

-Hyung... -su voz apenas se oyó y su cuerpo se movió bruscamente, supuse que se trató de un escalofrío.

-¿Ya tienes miedo? -pregunté con cierto tono de burla, él se aclaro la garganta y negó con la cabeza.

-Tonterías... yo estoy bien -rodé los ojos y murmuré un "si claro".

Recorrimos todo un laberinto de pasillos, puertas y habitaciones, cada lugar tenía una decoración cada vez más realista y terrorífica, que lograba albergar un poco de emoción en mi organismo, por un momento se me ocurrió observar por el rabillo del ojo a Hoseok, y me encontré con la imagen del mocoso mordiéndose las uñas y temblando levemente, suspiré pesadamente y tomé su mano con la mía, sintiendo mi rostro arder.

Se encontraba más calmado y creo que estábamos próximos a salir de este oscuro encierro, cuando una vibración inundó mis oídos.

-¿Escuchas eso, hyung? -me preguntó presionando el agarre de nuestras manos y mirándome expectante.

-Sí... suena como a un... derrumbe -dije sintiendo el suelo temblar bajo mis pies, y todo pasó demasiado rápido. Maldito juego, estaba malditamente bien hecho, ¡Me tomó totalmente desprevenido! La pared se desvaneció sobre nosotros, pero Hoseok se abrazó a mí y me estrechó contra la pared contraria evitando el golpe.

-¿Está bien? -me examinó con la mirada, su nariz casi rozaba la mía y su agitada respiración se mezclaba con la mía.

-Sí, yo... -bajé mi vista hacia sus labios entreabiertos perdiéndome en ellos durante unos segundos, hasta que los vi curvarse hacia arriba, entonces volví rápidamente mis ojos a los suyos- estoy bien -relamí mis labios, nervioso- salgamos de aquí -intenté soltarme y seguir, pero hizo presión sobre mi cuerpo- ¿Hoseok?

No me respondió, tan sólo me observó con anhelo antes de comenzar a devorar mis labios. Un gemido escapó de mi boca, ahogándose en la suya, Dios, odio tener que admitir que ya deseaba volver a besarlo desde hace tres semanas atrás, cuando nos besamos por última vez. Pasé mis brazos alrededor de su cuello, acercándolo un poco más y sentí como sonrió en medio del beso, sujetándome de la cintura y terminando de acortar distancia. Cinco minutos más tarde, los dos nos encontrábamos jadeantes y salimos de esa jodida casa del terror, que en mi opinión personal, se transformó en mi atracción favorita.

-Hyung, ¿por qué ya no me tomas de la mano? -preguntó con un puchero cuando íbamos camino a la parada del autobús.

-Es una muestra de afecto innecesaria -me encogí de hombros y dirigí mi mirada hacia ambos lados de la calle antes de cruzar.

-Pero ya hemos estado de la mano dos veces, y la segunda vez fuiste tú quien me la cogió -se quejó mirándome con el ceño fruncido sin dejar de caminar.

-Sí, bueno, te recuerdo que la primera vez me vi forzado a aceptar, y la segunda fue porque tenías tanto miedo... -bufó.

-¡Yo no tenía miedo! -se defendió.

-Estabas temblando, mocoso -rodó los ojos y se cruzó de brazos.

-Yo sólo quería ir de la mano con mi novio -mi corazón dio un vuelco y apresuré el paso para que él no notase mi sonrojo, la palabra "novio" aún sonaba inexperta para mí.

-Deja de decir babosadas y vamos a tomar ese autobús que después no alcanzaremos a llegar y debo ver a Minah -gruñí escuchando sus rápidos pasos detrás de mí.

Subimos al autobús, luego de pagar y nos sentamos en los asientos del fondo, él a la ventana y yo al pasillo, hacía demasiado frío como para irme esta tarde junto a la ventana. El vehículo comenzó su marcha, y se detuvo en la siguiente parada, dejando subir a una señora con su pequeño hijo y a un chico encapuchado por el frío, el cual pagó, se giró y se quitó su capucha para revelar el rostro de mi mejor amigo. ¿Por qué mierda tenía que encontrarme con Jimin estando con Hoseok?

No había notado aún mi presencia, y no lo hubiese hecho tampoco si Hoseok no hubiese abierto su gran y conocido hocico de caballo.

-Hyung, ¿no es él quien me presentaste en la entrada de la universidad el otro día? -Jimin se giró rápidamente y sus orbes se conectaron con los míos, su mirada reflejaba asombro, tristeza y decepción- hey... -escuché a Hoseok susurrarme mientras me codeaba las costillas, no podía ser, ¿Hoseok notó la insistencia de su mirada sobre mí? 

-Oh, sí, Jiminnie, él es,ya sabe... mi mejor amigo -formé una media sonrisa y las mejillas de Jimin se colorearon de rosa pálido.

-¿Qué tal hyung? se atrevió a saludar con una tímida sonrisa e hizo una leve reverencia a Hoseok, quien le respondió de la misma manera.

-Bien, y tú? 

-Bien... supongo -hizo una mueca y en ese espacio entre tres se formó una atmósfera incómoda y silenciosa.

El novio de mi hermana {YOONSEOK}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora