Girl Almighty | #YoSoyBerkley |

10: Nombres

Son casi las tres de la mañana y aún no sé nada de Steffy. Por mi lado estoy muy preocupada por ella, no parece ser el tipo de chica que llega a la hora que quiere, mientras que  a Melany le da igual el paradero de su hermana.

Doy vueltas por la habitación imaginándome que es lo que puede estar haciendo ella ahora. ¿Le habrán secuestrado? No creo. A menos que haya salido fuera del campus. Suspiro, solo espero que este bien.

De pronto suena mi celular y en la pantalla aparece un número  desconocido. Usualmente no contesto estas llamadas, pero si son los secuestradores de Steffy es lo único que puedo hacer.

-Buenas noches. ¿Con quién hablo? -Pregunté cautelosa.

-Eh, ¿Aracelli?

-Si.

-¡Hola! Eh, sé que no sabes quién soy.... Y eso... Pero, estoy con Steffy. Más bien, con lo que queda de ella.

-¡Steffy! Dile que venga de una vez. ¿Dónde está?

-Pues en un bar, afuera del campus... Ella está muy borracha, te recomiendo que traigas a alguien para que te ayude a cargarla.

-Iré de inmediato, esperen ahí.

-No tengo elección -Dijo y colgué.

Voltee hacia Melany, quien estaba profundamente dormida en su cama. Supongo que tendré que ir sola. Espero que solo haya un bar fuera del campus.

Agarré un abrigo y me dispuse a caminar hacia el lugar. Hacía mucho frío a fuera del dormitorio, me abracé y continúe caminando.
Tan solo imaginar a Steffy bebiendo por culpa de su hermana me parte el corazón, la chica debe estar desesperada.

Visualicé un bar de nombre Nanditos e ingresé. El lugar olía a alcohol y mucho cigarro. ¿Cómo es que Steffy llegó a un lugar así?

-¡Tuuu.. Tú no entiendes! Ella es mi sister del alma -Giré rápidamente hacia la voz y me encontré a mi querida amiga haciendo el papelón de su vida.

Me acerqué a la mesa donde se encontraba, y estaba muy bien acompañada. Un chico alto de ojos celestes le prestaba atención tratando de hacerla callar.

-¿Steffy?

Ella gira hacia mí y se empieza a reír.

-Lo sabía, lo sabía, lo sabía. La zorra de Melany no se preocupa por mí, ¿Verdad? -Suspiró-. Normal, se puede ir a la mierda. Es más, yo le compro el boleto.

-Gracias por cuidarla -Me dirigí a su acompañante.

-No hay problema.

Él me ofreció una sonrisa. Dios, era realmente ardiente. ¡Qué dices Aracelli!

-Tú -Me señaló Steffy-. Eres lo más cerca que tengo de una hermana, mongola.

Ella se levanto de su silla y empezó a gritar.

-¡Un aplauso para mi única amiga! ¡Aplaudan putitos! ¡Con fuerza! -Ella se acercó hacia mí-. Puta, vales oro... ¡Te conozco pocos días y siento que ya eres de la familia!

Mi rostro lo decía todo, me estaba muriendo de la vergüenza.

-Basta Steffy, vámonos -Rogué para que la chica obedeciera pero negó con la cabeza.

-Yo no me voy, ¡No le quiero ver la cara a la zorra pelirosa de mi hermana! -Dicho esto ella se recostó en la mesa y cerró los ojos.

-¿Ahora cómo la llevo hacia el campus? -Solté un suspiro.

-Si quieres yo te puedo ayudar -El chico ardiente sonrío-. Mi auto está afuera, las puedo llevar.

-Gracias, espero que no sea mucha molestia.

-No es nada.

Él la cargó y salimos del bar.

¡Aire puro al fin!

Él colocó a Steffy en la parte de atrás de su auto, y yo me senté al lado del copiloto.

El auto partió y todo se convirtió en silencio, así que decidí romper el hielo.

-Entonces, ¿Cuál es tu nombre?

-Nícolas, Nícolas Miller. Y tú eres Aracelli Caulfield -Respondió y me sorprendió que supiera mi apellido.

-¿Cómo sabes quién soy?

-Bailamos juntos en la fiesta de bienvenida. ¿Ya no te acuerdas de mí?

Traté de hacer memoria y los recuerdos llegaron a mi mente.

-¡Tú eres el chico que me agarro a la fuerza! -Dije sorprendía, otra vez.

-Si mal no recuerdo, dijiste que ibas a gritar pero al final no lo hiciste.

-Tienes razón. No te he reconocido. Disculpa. -Él empezó a reír.

-Quizás no me reconociste por qué esa noche todo estaba oscuro, pero yo sí me acuerdo todo de ese día... Recuerdo, por ejemplo, haberte dicho mi nombre pero cuando lo mencioné ahora no te acordaste de el.

-Siempre he sido mala con los nombres.

-Espero que esta vez no lo olvides Aracelli.

-No lo haré Nícolas.